Las antocianinas son un grupo de potentes antioxidantes que dan a muchas plantas sus colores rojo, morado y azul oscuro, como los arándanos, las uvas negras y las frambuesas negras. Numerosos estudios han demostrado que las antocianinas pueden prevenir la acumulación de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos, que es la etapa inicial de la aterosclerosis, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.).

Los arándanos y las frambuesas son frutas moradas muy buenas para la salud.
FOTO: IA
Los estudios demuestran que el consumo regular de frutas ricas en antocianinas puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las antocianinas presentes en las frutas moradas tienen efectos positivos en los vasos sanguíneos a través de los siguientes mecanismos:
Protección endotelial
La acumulación de placa en la pared arterial generalmente comienza cuando el colesterol LDL ("malo") se oxida. Este proceso está fuertemente influenciado por el estrés oxidativo y el daño endotelial.
La antocianina posee excelentes propiedades antioxidantes, ayudando a prevenir la formación de colesterol LDL oxidado y a mejorar la actividad de las células endoteliales. Además, la antocianina también aumenta la actividad de la enzima óxido nítrico sintasa, lo que produce un efecto vasodilatador y reduce el riesgo de adhesión de leucocitos a la pared vascular.
Previene la acumulación de placa de colesterol.
Uno de los factores que determinan la formación de la aterosclerosis es el aumento del colesterol LDL ("malo") y la disminución del colesterol HDL ("bueno"). Las antocianinas tienen la capacidad de regular estos parámetros, reduciendo así la acumulación de colesterol en la pared vascular.
Inhibición de la inflamación
La acumulación de colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos es un proceso inflamatorio crónico. Cuando el endotelio se daña, se liberan moléculas de adhesión que atraen leucocitos. Estos leucocitos se transforman entonces en macrófagos, un tipo de célula especializada en eliminar el exceso de material.
Los macrófagos absorben las LDL oxidadas y se convierten en células espumosas. La acumulación de estas células forma gradualmente placas en la pared de los vasos sanguíneos, estrechándolos y aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular. Las antocianinas detienen esta reacción inflamatoria en cadena, limitando la formación de células espumosas y, por lo tanto, previniendo la acumulación de grasa y la fibrosis de la pared vascular.
Función endotelial mejorada
La disfunción endotelial, la capa de células que recubre el interior de los vasos sanguíneos, es un signo temprano de cardiopatía coronaria y aterosclerosis. Las antocianinas ayudan a proteger el endotelio activando mecanismos biológicos que aumentan la producción de óxido nítrico, una molécula clave que facilita la dilatación de los vasos sanguíneos.
Cuando aumenta el óxido nítrico, los vasos sanguíneos se vuelven más flexibles, menos constreñidos y el colesterol tiene menos probabilidades de adherirse a sus paredes. Como resultado, los vasos sanguíneos mantienen su elasticidad, lo que reduce significativamente el riesgo de acumulación de grasa y formación de placa, según Healthline .
Fuente: https://thanhnien.vn/loi-ich-suc-khoe-dac-biet-tu-cac-loai-trai-cay-mau-tim-dam-185251108185834457.htm






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