La medida, que un portavoz del gobierno israelí calificó de "despreciable", tendrá poco impacto en Gaza o Cisjordania. Impulsada por Israel, la Autoridad Palestina (AP) en Cisjordania ni siquiera ha pagado a sus propios funcionarios.
Pero la decisión surge tras una serie de otros problemas para Israel, desde las advertencias de Washington de que dejaría de suministrar armas si la guerra en Gaza continuaba e impondría sanciones a los colonos que participen en actos de violencia, hasta cargos de genocidio en la Corte Penal Internacional (CPI) y una orden de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de la misma corte.
Netanyahu se ha opuesto durante mucho tiempo a la solución de dos Estados, y esa oposición se ha vuelto más estridente desde que asumió el cargo con una coalición de partidos nacionalistas religiosos de extrema derecha a fines de 2022.
El gobierno ha puesto constantemente en duda a la Autoridad Palestina, que fue establecida hace tres décadas bajo los acuerdosde paz provisionales de Oslo, acusándola de una serie de actos agresivos, entre ellos el apoyo a las familias de hombres armados muertos por las fuerzas israelíes y la promoción del antisemitismo en los libros de texto escolares.
Netanyahu calificó la decisión de los tres países como “una recompensa al terrorismo” y afirmó que el Estado palestino “intentará repetir la masacre del 7 de octubre”.
El comentario subrayó la gravedad de la situación política que rodea la guerra en Gaza y lo remota que parece la perspectiva de un acuerdo político basado en un Estado palestino que exista junto a Israel, cuando las conversaciones de paz aparentemente están prácticamente abandonadas.
Además de llamar a los embajadores de Oslo, Madrid y Dublín, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí también citó a los embajadores de Noruega, Irlanda y España en Israel para presenciar el vídeo del atentado en Israel del 7 de octubre.
Laura Blumenfeld, analista de Oriente Medio en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins en Washington, dijo que la decisión de los tres países “es una medida audaz, pero también imprudente y poco constructiva”.
Para el público israelí, esta decisión aumentará los temores y reforzará la opinión de Netanyahu de que Israel ha sido abandonado. Para el público palestino, esta decisión genera expectativas sin ofrecer una vía hacia su legítimo sueño de autonomía.
El precio a largo plazo
Para Netanyahu, que ha luchado por mantener unido un gobierno de coalición fracturado y enfrenta acusaciones de responsabilidad por el desastre del 7 de octubre, la declaración del miércoles de los tres países puede haber mejorado sus perspectivas, consolidando su imagen como un hombre firme frente a un mundo hostil.
“Este acontecimiento refuerza las afirmaciones que hemos visto desde el inicio de la guerra de que solo podemos confiar en nosotros mismos”, declaró Yonatan Freeman, experto en relaciones internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén. “Y creo que esta decisión podría incluso respaldar las explicaciones y descripciones de las acciones del gobierno israelí en la guerra de Gaza”.
Sin embargo, para Israel, el costo de bloquear los avances hacia un Estado palestino podría ser mucho mayor, y el primero de ellos podría ser la pérdida de la normalización de las relaciones con Arabia Saudita, el principal objetivo de política exterior de Netanyahu antes del incidente del 7 de octubre.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el martes a un comité del Senado estadounidense que un acuerdo con Arabia Saudita requeriría aliviar la situación en Gaza y establecer “un camino claro” hacia el reconocimiento de un estado palestino.
“Y, en general… en este momento, Israel no puede o no quiere seguir ese camino”.
Para el público israelí, la imagen del ataque del 7 de octubre, cuando hombres armados arrasaron comunidades en el borde de la Franja de Gaza, matando a 1.200 personas y tomando 250 rehenes, sigue siendo una imagen extremadamente dolorosa.
Pero fuera de Israel, las imágenes del sufrimiento en Gaza, donde la implacable campaña de Israel ha matado a más de 35.000 palestinos y arrasado gran parte del enclave, han provocado protestas en los campus universitarios de Estados Unidos y en las calles de las ciudades europeas.
Para el gobierno de Estados Unidos, así como para otros gobiernos como el de Alemania, que históricamente han apoyado a Israel, estas protestas han tenido un costo político cada vez más alto.
Ambos países han insistido en que el reconocimiento de un Estado palestino debe ser el resultado de negociaciones y no una decisión unilateral, y otros países europeos como Francia y el Reino Unido también se han negado a unirse a los tres países en la decisión de reconocer un Estado palestino.
Pero según Alon Liel, ex jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel y crítico de la administración de Netanyahu, el reconocimiento de un Estado palestino por parte de países individuales es menos importante que el contexto más amplio, incluidas las acusaciones formuladas contra Israel y sus líderes en el tribunal internacional de La Haya.
“Si esta decisión se considera parte de una serie de decisiones que están generando impulso para futuras decisiones y como parte de la CPI, la CIJ, las sanciones a los colonos y otras decisiones, es muy posible que puedan hacer que Israel se dé cuenta de que existe un mundo fuera de Israel”.
Nguyen Quang Minh (según Reuters)
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Fuente: https://www.nguoiduatin.vn/mot-so-nuoc-chau-au-cong-nhan-nha-nuoc-palestine-israel-bi-co-lap-a664902.html
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