Los fanáticos vieron una mejora después de que MU perdiera 0-1 ante el Arsenal. |
Para el Manchester United, la derrota por 0-1 ante el Arsenal en la primera jornada de la temporada 2025/26 de la Premier League, la noche del 17 de agosto, fue de segunda categoría. Porque, bajo el cielo de Old Trafford ese día, el público abandonó el estadio no con la tristeza habitual, sino con optimismo, incluso con cierta emoción.
¿Qué ha cambiado? La respuesta está en las piernas y el temperamento de dos nuevos reclutas: Matheus Cunha y Bryan Mbeumo.
Una alternativa digna
Cuando Rubén Amorim decidió prescindir de Rasmus Hojlund y Alejandro Garnacho para dar paso a Cunha y Mbeumo, muchos lo consideraron una decisión audaz. Pero revitalizó el Old Trafford de una forma pocas veces vista. Atrás quedaron los toques vacilantes y las actitudes superficiales, reemplazadas por intensidad, velocidad y hambre.
Cunha y Mbeumo tuvieron nueve disparos entre ambos, tantos como toda la plantilla del Arsenal en conjunto. No estuvieron precisamente precisos al final, pero sus carreras que rompían la defensa, sus atrevidas contraataques y sus enérgicos sprints dieron a la afición de los Diablos Rojos la sensación que llevaba años esperando: su equipo por fin sabía cómo atacar de nuevo.
Cunha hizo flaquear a William Saliba, el central famoso por su calma. Mbeumo convirtió a Riccardo Calafiori en una carga para la banda izquierda del Arsenal, obligando a David Raya a demostrar constantemente su talento. Cada vez que el balón llegaba a los pies de estos dos jugadores, la grada de Old Trafford se ponía en pie, como si la confianza que les habían robado durante tanto tiempo hubiera sido devuelta.
Las estadísticas no favorecen a Ruben Amorim. 15 derrotas en 28 partidos de la Premier League lo convierten en el peor entrenador en ese periodo desde Paul Hart en el Portsmouth en 2009. Para cualquier gran club, eso sería una sentencia. Pero, paradójicamente, la derrota ante el Arsenal le ha valido a Amorim más apoyo.
Cunha aporta un aire nuevo al estilo de juego del MU. |
La razón es el estilo de juego. La gente empieza a notar un Manchester United más estructurado, con identidad en lugar de caos. El sistema de tres defensas, a menudo objeto de burla, ahora funciona con coherencia, lo que ayuda al equipo a no desmoronarse bajo presión.
Amorim también admitió con franqueza: "Jugadores como Cunha, como Bryan, solo necesitan un instante para hacer explotar todo el estadio. Lo más importante es que hoy ya no somos aburridos".
Fue una confesión sincera, y también una promesa: MU quizá no haya ganado, pero ya no volverá a aburrir al público. Tras años de aburrimiento, esa promesa por sí sola bastó para inspirar paciencia al público.
Dos contratos y una afirmación
Cunha y Mbeumo no son desconocidos. Han demostrado su talento en la Premier League: 15 goles con los Wolves, 20 con el Brentford. Sin embargo, de rojo, su valor no solo reside en la cantidad de goles, sino también en su carisma, algo que el Manchester United ha perdido desde que Sir Alex Ferguson dejó el cargo.
En las últimas 11 temporadas, al menos un club de la Premier League ha tenido un delantero con más de 20 goles. El Manchester United, club que en su día presumió de Van Nistelrooy, Rooney y Ronaldo, no tiene ni un solo jugador que cumpla con ese estándar. Por lo tanto, los 133 millones de libras gastados en ambos no son solo un traspaso, sino también una declaración: los "Diablos Rojos" están hartos de delanteros sin alma.
La comparación es aún más clara al recordar a Hojlund (21 partidos consecutivos sin goles) o a Garnacho, quien fue criticado públicamente por su propio entrenador por su mala actitud en los entrenamientos. El hecho de que Hojlund ni siquiera estuviera en la convocatoria contra el Arsenal muestra un United diferente: lo suficientemente despiadado como para eliminar a los inútiles, incluso pagando el precio de 72 millones de libras por adelantado.
Bryan Mbeumo también dejó su huella. |
El Manchester United aún tiene muchos problemas evidentes, especialmente en la portería. El error aéreo de Altay Bayindir recordó a muchos el desastre de André Onana la temporada pasada. La defensa sigue siendo frágil y el mediocampo a veces carece de cohesión. Pero con un ataque que inspira miedo, todas las deficiencias restantes se atenúan repentinamente.
Veinte meses después de que Sir Jim Ratcliffe y el Ineos asumieran el control, las señales de cambio eran evidentes. Carrington se estaba renovando según lo previsto, Old Trafford, bajo el sol azul, volvía a ser un escenario de esperanza y, lo más importante, el equipo empezaba a tener una filosofía. No estaba completo, no era lo suficientemente fuerte como para ganar, pero al menos seguía ahí tras una década de ausencia.
Nadie celebra una derrota, especialmente contra un viejo rival. Pero también hay derrotas que pueden considerarse "gloriosas", porque demuestran que la oscuridad no durará para siempre. Con Cunha y Mbeumo, el Manchester United acaba de encontrar un motivo para mantener la cabeza alta, a pesar de haber abandonado el campo derrotado.
Si el fútbol es un largo camino, a veces la derrota de hoy marca el punto de inflexión para el resurgimiento del mañana. Y en Old Trafford, entre los aplausos atronadores, se creía que este otoño, al menos, había sembrado la esperanza de una nueva era.
Fuente: https://znews.vn/mu-tam-biet-loi-da-buon-ngu-post1577827.html
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