La criatura, llamada Mosura fentoni por los científicos , era un artrópodo radiodóntido extinto. Tenía tres ojos, usaba garras con púas para atrapar presas, se alimentaba con una boca redonda y dentada, nadaba con aletas a los costados y poseía 26 segmentos corporales, la mayor cantidad jamás registrada entre los radiodóntidos.
Por suerte, la criatura solo medía aproximadamente la longitud de un dedo humano. De hecho, la mayoría de las criaturas de aquella época eran bastante pequeñas.
Sin embargo, la compleja estructura segmentada de la cola y las características anatómicas únicas de Mosura impulsaron a los paleontólogos Joe Moysiuk (Museo de Manitoba) y Jean-Bernard Caron (Museo Real de Ontario) a dedicar años de estudio intensivo.
Llamaron a la especie Mosura por su parecido con la popular polilla “Mothra”, aunque en realidad no está relacionada con las mariposas modernas.

El mosura tenía 16 segmentos corporales principales con branquias dispuestas estrechamente en la parte posterior. Este es un ejemplo clásico de evolución convergente, en el que organismos de diferentes grupos pueden desarrollar características anatómicas similares como resultado de la adaptación al mismo tipo de entorno, como es el caso de los cangrejos herradura, las cochinillas de humedad y muchos insectos modernos, todos ellos con branquias respiratorias en la parte posterior del cuerpo.
Los océanos del período Cámbrico, hace unos 539 a 487 millones de años, eran muy diferentes de los entornos marinos modernos. Fue entonces cuando la diversidad de la vida comenzó a despuntar, marcando uno de los primeros capítulos en la historia de la vida en la Tierra.
No existe mucha información sobre el período Cámbrico, pero la capa geológica de Burgess Shale, en Canadá, se considera uno de los tesoros paleontológicos más preciados. Formada hace unos 508 millones de años, esta capa de roca contiene sedimentos de flujos de lodo que fluyeron por el lecho marino, enterrando y preservando perfectamente los cuerpos de muchas criaturas antiguas durante su sedimentación.
Esos sedimentos se convirtieron en Lagerstätte, un término usado para describir sitios fósiles especiales que preservan detalles finos, tejido blando e incluso estructuras internas, algo que es raro en bioarqueología.

En este rico ecosistema, los radiodontes, una rama temprana de los artrópodos, dominaron en su día. El más famoso de ellos fue el Anomalocaris, un temible depredador que podía alcanzar hasta un metro de largo. Aunque no era enorme para los estándares actuales, era un verdadero monstruo durante el Cámbrico.
Comparado con Anomalocaris, Mosura era mucho más pequeño, pero poseía características anatómicas extremadamente singulares. Los científicos Moysiuk y Caron estudiaron un total de 61 fósiles de Mosura, describiendo así en detalle su estructura corporal, incluyendo los sistemas nervioso, circulatorio y digestivo.
Encontraron rastros de haces nerviosos en los ojos, lo que indica un procesamiento visual relativamente avanzado, similar al de los artrópodos modernos. Este nivel de conservación es extremadamente raro en arqueología, especialmente en especies de tejidos blandos.

Los radiodontes fueron la primera rama en ramificarse en el árbol evolutivo de los artrópodos, un grupo que hoy en día incluye insectos, arañas, crustáceos y muchas criaturas de aguas profundas. El estudio de las mosuras ayuda a los científicos a comprender mejor los rasgos compartidos por sus ancestros y cómo los organismos modernos los han heredado o adaptado con el tiempo.
Si bien muchas características se han perdido en el curso de la evolución, otras se han conservado. Gracias a los métodos de investigación modernos, la excavación e interpretación de fósiles como el de Mosura están abriendo nuevas puertas a respuestas sorprendentes sobre el origen de estructuras biológicas aparentemente extrañas e inexplicables.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/quai-vat-3-mat-tung-tung-hoanh-dai-duong-cach-day-500-trieu-nam-20250527182854069.htm
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