Se espera que Intel reciba 6.800 millones de dólares de apoyo gubernamental para su nueva planta de semiconductores en Magdeburgo, pero quiere alrededor de 10.000 millones de euros debido a los mayores costos de energía y construcción.
En una entrevista con el Financial Times, el ministro Lindner se opuso al aumento. «No hay fondos adicionales en el presupuesto actual. Estamos intentando consolidarlo, no ampliarlo», afirmó.
El proyecto de Intel es la mayor inversión extranjera en la historia alemana de la posguerra y es clave para los planes de duplicar la participación de la UE en el mercado de semiconductores, de menos del 10 % actual al 20 % para 2030. Algunos funcionarios del gobierno alemán, incluido el ministro de Economía, Robert Habeck, creen que Berlín debe igualar el enorme nivel de apoyo de la administración estadounidense en la Ley CHIPS y Ciencia, en la que Estados Unidos prometió 52 000 millones de dólares para impulsar la producción nacional de semiconductores.
Pero los economistas alemanes sostienen que la ayuda es un desperdicio de dinero de los contribuyentes, y también existe la preocupación de que la ambición de Alemania de reducir su dependencia de los proveedores asiáticos sea una quimera dada la complejidad de la cadena de suministro de la industria de los chips.
Las exigencias de Intel han dividido al gobierno alemán, según el Financial Times. Se dice que el canciller Olaf Scholz y Habeck están abiertos a un mayor apoyo financiero, ante indicios de que Intel podría aumentar su inversión total en la planta.
Pero Lindner se opuso, alegando que «no le gustan los subsidios». Aseguró que se resistiría a aumentar el apoyo de Intel, incluso si la empresa quisiera ampliar el proyecto.
Este mes, el ministro de Economía declaró a la prensa que, si bien el gobierno prioriza el proyecto Intel, «los subsidios siempre corren por cuenta de los contribuyentes, así que debemos pensarlo con cuidado». Cualquier financiación para Intel también requeriría la aprobación de la UE, según las normas del bloque.
Intel se negó a hacer comentarios sobre las opiniones de Lindner, limitándose a decir que había una gran brecha de costos y que la compañía estaba trabajando con el gobierno para abordarla.
En respuesta a las sugerencias de que el gobierno podría apoyar a Intel vendiendo electricidad barata, Lindner afirmó que «se están considerando varias opciones», pero que el gabinete aún no ha tomado una decisión. «Pero en términos presupuestarios, hemos llegado al límite», añadió.
(Según el FT)
[anuncio_2]
Fuente
Kommentar (0)