Un grupo de nadadores de la organización benéfica Ocean Culture Life (OCL) tuvo la oportunidad única de encontrarse con una ballena jorobada completamente blanca durante un viaje a Tonga ( Pacífico Sur). Este es uno de los raros encuentros con esta especie de ballena, lo que convierte la experiencia en un momento memorable para toda la vida.
Un equipo de OCL realizó una excursión de baño autorizada en aguas de Tonga, donde inesperadamente avistó una rara ballena jorobada blanca. La cría de ballena está nadando con su madre y otro macho. Es una vista inusual, aunque las ballenas jorobadas migran regularmente a las aguas de Tonga entre julio y noviembre de cada año para reproducirse y aparearse en el ambiente más cálido.
Lo especial de este encuentro fue la aparición de una ballena blanca, un ejemplar con tasas de encuentro extremadamente bajas. La ballena fue avistada por primera vez en agosto y se cree que es la primera ballena jorobada blanca nacida en aguas de Tonga, cerca de la isla Vava'u. La organización OCL ha estado siguiendo a este dúo de madre e hijo, pero avistarlos ha sido extremadamente difícil, lo que hace que este encuentro sea aún más especial.
La ballena jorobada blanca es una de las criaturas marinas más raras del mundo .
Jono Allen, guía turístico y fotógrafo que participó en el viaje, describió el encuentro como "la experiencia de su vida y un privilegio indescriptible".
Según el fotógrafo de vida silvestre Matt Porteous, Jono Allen buscó establecer confianza con la ballena madre imitando sus movimientos bajo el agua. Esta acción pareció ayudar a Allen a obtener la aceptación de la madre ballena y le permitió interactuar con la cría de ballena beluga.
Porteous describe esta comunicación silenciosa como un “antiguo ritual” que crea un puente de entendimiento entre los humanos y estas gigantescas criaturas marinas. El encuentro no fue sólo un momento de contacto físico, sino también un testimonio de la profunda conexión entre las especies a través de interacciones sutiles.
La rara ballena blanca ha sido bautizada como Mahina, que significa "Luna" en tongano, un nombre apropiado dada su piel pálida. Sin embargo, la apariencia inusual de Mahina ha generado mucha discusión sobre su estado de salud. Los expertos creen que Mahina puede haber sufrido albinismo o leucoplasia , dos afecciones que afectan la pigmentación corporal.
El albinismo es una condición genética que hace que el cuerpo carezca por completo del pigmento melanina, lo que afecta la piel y los ojos del animal. Mientras tanto, la leucoplasia sólo provoca una pérdida parcial de la pigmentación. Ahora se cree que Mahina tiene albinismo porque tiene los ojos negros, una característica atípica de los animales albinos, que suelen tener ojos rojos o rosados. El caso de Mahina, sin embargo, aún no está del todo confirmado, ya que hay otras especies de ballenas blancas como la Migaloo, famosa en Australia, que también tienen los ojos negros pero en realidad son albinas.
La mayoría de las ballenas jorobadas blancas sufren de albinismo o leucismo, trastornos genéticos que impiden que el cuerpo produzca suficiente pigmento melanina. Según los científicos, la tasa de ballenas jorobadas con albinismo o leucismo es solo de 1/10.000. Esto significa que, en una población de miles de ballenas jorobadas, sólo unos pocos individuos son blancos.
Si bien conocer a Mahina fue una experiencia mágica, Jono Allen también expresó su preocupación por la seguridad de la cría de ballena beluga. Su llamativa piel blanca puede convertirlo en un blanco fácil para los depredadores marinos.
Allen señaló que, si bien la ballena madre protegía ferozmente a su cría y el macho que la escoltaba también colaboraba en la protección, la coloración distintiva de Mahina puede haber sido un factor de su vulnerabilidad. “No sabemos si algún día la volveremos a ver”, dijo. “Pero realmente espero que tengamos el privilegio de ver a Mahina regresar a Tonga como una ballena beluga completamente desarrollada”.
La aparición de Mahina ha atraído la atención internacional, no sólo por la rareza de la ballena beluga, sino también por sus potenciales implicaciones ecológicas y de conservación. Proteger y monitorear el desarrollo de Mahina no es sólo una tarea científica, sino también una acción para proteger la biodiversidad en el entorno oceánico.
Debido a su llamativo color, las ballenas jorobadas blancas son detectadas y atacadas más fácilmente por los depredadores. Además, también son más susceptibles a la luz solar que las personas de color más oscuro.
Estos encuentros son un recordatorio de que la naturaleza está llena de maravillas y que es nuestra responsabilidad preservar y proteger especies marinas raras como el mahina. Cada encuentro con estas raras criaturas no sólo es una experiencia mágica, sino también una oportunidad para comprender mejor el mundo natural que nos rodea.
Un encuentro con Mahina, una rara ballena jorobada blanca, es un testimonio de la belleza y la maravilla de la naturaleza. Sin embargo, proteger y mantener animales tan raros requiere esfuerzos constantes por parte de científicos, organizaciones de conservación y la comunidad internacional. Con suerte, un día pronto, Mahina regresará a Tonga y dejará de ser una cría de ballena vulnerable para convertirse en un símbolo de vida robusta en el entorno oceánico.
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Fuente: https://giadinh.suckhoedoisong.vn/phat-hien-ca-voi-lung-gu-trang-sinh-vat-sieu-hiem-trong-tu-nhien-172241015085253726.htm
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