La carrera de Félix fue cuesta abajo. |
João Félix fue una joya del fútbol portugués. En 2019, toda Europa estaba fascinada con el joven de 19 años del Benfica: un hombre con la técnica de un clásico número 10, la velocidad de un extremo y la precisión de cara a portería de un auténtico delantero.
Pero seis años después, el nombre Félix se ha convertido en símbolo de desorientación: un talento que nunca alcanzó las expectativas. Ahora, cuando se abre el mercado de fichajes, Félix ya no es el nombre por el que se pelean los grandes clubes, sino la persona que sostiene el teléfono para navegar por el "Tinder del fútbol", con la esperanza de encontrar un equipo dispuesto a echar una mano.
Atrás quedaron los días en que el Real Madrid tenía que convencerlo con un proyecto deportivo ; ahora ni siquiera el Chelsea, un equipo en crisis y con escasez de jugadores en la delantera, se molestó en incluirlo en la lista para el Mundial de Clubes. El entrenador Enzo Maresca trajo 28 jugadores, cuando se le permitía inscribir hasta 35, y Félix no tenía sitio.
Además, Félix quiere volver a donde empezó: el Benfica. En un emotivo momento en el funeral de Diogo Jota, Félix confesó: "Necesito volver a casa, y el Benfica es el objetivo. Si pudiera volver ahora, sería muy feliz".
Esas palabras pudieron haber sido un arrebato, pero también revelaron una admisión tácita. Félix estaba desesperado y necesitaba salvación, tanto física como mental.
En teoría, el Benfica podría ser el lugar ideal para que Félix volviera a empezar. El actual entrenador es Bruno Lage, quien lo ayudó a brillar con 17 goles y 10 asistencias en la temporada 2018/19. Esa fue la última vez que Félix realmente jugó el fútbol de élite que la gente alguna vez soñó. Pero ¿basta un pasado glorioso para salvar un presente inestable?
Desde 2019, Félix no ha marcado más de 10 goles en ninguna temporada. Esa cifra es realmente aterradora comparada con los casi 195 millones de euros que los clubes han gastado en ficharlo en los últimos seis años. Pasó por el Atlético de Madrid, el Chelsea y luego el Milán, y dondequiera que iba, solo dejaba a la gente con la cabeza llena de arrepentimiento. Un jugador técnico y creativo, pero falto de motivación, de capacidad de integración y, sobre todo, de espíritu de lucha cuando no tenía el balón.
Félix es una víctima clásica de la era de los "highlights". Unos cuantos buenos goles, unas cuantas jugadas improvisadas, combinados con la publicidad mediática, bastan para convertir a un jugador potencial en una "falsa superestrella". Pero el fútbol de élite no se trata de trivelas ni rabonas, sino de constancia, dedicación y, a veces, sacrificio por el equipo, algo que Félix nunca ha demostrado realmente.
Y ahora, se enfrenta a una decisión que podría marcar el resto de su carrera. ¿Seguir soñando en grandes clubes, aceptar quedarse en el banquillo o volver al punto de partida, bajar el ego, aceptar una rebaja salarial y empezar de cero?
Si el Benfica está dispuesto, si Bruno Lage todavía cree, entonces esta es la última oportunidad de Félix de volver a ser un verdadero futbolista, en lugar de quedarse en una promesa que nunca se hará realidad.
Porque si sigue perdiendo el rumbo, el verano de 2025 no solo será un punto de inflexión en la carrera de Félix. Será el fin del sueño dorado que en su día fue el más brillante del fútbol portugués en la generación post-Ronaldo.
Fuente: https://znews.vn/mua-he-dinh-menh-cua-joao-felix-post1567234.html
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