Ciudad Ho Chi Minh: Un hombre de 56 años fue trasladado de urgencia a urgencias tras la ruptura de uno de sus dos aneurismas aórticos torácicos, lo que puso en peligro su vida. Fue rescatado de inmediato por los médicos del Hospital Popular Gia Dinh.
El 22 de octubre, el Dr. Tieu Chi Duc, subdirector del Departamento de Cirugía Torácica y Vascular, informó que el paciente ingresó en el hospital con dolor en la espalda izquierda que se irradiaba al tórax. Anteriormente, el paciente había experimentado dolor de espalda repentino mientras conducía una motocicleta; el dolor se irradiaba al tórax y empeoraba al respirar profundamente.
Los médicos evaluaron al paciente en estado muy peligroso, ya que era probable que se hubiera roto el aneurisma de la aorta (la arteria principal más grande del cuerpo). Además, el estado de ambos pulmones era muy grave debido a la tuberculosis, con riesgo de muerte en cualquier momento.
Médicos de diversas especialidades consultaron urgentemente para encontrar una solución. La tomografía computarizada registró imágenes de dos aneurismas de la aorta torácica: el primero, de 63 x 75 mm, se había roto y el segundo, de 70 x 68 mm. Elegir un método de tratamiento en ese momento era muy difícil, ya que los pulmones del paciente estaban muy deteriorados debido a la tuberculosis progresiva. Si la cirugía requería anestesia, sería casi imposible tener éxito.
El equipo decidió el plan de intervención mediante la colocación de un catéter de endoprótesis vascular en la arteria donde se localiza el aneurisma. Esta técnica mínimamente invasiva reduce la mortalidad y las complicaciones en comparación con la cirugía abierta.
El paciente sufrió una rotura de aneurisma aórtico, pero gracias a las estructuras circundantes, como la columna vertebral y los pulmones, se conservó la frágil estructura localizada, lo que contribuyó a salvarle la vida. Un impacto leve, como un aumento de la presión arterial o una sacudida, podría causar la rotura del hematoma, poniendo en peligro su vida. Además, los pulmones del paciente resultaron dañados, lo que requirió que el equipo tuviera experiencia en técnicas competentes y un sólido conocimiento de la anatomía durante la intervención.
"Casi aguantamos la respiración hasta que logramos colocar el injerto en los dos extremos del vaso sanguíneo y aislar el aneurisma roto. Solo entonces respiramos aliviados, sabiendo que habíamos podido salvar la vida del paciente", dijo el Dr. Duc.
Imagen de vasos sanguíneos recuperando la circulación tras la intervención. Foto: Proporcionada por el hospital.
Tras la operación, el paciente fue monitorizado estrechamente para prevenir complicaciones. Una tomografía computarizada mostró que la aorta torácica en el lugar de la rotura previa se había recuperado de forma estable. El paciente fue dado de alta tras 5 días de tratamiento y trasladado a su localidad para continuar con la medicación antituberculosa.
El médico examina al paciente antes del alta. Foto: Bich Hanh
La aorta torácica se origina en el corazón y es la arteria más grande del cuerpo. Su ruptura causa compresión cardíaca aguda e isquemia en órganos como el cerebro, el hígado y el riñón, lo que provoca la muerte rápida del paciente. El aneurisma aórtico es una enfermedad común hoy en día, que se presenta principalmente en personas mayores con comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes, dislipidemia y tabaquismo.
Los médicos recomiendan que los pacientes con factores de riesgo acudan a centros médicos para una detección temprana y un tratamiento oportuno.
Le Phuong
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