Si alguna vez has estado en una playa de Río de Janeiro, probablemente estas imágenes te resulten familiares: música de samba a todo volumen en un quiosco cercano, cócteles de caipirinha vendidos por vendedores ambulantes y sillas para descansar esparcidas por la arena, según AP.
Sin embargo, ahora es difícil encontrar estas actividades si el vendedor no tiene la licencia correspondiente.
El alcalde del estado de Río de Janeiro, Eduardo Paes, emitió un decreto a mediados de mayo que establece nuevas reglas en las zonas costeras de la ciudad.
Eduardo Paes dijo que quería proteger el orden urbano, la seguridad pública y el medio ambiente, además de promover las relaciones pacíficas entre turistas y residentes.
Se espera que las nuevas medidas de gestión de playas entren en vigor el 1 de junio, prohibiendo la venta de alimentos y bebidas, el alquiler de sillas de playa y altavoces, e incluso la música en vivo en quioscos sin permisos oficiales.
Algunas personas celebran la medida para regular las actividades de playa, pero otras dicen que la prohibición amenaza la vibrante cultura playera de Río e impacta directamente el sustento de muchos músicos, así como de los vendedores locales.
“Es difícil imaginar Río de Janeiro sin bossa nova, sin samba en la playa”, dijo Julio Trindade, un DJ que trabaja en los quioscos.
O María Lucía Silva, una residente de Copacabana de 65 años que regresaba caminando de la playa y dijo que esperaba que la Municipalidad de Río tomara medidas más estrictas.
“Copacabana es un barrio de adultos mayores. Nadie debería tener que pagar impuestos inmobiliarios altos ni alquileres desorbitados para tener semejante desastre”, dijo Silva, criticando el ruido y la contaminación en la playa.
Mientras tanto, Orla Rio, franquiciada que gestiona más de 300 kioscos, afirma que las restricciones a la música son contrarias al espíritu de un Río democrático, musical, vibrante y auténtico.
¿Debo parar o cambiar?
Otros han expresado su esperanza de que la prohibición se revierta o modifique para permitir el regreso de la música en vivo a la playa sin necesidad de un permiso. Pero, hasta el momento, no ha sido así.
Algunos habitantes locales también se oponen, diciendo que esta medida afecta la libertad de actividad económica .
También la semana pasada, el Ayuntamiento de Río discutió un proyecto de ley que pretende regular el uso del litoral, incluidas playas y paseos.
El ayuntamiento también apoyó algunos aspectos de la prohibición, como limitar la música amplificada en la arena, pero no exigir que los quioscos tengan un permiso para músicos en vivo.
La propuesta aún necesita ser votada formalmente, y no está claro si eso sucederá antes del 1 de junio.
Si se aprueba, el proyecto de ley entrará en vigor.
Según un informe de 2022 del Ayuntamiento de Río, la actividad económica en las playas de Río, excluyendo quioscos, bares y restaurantes, genera unos 710 millones de dólares en ingresos al año.
Millones de extranjeros y locales acuden a las playas de Río cada año.
Muchos visitantes disfrutan de maíz dulce, queso a la parrilla o dispositivos electrónicos vendidos por vendedores ambulantes en la larga extensión de arena.
El representante del consejo local, Dani Balbi, se pronunció sobre el proyecto de ley en las redes sociales.
“Obligar a los vendedores ambulantes a dejar de operar dañará la identidad de marca y la lealtad del cliente”, añadió Balbi.
"Miedo y tristeza"
La medida de gestión costera ha provocado una ola de tristeza y temor entre la comunidad de vendedores ambulantes.
“Estamos siempre apurados, solo para ganar algo de dinero para nuestras familias. ¿Y ahora qué vamos a hacer?”, dijo Juan Marcos, de 24 años, quien vende brochetas de camarones en la playa de Copacabana y vive en una comunidad urbana de bajos recursos.
Maria de Lourdes do Carmo (50 años), representante de los vendedores ambulantes, dijo que el Ayuntamiento no emite suficientes licencias para los vendedores ambulantes en la playa.
“Necesitamos un permiso, pero no nos lo conceden”, dijo Lourdes do Carmo, vendedora ambulante.
Tras el clamor, el gobierno de la ciudad está revisando algunas de las reglas que entraron en vigor en la declaración del 21 de mayo.
El Ayuntamiento añadió que está analizando a todas las partes afectadas para comprender mejor las necesidades y está considerando realizar ajustes.
Para turistas como Rebecca Thompson, una galesa de 53 años que regresó a Río después de un viaje de cinco semanas el año pasado, la locura es parte del encanto.
Hay una vitalidad, una energía. Para mí, siempre ha habido un fuerte sentido de comunidad y aceptación. Creo que sería triste si eso desapareciera —añadió Rebecca Thompson—.
Fuente: https://baovanhoa.vn/du-lich/ly-do-thanh-pho-rio-brazil-khong-con-dieu-samba-tren-bai-bien-137591.html
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