Jefe de la aldea, Mua A Thi. |
El 1 de agosto, Mua A Thi, un hombre de 26 años, se abalanzó sobre la inundación de noche, llamó a la gente a huir y rescató a un anciano. Esa noche, solo el jefe de la aldea, Thi, y toda la aldea sobrevivieron. Si hubiera sido unos minutos más tarde, Hang Pu Xi habría sido un punto negro en el mapa de desastres naturales de este año. Como Hang Pu Xi solo tenía cinco casas gravemente dañadas, el resto quedó sepultada.
En otra noche lluviosa de septiembre de 2024, Ma Seo Chu, jefe de la aldea de Kho Vang, también tomó una decisión crucial: evacuar a las montañas las 17 familias con 115 personas. No había señal telefónica ni forma de contactar con sus superiores. Pero Ma Seo Chu no dudó. Y esa decisión luego alivió a toda la sociedad: más de 100 personas se salvaron, a pesar de que toda la aldea quedó sepultada por las inundaciones.
Ambas acciones podrían considerarse una extralimitación de autoridad desde una perspectiva administrativa mecánica. Pero sin esas decisiones imprudentes, más de 200 personas hoy en día probablemente no existirían. Hicieron lo correcto, en un momento en que nadie les dijo que lo hicieran; solo su corazón, su experiencia y los dictados de su conciencia los guiaron.
¿Por qué se atrevieron a tomar semejante decisión? Porque vivían con la gente, comprendían dónde podía derrumbarse la tierra, cuándo el río cambiaría de curso. Sabían qué temían más los aldeanos, qué necesitaban más en la noche lluviosa. Sin esperar una "política", sin alegar una "falta de rumbo", decidieron actuar, actuar para salvar a la gente. Eso no fue arbitrariedad, sino la máxima expresión de responsabilidad, ligada a la práctica y la moral.
El gobierno ha tomado medidas oportunas y acertadas. Inmediatamente después del incidente, el primer ministro Pham Minh Chinh ordenó elogiar al Sr. Mua A Thi, el valiente jefe de la aldea que arriesgó su vida para salvar a la gente de la inundación. Previamente, Ma Seo Chu también recibió un Certificado al Mérito del primer ministro por su destacada contribución para prevenir y superar las consecuencias de la tormenta número 3.
Elogiar a personas como Mua A Thi y Ma Seo Chu no debería limitarse a eventos puntuales. Debería convertirse en un mensaje coherente y contundente de todo el sistema político : honrar, alentar y proteger a quienes "se atreven a pensar, a actuar, a asumir la responsabilidad", incluso si son solo jefes de aldea en una zona remota o simples miembros de un sindicato en una zona remota.
Difundir ejemplos como Mua A Thi y Ma Seo Chu no es simplemente un acto de inspiración. Es también una forma de forjar un nuevo estándar de cuadros, aquellos que saben anteponer los intereses del pueblo a los suyos propios; aquellos que no actúan por medallas, sino que merecen el respeto de toda la sociedad. Y es también la forma de preservar el espíritu y la bondad, los elementos fundamentales que forjan la fuerza de una nación.
Fuente: https://baothainguyen.vn/xa-hoi/202508/quyet-dinh-khong-hanh-chinh-7691415/
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