Sin embargo, el acuerdo firmado el sábado entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) tras las conversaciones en la ciudad saudí de Yedda incluirá un mecanismo de monitoreo con respaldo internacional. El acuerdo entrará en vigor el lunes por la noche y se espera que permita que la ayuda humanitaria llegue a la población de la zona de conflicto.
Funcionarios observan cómo representantes del ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido firman un acuerdo de alto el fuego de siete días en Yeddah, Arabia Saudita, el 20 de mayo de 2023. Foto: Reuters
Los repetidos anuncios de alto el fuego desde que comenzó el conflicto el 15 de abril no han logrado detener los combates, pero el acuerdo de Yeddah marca la primera vez que las partes firman un alto el fuego después de las negociaciones.
Los analistas afirman que no está claro si el comandante del ejército sudanés, Abdel Fattah al-Burhan, o el comandante de las Fuerzas de Resistencia del Sudán, Mohamed Hamdan Dagalo, también conocido como Hemedti, harán cumplir el alto el fuego. Ambos comandantes han declarado previamente su deseo de ganar la guerra y no viajaron a Yedda para la ceremonia de firma.
El ejército sudanés y las Fuerzas de Seguridad Revolucionarias (RSF) reafirmaron su compromiso con el alto el fuego en declaraciones el domingo, incluso mientras continuaban los combates. Testigos informaron de enfrentamientos esporádicos en el centro y el sur de Jartum la mañana del domingo, seguidos de ataques aéreos y fuego antiaéreo más tarde ese mismo día en el este de Jartum y Omdurmán.
Desde que comenzaron los combates, 1,1 millones de personas han huido de sus hogares y se han trasladado dentro de Sudán o a países vecinos, creando una crisis humanitaria que amenaza con desestabilizar la región.
Quienes aún se encuentran en Jartum luchan por sobrevivir en medio de saqueos masivos, el colapso de los servicios de salud y la disminución de los suministros de alimentos, combustible, electricidad y agua.
Safaa Ibrahim, residente de Jartum de 35 años, expresó su esperanza de que el acuerdo pudiera poner fin al conflicto. "Estamos hartos de esta guerra. Nos han expulsado de nuestros hogares y nuestras familias están dispersas entre ciudades de Sudán y Egipto", declaró.
Desde el inicio del conflicto, la inestabilidad ha estallado en otras partes de Sudán, en particular en la región occidental de Darfur. Unas 705 personas han muerto y al menos 5.287 han resultado heridas, según la Organización Mundial de la Salud, aunque se cree que la cifra real de muertos es mucho mayor.
Mai Anh (según Reuters)
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