¿Desde dónde se lanzó el dron ucraniano Bober que atacó el aeropuerto ruso de Pskov?
La noche del 29 al 30 de agosto de 2023, se llevaron a cabo los mayores ataques aéreos simultáneos en siete regiones de Rusia. El Ministerio de Defensa ruso informó que tres vehículos aéreos no tripulados (VANT) ucranianos fueron derribados en la región de Briansk y dos en la región de Kaluga; dos fueron destruidos en Orión; dos fueron derribados sobre la región de Riazán; y uno fue interceptado sobre los suburbios de Moscú, cuando se dirigía directamente hacia la capital. Las operaciones en los aeropuertos de Vnukovo, Domodedovo y Sheremetyevo fueron suspendidas temporalmente. Sebastopol también sufrió un importante ataque aéreo.
Sin embargo, Pskov fue la ciudad más afectada. Decenas de drones atacaron el aeropuerto de Pskov. Dos aviones de transporte militar Il-76 se incendiaron y sufrieron graves daños, y otros dos resultaron con daños leves. Pskov es una base de las tropas aerotransportadas, las fuerzas especiales de élite de Rusia. Según el Ministerio de Defensa ruso, en el ataque participaron más de dos docenas de drones ucranianos llamados Bober (castor), con un alcance de hasta 1000 kilómetros.
| dron Bober |
Este es un ataque verdaderamente sorprendente tras el ataque al aeródromo de largo alcance de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas en Engels el 26 de diciembre de 2022 y el ataque al aeródromo de Soltsy en Nizhny Novgorod el 19 de agosto de 2023. Resulta difícil para Rusia imaginar que el objetivo del ataque sea el aeropuerto de Pskov, ya que, según el Ministerio de Defensa ruso, para llegar a esta zona, el dron ucraniano Beaver, si despegara del norte de Ucrania, tendría que recorrer 800 km a través del territorio de la Federación Rusa y Bielorrusia.
Según numerosos expertos militares rusos, a Ucrania le resultaría difícil lanzar drones desde territorio ucraniano, atravesando Bielorrusia y adentrándose en Rusia, para alcanzar el noroeste del vasto país sin ser derribados. Añaden que estos drones podrían haber sido lanzados desde aguas internacionales del Báltico, pero, peor aún, podrían haber tenido su origen en los propios países bálticos (Estonia se encuentra a 30 km de Pskov y Letonia a 50 km), países miembros de la OTAN.
Mientras tanto, Ucrania afirmó que los drones que atacaron el aeropuerto de Pskov provenían de territorio ruso. Expertos militares rusos señalaron que era improbable que decenas de drones lanzados desde territorio ruso pudieran eludir el sistema de defensa aérea ruso. El portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, declaró que el incidente era muy grave y que el Ministerio de Defensa ruso estaba investigando y tomaría las medidas pertinentes.
Este suceso demuestra que los vehículos aéreos no tripulados (VANT) de largo alcance son cada vez más peligrosos y se utilizan con mayor frecuencia. Estas son las principales características tácticas y técnicas del dron Bober que atacó el aeropuerto militar de Pskov:
- Longitud: ~2,5 m, Envergadura: ~3 m
- Peso: 150 kg
- Alcance de vuelo: hasta 1000 km
- Altitud de vuelo: hasta 1500 m
- Velocidad: hasta 150 km/h
- Peso de la ojiva: hasta 20 kg
- Tiempo máximo de vuelo: ~ 7 horas
- Precio unitario: 100.000-110.000 USD/unidad
Los drones tienen alcances de vuelo cada vez mayores.
Los drones de largo alcance se utilizarán cada vez más en conflictos para atacar en profundidad el territorio enemigo. El artículo que sigue presenta un método para aumentar el alcance de los UAV rusos. Este método consiste en que un dron nodriza transporte un dron auxiliar, el cual se separará del dron nodriza y atacará al enemigo al aproximarse al objetivo. En este caso, se propone utilizar el dron suicida Lancet-3 como dron auxiliar y el UAV ruso Orion, de mayor tamaño, como medio de transporte.
El UAV Lancet-3 es un UAV suicida avanzado, ampliamente utilizado en el conflicto actual, mientras que el UAV Orion es el único UAV de altitud media en Rusia con un tiempo de vuelo relativamente largo. Dado que el tiempo es uno de los factores más importantes en combate, sería muy conveniente construir una tumba que sirva como plataforma para transportar UAV.
| UAV Lancet-3. |
El Lancet-3 pesa 12 kg (con un precio unitario de 35.000 USD), mientras que el UAV Orion-E (variante de exportación del Orion) puede transportar 250 kg para llevar vehículos o armamento montados en 3 soportes. En vuelo, el Orion puede volar de forma continua durante 30 horas y alcanzar una velocidad máxima de hasta 200 km/h. Si se añade el peso del transmisor de señal de control y la señal de vídeo de los UAV suicidas lanzados, se puede determinar que un UAV Orion puede transportar entre 6 y 12 UAV suicidas Lancet-3.
