La disposición adecuada de bases militares en Oriente Medio ayudará a Estados Unidos a afrontar con eficacia las impredecibles tácticas de Irán ante la escalada de la situación en la región.
Un F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de EE. UU. llega a la base aérea de Al Dhafra en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, en febrero de 2022. (Fuente: AFP) |
En un análisis táctico reciente publicado en Military Times, el general McKenzie, del Cuerpo de Marines de EE. UU., quien se desempeñó como comandante del Comando Central de EE. UU. (2019-2022) y miembro emérito Hertog del Instituto Judío para la Seguridad Nacional, evaluó la importancia de la estrategia estadounidense respecto a las bases militares en Oriente Medio en el contexto de la escalada de tensiones entre Israel e Irán. TG&VN tradujo el análisis.
Reevaluar la disposición de las bases militares
En muchos conflictos, la geografía se considera un factor decisivo. Sin embargo, en lo que respecta a las bases militares estadounidenses en Oriente Medio, esto no es necesariamente así. La estructura actual de bases estadounidenses reduce la capacidad de las fuerzas armadas estadounidenses para disuadir a Irán y su capacidad para combatir eficazmente en un escenario de alta intensidad. Por lo tanto, Estados Unidos debe calcular con precisión para que la geografía no afecte sus planes en Oriente Medio.
Suponiendo que si Estados Unidos entra en un conflicto a gran escala con Irán, las bases militares existentes se volverán inútiles si Irán ataca continuamente, es posible que los iraníes hayan comprendido esta debilidad y hayan desarrollado una gran fuerza de misiles y drones para obtener ventaja.
Por lo tanto, más que nunca, Estados Unidos necesita reevaluar la realidad de sus bases militares en la región y elaborar planes para cualquier situación, incluso las imprevistas. La presencia estadounidense en las bases existentes constituye una garantía importante para los países aliados de Estados Unidos en la región. Por lo tanto, es improbable que Estados Unidos abandone bases como Al Dhafra en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Al Udeid en Catar.
Además, Estados Unidos debería trabajar con Arabia Saudita, Jordania, Omán y Egipto para identificar bases lo más al oeste posible donde Estados Unidos pueda desplegar aeronaves, instalaciones de mantenimiento, capacidades de reabastecimiento de combustible y armas.
Estados Unidos está comenzando a implementar algunas de estas importantes tareas. Estados Unidos y Arabia Saudita han decidido establecer una "Red de Bases Occidentales" para evaluar bases cerca del Mar Rojo, con el fin de utilizarlas en caso de una escalada del conflicto. Las bases aéreas en Omán, Egipto y Jordania aún no se han desarrollado, pero se están considerando cuidadosamente. El Centro de Operaciones Aéreas Conjuntas de Estados Unidos en Al Udeid también se centra en abordar las deficiencias en el mando y control aéreo.
Combate flexible, difícil de rastrear.
¿Cuál es el enfoque que planea EE. UU.? Se trata de una táctica de "combate flexible", basada en advertencias y señales de conflicto, y los activos militares estadounidenses podrán reubicarse en bases occidentales a lo largo del Golfo Pérsico. El acceso de Irán a estas zonas será difícil, y tendrá dificultades para determinar desde qué bases operan las aeronaves militares estadounidenses.
En caso de hostilidades, los cazas estadounidenses despegarían de bases distantes, reabastecerían en ruta y realizarían misiones de combate. Dependiendo del desarrollo de la guerra, podrían aterrizar y reabastecerse/reubicarse en bases avanzadas existentes en el Golfo Pérsico, reduciendo su tiempo en tierra y aumentando su velocidad de ciclo. En cualquier caso, estos cazas regresarían a sus bases occidentales para descansar.
Estas bases no requieren grandes inversiones, pueden ser rudimentarias o estar mínimamente equipadas, pero son necesarias para garantizar importantes intereses estadounidenses en las decisiones militares en la región.
Además, en 2021, Israel se unió al Área de Responsabilidad (AOR) del Comando Central de EE. UU. (CENTCOM). Por lo tanto, Estados Unidos ahora puede considerar el despliegue de tropas en Israel en caso de conflicto con Irán. Israel tiene la misma ventaja geográfica que si estuviera estacionado en el oeste de Arabia Saudita u otros países árabes. Además, Israel cuenta con sólidas capacidades de defensa aérea y antimisiles, que han sido probadas. La participación de Israel en el CENTCOM también facilita el entrenamiento, la interoperabilidad e incluso el mantenimiento de equipo militar.
En particular, una ventaja en las estrategias tácticas de Estados Unidos en la región es la creciente normalización de las relaciones de Israel con los países árabes. Esto se ha hecho posible diplomáticamente gracias a la firma de los Acuerdos de Abraham por parte de Israel en 2020 con los Emiratos Árabes Unidos y Baréin, lo que ha promovido el intercambio de información y tácticas con Estados Unidos como intermediario.
El masivo y complejo ataque de Irán al aeropuerto de Nevatim en Israel el 13 de abril fracasó gracias a las capacidades de Israel con el apoyo de Estados Unidos, sus aliados y la cooperación y el intercambio de información de sus vecinos árabes.
En Oriente Medio, la disuasión debe continuar. Los acontecimientos de los últimos dos meses han dejado claro que es posible disuadir a Irán de llevar a cabo ataques importantes en la región. Sin embargo, para garantizarlo en escenarios más lejanos, Estados Unidos debe fortalecer sus recursos y capacidad de combate.
Estados Unidos debe actuar con determinación para desarrollar alternativas de bases que mejoren su preparación y obtengan ventaja en un conflicto prolongado y de alta intensidad con Irán. La geografía es importante, pero no lo es todo. Claramente, la disposición a reposicionar rápidamente las bases y a fortalecer continuamente las capacidades de combate garantizará el panorama regional.
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Fuente: https://baoquocte.vn/my-bay-binh-bo-tran-hoa-giai-yeu-to-dinh-menh-trong-xung-dot-o-trung-dong-iran-vao-the-bi-tung-hoa-mu-289688.html
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