Estudios en roedores
El ayuno intermitente (AI), que restringe la ingesta diaria de alimentos a una ventana de 4 a 10 horas, se considera un régimen de ayuno viable para la mayoría de las personas debido a su eficacia clínica comprobada para promover la pérdida de peso y la facilidad de adherencia al eliminar la necesidad de realizar un seguimiento de las calorías durante la ventana de alimentación.
Se ha demostrado que el ayuno intermitente es eficaz para perder peso, pero sus consecuencias a largo plazo aún no están claras.
FOTO: Van Tung
Además, se ha demostrado que el ayuno intermitente aumenta la sensibilidad a la insulina, reduce la presión arterial y ofrece otros beneficios metabólicos en humanos, sin que se hayan reportado efectos adversos graves en estudios previos. A pesar de la creciente evidencia de los beneficios del ayuno intermitente para la salud en humanos, los mecanismos fisiológicos y moleculares que impulsan estos efectos aún no se comprenden por completo.
Hasta la fecha, los regímenes de ayuno intermitente se han derivado en gran medida de estudios con roedores, lo que sugiere que los mecanismos moleculares subyacentes a los efectos de los patrones de alimentación variables sobre la salud metabólica pueden estar relacionados en parte con la sincronización de los tiempos de ayuno y alimentación con los ritmos circadianos.
¿Qué tan efectiva es la pérdida de peso?
Según ensayos clínicos recientes que evalúan la eficacia del ayuno intermitente, los resultados informados confirman la eficacia del régimen de AI en el control del peso.
En términos de duración, los hallazgos sugieren que se requiere un mínimo de 5 semanas de estrategia de ayuno intermitente para lograr un objetivo de pérdida de 3 kg (por ejemplo, pérdida del 3,75 % en un adulto de 80 kg), y que las duraciones más prolongadas resultan en una mayor pérdida.
Los beneficios clínicos se observan típicamente con una pérdida de peso corporal del 3 al 5 %. Según un metaanálisis de ensayos clínicos de 2025, el ayuno intermitente ha demostrado ser moderadamente eficaz para la pérdida de peso en personas con peso normal y significativamente eficaz en personas obesas con enfermedades crónicas comórbidas.
El mecanismo de la pérdida de peso podría estar relacionado con la reducción de la ingesta calórica, lo que puede conllevar una reducción del gasto calórico total y una mejora subsiguiente en la pérdida de peso. En estudios, los participantes redujeron, involuntaria o voluntariamente, su ingesta calórica desde el inicio hasta el final del estudio, lo que sugiere un efecto indirecto del ayuno intermitente en los patrones de gasto energético.
Los autores plantearon la hipótesis de que la pérdida de peso observada podría explicarse por el principio del balance energético negativo, en el que la pérdida de peso se inicia por una disminución de la ingesta de energía y/o un aumento del gasto de energía.
El ayuno intermitente parece afectar ambos componentes de esta ecuación energética, contribuyendo así a la eficacia de la ecuación en la pérdida de peso.
Las consecuencias aún no están del todo claras.
Aunque la evidencia de la eficacia del ayuno intermitente para perder peso está bien documentada, los resultados de los metanálisis actuales brindan conclusiones contradictorias con respecto a la correlación entre la duración del ayuno intermitente y su eficacia para perder peso.
Según las teorías del ritmo circadiano, el ayuno intermitente mejora el metabolismo en modelos animales, al menos en parte, al actuar a través del reloj circadiano molecular. Este mecanismo se está investigando a fondo en modelos animales, y ahora se están realizando estudios en humanos. Por otro lado, si bien el ayuno intermitente es eficaz para promover la pérdida de peso en humanos, sus efectos sobre los cambios en la dieta y sus consecuencias aún no se comprenden por completo.
Explorar la interacción entre el ayuno intermitente y los diferentes componentes dietéticos es importante, ya que permite evaluar cómo los diferentes aspectos nutricionales influyen en la eficacia del ayuno intermitente. Se necesitan estudios más rigurosos en humanos para investigar a fondo la eficacia, la seguridad, la adherencia a largo plazo, los mecanismos subyacentes y la sostenibilidad del ayuno intermitente en diversos grupos demográficos y con diversas enfermedades, antes de poder proponer directrices para esta dieta en humanos.
Fuente: https://thanhnien.vn/nhin-an-gian-doan-va-giam-can-185250224184614681.htm
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