A medida que la humanidad depende cada vez más de los satélites para Internet, la navegación e incluso la defensa, surge una nueva preocupación: las emisiones que causan el calentamiento global podrían hacer que estos satélites sean más vulnerables a las tormentas solares - Foto: AI
Los científicos han descubierto que el aumento de CO₂ en la atmósfera superior está enrareciendo el aire. Mientras tanto, las tormentas solares, en las que partículas cargadas del Sol colisionan con la atmósfera, están densificando el aire. Este rápido y drástico cambio de densidad podría causar graves problemas a los satélites, según afirmaron los científicos en un artículo publicado en la revista Geophysical Research Letters.
Las tormentas geomagnéticas son perturbaciones del campo magnético terrestre causadas por la actividad solar. Las tormentas fuertes pueden aumentar la densidad de la atmósfera superior, dificultando que los satélites mantengan su órbita y velocidad. Si se desequilibran, pueden perder altitud gradualmente, acortando su vida útil.
Simulaciones realizadas en la supercomputadora del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) de EE. UU. muestran que, para finales del siglo XXI, la densidad de la atmósfera superior podría disminuir entre un 20 % y un 50 %. Cuando se produce una fuerte tormenta magnética, el aumento de densidad será mucho mayor que el actual, llegando incluso a duplicarse o triplicarse.
"Para la industria satelital, este es un tema particularmente importante. Los diseños de satélites deben considerar las condiciones atmosféricas futuras, en lugar de basarse únicamente en datos históricos", afirmó el investigador Nicholas Pedatella.
Una atmósfera más delgada significa que los satélites experimentan menos resistencia, tienen órbitas más estables y pueden tener vidas útiles más largas.
Sin embargo, surge una paradoja: es esta "extensión de la vida" la que hace que la basura espacial, incluidos los satélites fuera de servicio y los pequeños fragmentos, persistan durante más tiempo en la órbita baja alrededor de la Tierra.
Durante una tormenta magnética, un breve aumento en la densidad atmosférica puede provocar que los satélites y los desechos caigan más rápido, lo que aumenta el riesgo de una colisión en cadena.
Un pequeño trozo de residuo que impacta un satélite activo puede crear miles de trozos nuevos, causando un "efecto dominó" en toda una región orbital.
El estudio tomó la tormenta de mayo de 2024 como un ejemplo típico, cuando una serie de eyecciones de masa coronal (CME) del Sol crearon una exhibición de auroras inusual en muchas áreas de baja latitud, que rara vez se ven.
Además de su espectacular belleza, algunos satélites han sufrido interrupciones o incluso corren el riesgo de fallar. Al simular el mismo escenario en 2040, 2061 y 2084, el equipo descubrió que el cambio climático amplificaría el impacto de las tormentas magnéticas en la atmósfera, provocando cambios repentinos de densidad mucho más intensos que los actuales.
“En 30 años, una tormenta de la misma magnitud que la actual podría producir una respuesta atmosférica completamente diferente”, enfatizó Pedatella. Esto significa que la industria satelital no puede basarse en datos históricos para diseñar, sino que se ve obligada a recalcular y adaptarse a una Tierra cambiante bajo el doble impacto del clima y el espacio.
Fuente: https://tuoitre.vn/o-nhiem-khong-khi-lam-gps-vien-thong-de-te-liet-trong-bao-mat-troi-20250816084257144.htm
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