Por qué a Asia Central le importa poco la victoria de Trump
Báo Tin Tức•10/11/2024
Si bien la victoria del Sr. Trump ha atraído la atención en muchas partes del mundo , los países de Asia Central se han mantenido indiferentes y cautelosos. Con un historial de cooperación fallida con Estados Unidos, países como Kazajistán y Uzbekistán han aprendido a mantener una política exterior pragmática y a no vincularse estrechamente con ninguna gran potencia.
El Sr. Donald Trump se dirige a sus seguidores en el Centro de Convenciones de Palm Beach, Florida, el 6 de noviembre de 2024. Foto: REUTERS/TTXVN
Según el diario Sabah Daily (Turquía), publicado el 9 de noviembre, mientras que Estados Unidos y muchos países se muestran entusiasmados con el regreso de Donald Trump, la región de Asia Central muestra una actitud bastante indiferente. Los líderes, desde Kazajistán hasta Uzbekistán, no ven motivos para esperar que la política de "Estados Unidos Primero" del Sr. Trump traiga beneficios significativos a la región. Bruce Pannier, periodista veterano especializado en la zona, comentó con franqueza: "Asia Central podría desaparecer casi por completo del radar de la política exterior estadounidense. Al Sr. Trump no le importó mucho Asia Central durante su primer mandato como presidente de Estados Unidos, incluso cuando el ejército estadounidense aún estaba presente en Afganistán". Esta indiferencia tiene profundas raíces en las promesas incumplidas del pasado. Los objetivos de Washington de "promover la democracia, frenar la influencia rusa y proteger los recursos energéticos" no han dado los resultados esperados. La historia demuestra que la relación entre Estados Unidos y Asia Central ha experimentado numerosos altibajos. Tras el colapso de la Unión Soviética a principios de la década de 1990, Estados Unidos tuvo una oportunidad de oro para ejercer influencia en la región. Los países de Asia Central, especialmente Kazajistán con sus grandes reservas de petróleo y uranio, fueron en su momento muy valorados por Washington. Sin embargo, Estados Unidos no evaluó adecuadamente la complejidad de las sociedades centroasiáticas. Los lazos históricos con Rusia, las complejas estructuras familiares y los desafíos en la construcción nacional crearon numerosos obstáculos. Los esfuerzos por impulsar una rápida reforma económica a menudo resultaron contraproducentes, lo que conllevó un aumento de la desigualdad y la corrupción. Tras el 11-S, Asia Central volvió a ser objeto de atención como centro logístico militar en Afganistán. Estados Unidos estableció bases en Uzbekistán y Kirguistán. Sin embargo, las tensiones en materia de derechos humanos llevaron a Uzbekistán a expulsar a las tropas estadounidenses en 2005, y la base de Manas en Kirguistán cerró en 2014.
Los líderes de Asia Central hoy en día persiguen una política exterior más pragmática. Como afirmó el presidente kazajo Kassym-Jomart Tokayev: “No creemos en los juegos de suma cero. Queremos reemplazar el ‘Gran Juego’ por el ‘Gran Bien’ para todos”. Chinara Esengul, de la Fundación Peace Nexus, señala: “ Una geopolítica eficaz para Asia Central no consiste en alinearse estrechamente con Estados Unidos ni con ninguna otra gran potencia, sino en mantener una distancia equitativa con respecto a todas las superpotencias”. Sin embargo, aún existe margen para la cooperación, especialmente en los sectores de minerales y tecnología. Bruce Pannier destaca que Estados Unidos ha dado mayor importancia recientemente a las relaciones comerciales con Asia Central, debido principalmente a su necesidad de materias primas estratégicas. Washington también está interesado en desarrollar un corredor comercial Este-Oeste para evitar a Rusia. Se puede afirmar que la actitud reservada de Asia Central ante la victoria del Sr. Trump en Estados Unidos es fruto de la experiencia histórica y del enfoque pragmático de la región en las relaciones internacionales.
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