| dron "Orión" |
Debido a la falta de una red de comunicaciones satelitales de alta velocidad en Rusia, el control del UAV Orion y del UAV suicida Lancet-3 lanzado desde él deberá realizarse mediante un transpondedor ubicado en el UAV nodriza Orion durante su vuelo. Esto implica el riesgo de retrasos en la señal al controlar la aeronave a altas velocidades. Por lo tanto, una posible solución sería utilizar los aviones de puesto de mando aéreo Tu-214 PU y Tu-214SUS, que transportarían tanto al personal de control como al UAV Orion y al UAV suicida Lancet-3 lanzado desde este.
| Ty-214SUS |
Aunque la nave nodriza y los drones suicidas se controlen desde el puesto de mando aéreo, las capacidades de este complejo de reconocimiento y ataque serán muy elevadas. Si Rusia dispone de una red de satélites de órbita baja con comunicación de alta velocidad y baja latencia, así como de drones de transporte con mayor autonomía de vuelo, sus capacidades serán prácticamente ilimitadas desde un punto de vista geográfico.
Tácticas para utilizar grandes UAV para transportar pequeños UAV
Tras recibir información inicial sobre la posible ubicación de los objetivos potenciales, uno o más UAV Orion con UAV Lancet-3 suspendidos bajo las alas despegarán y se dirigirán hacia una distancia efectiva, teniendo en cuenta el tiempo de vuelo máximo posible del UAV suicida y el riesgo mínimo para el UAV nodriza.
Dependiendo del tipo de sistema de defensa antiaérea que el enemigo posea en una zona determinada, es posible optar por un plan de vuelo a gran o baja altitud. En este último caso, la ruta de vuelo del dron de transporte debe atravesar una zona desértica, preferiblemente boscosa. Simultáneamente, la aeronave de mando despega y, tras ascender, toma el control del dron nodriza.
Al recibir una señal de la aeronave de mando, el dron nodriza lanzará el dron kamikaze, que se mantendrá en vuelo estacionario para asegurar la transmisión de las señales de comunicación. El dron kamikaze entrará en la zona objetivo y la buscará. Tras detectar el objetivo, lo destruirá.
Quizás la solución óptima sería atacar los objetivos por pares, con el segundo dron kamikaze atacando tras el primero, confirmando así el impacto y reduciendo la posibilidad de repararlo con un segundo ataque. Por ejemplo, el primer dron kamikaze podría estar equipado con una ojiva de carga hueca y el segundo con una ojiva incendiaria.
La distancia entre el dron nodriza y el dron atacante, bajo el control de la aeronave de mando, puede superar los 300-350 km. Al utilizar la opción de vuelo a gran altitud del dron nodriza, el alcance del dron atacante aumenta, incrementando así el alcance total del sistema. Cabe destacar que este alcance está limitado por los medios de comunicación; el dron Orion puede cubrir distancias mucho mayores, lo que permite una mayor flexibilidad en la configuración de la ruta de vuelo para evadir las defensas antiaéreas enemigas.
Además de los lanzacohetes HIMARS y los sistemas de defensa aérea Patriot, los objetivos del Lancet-3 podrían ser los aviones Su-24 que Ucrania tiene actualmente, así como los cazas F-16 cuando sean transferidos a Ucrania.
Desde drones suicidas hasta drones de reconocimiento
Existe otra forma interesante de atacar objetivos de alta prioridad, prácticamente confirmando su destrucción. En este escenario, los drones suicidas Lancet-3 prescindirían de sus ojivas y utilizarían baterías de mayor capacidad para aumentar su alcance y tiempo de vuelo. Es decir, el Lancet se convertiría en un UAV puramente de reconocimiento. Quizás se conservaría una pequeña ojiva de unos pocos cientos de gramos, principalmente para evitar que el UAV sea capturado por el enemigo una vez agotada su batería.
También se puede reducir el número de UAV de reconocimiento Lancet en el UAV Orion para aumentar el alcance operativo del sistema. En general, se trata de una cuestión de prioridades: a mayor número de UAV de reconocimiento, mayor cobertura y menor complejidad operativa, o viceversa.
Las tácticas empleadas son prácticamente las mismas: tras entrar el UAV en la zona de lanzamiento, la aeronave de reconocimiento se desplaza hacia el área donde se prevé que se encuentre el objetivo. Solo después de detectar los objetivos, se procede a su destrucción, no mediante UAV suicidas, sino con armamento de largo alcance y alta velocidad, como el sistema de misiles Iskander, los misiles antibuque Onyx y los misiles balísticos aire-tierra Kinzhal.
| Misil Kinzhal en camino a destruir objetivos enemigos. |
En este escenario, los UAV de reconocimiento no solo detectan con precisión la ubicación del objetivo, sino que también confirman de manera fiable el hecho de su destrucción.
El uso flexible de los vehículos aéreos no tripulados (VANT) resuelve a la vez dos tareas importantísimas: causar daños significativos a las tropas enemigas y, al mismo tiempo, confirmar los daños para desacreditar las capacidades de combate y la eficacia de los sistemas de armas más modernos suministrados por los países patrocinadores.
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