El presidente Biden dijo que Moscú aún no ha decidido continuar con el desarrollo de la mencionada arma antisatélite, afirmando que no representa una amenaza nuclear, pero señaló que está destinada a destruir satélites en órbita, según la Agencia de Noticias AA.
"No hay evidencia de que hayan tomado la decisión de seguir haciendo algo en el espacio. Lo que hemos descubierto, y que aún no ha sucedido, es que existe la posibilidad de lanzar un sistema al espacio que, en teoría, podría causar daños. Y espero que eso no suceda", enfatizó el presidente Biden.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habla en la Casa Blanca el 16 de febrero.
Anteriormente, el 14 de febrero, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Turner, advirtió sobre una "grave amenaza a la seguridad nacional" y pidió al presidente Biden que hiciera pública toda la información relacionada con las armas antisatélite de Rusia.
La advertencia se produjo después de que el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, programara una reunión con un grupo de legisladores clave, incluido Turner, para discutir información clasificada que Estados Unidos había obtenido sobre las armas antisatélite de Rusia.
¿La política estadounidense en crisis por la amenaza de la “capacidad nuclear” de Rusia para destruir satélites?
La amenaza siguió siendo en gran medida un misterio hasta que la Casa Blanca confirmó el 15 de febrero que se trataba de una nueva capacidad antisatélite rusa.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, dijo el 15 de febrero que la Casa Blanca está monitoreando las armas antisatélite de Rusia, calificándolas de motivo de preocupación pero no de amenaza inmediata, según The Guardian .
El Sr. Kirby no confirmó ni negó directamente los informes de que las nuevas armas de Rusia eran nucleares, pero dijo que eran armas espaciales y violaban el Tratado del Espacio Exterior de 1967.
En respuesta a las advertencias de la administración de Washington, el Kremlin dijo que se trataba de una "invención maliciosa" y un truco que la Casa Blanca estaba utilizando para obligar a los legisladores estadounidenses a aprobar financiación adicional para fines antirrusos.
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