Mi hija tiene 8 meses y cada vez que la alimento tengo que llevarla a dar un largo paseo por el barrio. ¿Es perjudicial que los niños se acostumbren a comer algas? ¿Cómo superar esto? (Thu Van, Hanói )
Responder:
Comer mientras se camina es una forma de alimentación pasiva. Los padres llevan a sus hijos al aire libre para que se absorban con los objetos y eventos que los rodean y luego aprovechan para alimentarlos. Cada comida de este tipo puede durar hasta varias horas, lo que puede causar muchos problemas de salud.
En este momento, el cerebro no controla activamente el sistema digestivo. El estómago se contrae y la secreción de enzimas digestivas se vuelve reticente, lo que impide una absorción óptima de los nutrientes. Los alimentos no se digieren completamente, lo que daña el sistema digestivo.
Este hábito permite la entrada de polvo y bacterias en los alimentos. El consumo prolongado de algas también afecta la calidad y el sabor de los alimentos. Por ejemplo, el agua de las gachas se separa y estas pierden su delicioso sabor.
Los niños que comen y juegan al mismo tiempo corren el riesgo de atragantarse, olvidarse de masticar y tragar, y atiborrarse de comida. Si se caen o corren demasiado, la comida puede llegar a sus vías respiratorias, provocando estrangulación traqueal. Comer fuera de casa también puede hacer que los niños pierdan el apetito. De hecho, muchos niños se niegan a comer a menos que sus padres los saquen.
Para limitar el hábito de su hijo de comer mientras camina, necesita rehacer su alimentación de forma más científica . Enséñele a sentarse correctamente en una silla y a concentrarse solo en comer. Al principio, su hijo no se acostumbrará de inmediato, pero debe tener paciencia y ayudarlo a comprender que el propósito de sentarse en una silla es comer, no hacer otras cosas.
Mientras su hijo come, no debe proporcionarle juguetes ni otros objetos que puedan distraerlo. En la comida principal, los padres también deben sentarse juntos a la mesa para que el niño sepa que es la hora de comer.
Debe alimentar a su hijo cuando tenga hambre, ya que en ese momento tiende a concentrarse en comer. Además, la familia necesita tener una visión unificada sobre cómo cuidar al niño; no cada persona debe hacerlo de forma diferente; por ejemplo, los padres alimentan al niño en casa, pero la empleada doméstica o los abuelos lo sacan a comer.
Si ha probado muchos métodos, pero su hijo sigue teniendo poco apetito, puede llevarlo a un nutricionista. El médico lo examinará directamente, determinará si tiene deficiencia de micronutrientes y, a continuación, le dará consejos específicos basados en métodos científicos y elaborará una dieta específica.
Doctora Tran Thi Tra Phuong
Sistema de Clínica de Nutrición Nutrihome
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