Los padres necesitan darles a sus hijos suficiente agua, comidas a tiempo y suficientes nutrientes para que tengan suficiente energía para hacer ejercicio.
Durante las vacaciones de verano, los niños tienen más tiempo para jugar y practicar habilidades. Los expertos recomiendan que los niños hagan ejercicio al sol y realicen actividades físicas en momentos adecuados para un mejor desarrollo. Al mismo tiempo, la nutrición y las comidas también pueden influir en estas actividades.
Por lo tanto, las familias deben animar a los niños a hacer ejercicio a través de las comidas y luego ayudarlos a inscribirse en un curso de natación o de artes marciales.
Beber suficiente agua
Las familias no necesitan preparar bebidas deportivas complejas ni jugos de fruta a diario. Esto se debe a que los niños no necesitan ejercitarse con la misma intensidad que los atletas o jugadores profesionales; al contrario, sudarán más durante el ejercicio y perderán electrolitos.
Por lo tanto, las familias solo necesitan preparar agua filtrada y refrigerios adecuados para el calor. Si a los niños no les gusta beber agua sola, pueden agregar agua con sabor a limón u otras frutas. Si los padres desean reponer electrolitos, deben diluir la bebida electrolítica y asegurar la menor cantidad de azúcar agregada, o elegir una versión sin azúcar.
Cuando su hijo tenga sed, asegúrese de que tenga agua a su disposición y anímelo a beberla con frecuencia. Si tiene demasiada sed, le será difícil mantener sus objetivos de actividad física.
Los niños aprenden a nadar en verano. Foto: Pixabay
Come a tiempo y suficientes nutrientes.
Los padres deben mantener un horario de comidas regular para sus hijos a fin de limitar el hambre que puede llevar a comer en exceso o a comer muy poco debido a la alta frecuencia de las comidas. Un horario de comidas estable también facilita que las familias organicen tiempo para que los niños participen en actividades físicas, como nadar por la tarde, trotar o montar en bicicleta por la mañana.
Las comidas infantiles deben incluir proteínas saludables, frutas, cereales integrales y lácteos. Estos alimentos aportan una variedad de nutrientes a los niños, estimulan el ejercicio y favorecen su crecimiento físico. Las familias no deben centrarse demasiado en un alimento o grupo de alimentos específico, como comer solo huevos y no carne, ya que esto puede provocar desnutrición infantil.
Si su hijo participa en una competición o juega al fútbol, asegúrese de que coma una comida nutritiva y equilibrada la noche anterior para que tenga la energía necesaria para competir al día siguiente. Las familias no deben obligar a sus hijos a comer ni beber, ya que esto puede reducir su rendimiento.
Aproximadamente 3 o 4 horas antes del partido, las familias deben ofrecer a sus hijos una comida o refrigerio basado en carbohidratos y proteínas. Por ejemplo, sándwiches, gomitas, puré de manzana, leche, avena, plátanos y yogur. Se deben evitar los alimentos ricos en grasa, como la pizza, las papas fritas o las donas. La grasa ralentiza la digestión y puede hacer que los niños se sientan lentos. También se deben limitar las bebidas azucaradas.
Aproximadamente una hora antes del partido, los niños deben tomar un refrigerio con carbohidratos simples para aumentar la energía, por ejemplo manzanas, plátanos, mandarinas, galletas...
Después del partido, la familia debe asegurarse de proporcionar carbohidratos para reponer energía y proteínas para favorecer la recuperación muscular. Por ejemplo, leche con chocolate y fruta, queso y fruta.
Tiempo de práctica
Los niños y adolescentes de 5 a 18 años deben hacer ejercicio y practicar deportes durante al menos 60 minutos al día, a una intensidad moderada o vigorosa, para desarrollar sus habilidades motoras, músculos y huesos. Las familias deben animar a los niños a mantenerse activos durante todo el día, evitar estar sentados o acostados demasiado tiempo y evitar hacer ejercicio cuando hace demasiado calor o bajo la luz solar intensa.
Chile (Según The Verymom, NHS )
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