El estudio se basó en una encuesta realizada a 16.168 personas en Austria, Bulgaria, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, los Países Bajos, Polonia, España y Suecia, según informó recientemente el South China Morning Post . La encuesta se llevó a cabo en abril.
La encuesta reveló que solo el 23% de los encuestados en 11 países europeos se inclinaba por apoyar a Estados Unidos, mientras que el 62% prefería mantenerse neutral. El sondeo, parte de una investigación del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, también constató que muchos ciudadanos europeos (43%) siguen considerando a China un socio fundamental con el que desean cooperar.
Una nueva encuesta muestra que muchas personas en 11 países europeos no quieren que empresas chinas construyan infraestructuras críticas en sus países.
Por otro lado, el estudio constató que un número creciente de europeos apoya las sanciones contra China si suministra armas a Rusia, incluso si ello perjudica gravemente a las economías occidentales; el 41% se mostró a favor de tal medida frente al 33% en contra.
La posibilidad de que China suministre armas a Rusia ha sido descrita como una "línea roja" por los líderes de la Unión Europea (UE), quienes continúan presionando a China para que no envíe armas al ejército ruso, según el South China Morning Post .
Los encuestados también se mostraron recelosos de la inversión china en Europa, y una amplia mayoría afirmó que sería “inaceptable” que las empresas chinas fueran propietarias de puertos, puentes, periódicos, equipos de fútbol o empresas tecnológicas en Europa, y muchos no querían que las empresas chinas construyeran infraestructuras críticas en sus países.
El estudio surge en medio de un acalorado debate sobre cómo la UE debería relacionarse con China.
En Bruselas, los responsables políticos están elaborando una estrategia de seguridad económica, que se presentará el 20 de junio, y que propondrá formas de distanciar la economía europea de Pekín en áreas donde la dependencia está creciendo.
La nueva estrategia supondrá los primeros pasos de la UE para controlar las inversiones de las empresas en China, una medida controvertida que ha enfadado a las empresas y a algunos Estados miembros de la UE que desean continuar con el libre comercio, según el South China Morning Post .
Enlace de origen






Kommentar (0)