1. Paseando por la Brujas de cuento de hadas
Brujas, con su belleza antigua, romántica y de ensueño, parece salida de un cuento de hadas (Fuente de la foto: Collected)
En la lista de experiencias de viaje de verano en Bélgica, nada se compara con Brujas por su belleza antigua, romántica y de ensueño, que parece sacada de un cuento de hadas. A menudo se la conoce como la "Venecia del Norte", y de hecho, esta pequeña ciudad está tejida con tranquilos canales, puentes de piedra cubiertos de musgo y casas de ladrillo rojo con tejados puntiagudos que se reflejan en el agua cristalina.
En verano, Brujas brilla bajo el sol dorado. Las cálidas calles adoquinadas te llevan más allá de la Grote Markt, donde el campanario se alza como un centinela, vigilando silenciosamente el traqueteo de los carruajes que transportan a los turistas. Desde lo alto de la torre, la ciudad se despliega como una magnífica pintura de tejados anaranjados, canales azules y agujas de catedrales que se alzan hacia el cielo azul intenso.
El verano en Brujas también es la época de los paseos en barco por los canales. Sentado en una barca baja de madera, uno se siente transportado a otro mundo , tranquilo y poético, donde las buganvillas cubren las antiguas casas y cada curva revela un puente de piedra curvado como una cinta de seda. El aire fresco del canal, el canto de los pájaros en los árboles centenarios y el sol danzando sobre el agua transmiten una sensación de paz que rara vez se encuentra en ningún otro lugar.
La gastronomía de verano en Brujas también es encantadora. Las cervecerías al aire libre se llenan de risas, y los vasos de dorada cerveza belga brillan y espuman suavemente bajo el sol de la tarde. Los puestos de chocolate esparcen dulces aromas por las callejuelas, como invitando a los viajeros a detenerse y saborear la agridulce embriaguez del famoso arte chocolatero.
Brujas en verano no es ruidosa ni apresurada. Incita a la gente a relajarse, a mirar más hacia arriba, a escuchar más y a dejar que sus corazones se ablanden, imbuidos de una inolvidable belleza clásica y romántica. Esta es una experiencia de viaje de verano en Bélgica que no te puedes perder si te encantan los espacios que respiran tiempo.
2. Sumérgete en el vibrante ambiente festivo de Bruselas
El momento álgido del verano bruselense son los festivales al aire libre (Fuente de la foto: Collected)
Si Brujas es la tranquila canción de amor, Bruselas es la vibrante rapsodia de la experiencia turística de verano en Bélgica. La capital de la tierra de la cerveza y el chocolate no solo es el centro político de Europa, con la imponente sede de la Unión Europea, sino también una ciudad multicultural, abierta y vibrante.
Con la llegada del verano, Bruselas parece despertar de su largo letargo invernal, abriendo los brazos para recibir largos y brillantes días de sol. La Grand Place, joya arquitectónica de la ciudad, resplandece con la reluciente fachada dorada del ayuntamiento. Al ponerse el sol de la tarde, la luz se refleja en las intrincadas tallas, haciendo que toda la plaza parezca estallar en una magnífica pintura dorada.
El verano bruselense se centra en los festivales al aire libre. Cientos de festivales de música, teatro, cine al aire libre y mercados nocturnos se celebran durante los meses más cálidos. Siéntese en el césped del Parque del Cincuentenario y escuche jazz en directo, participe en los bailes folclóricos del tradicional festival Ommegang o simplemente pasee por el mercado de flores de la Place du Grand Sablon y disfrute del aroma de miles de flores de verano.
La gastronomía de verano en Bruselas también cautiva a los visitantes. Las cervecerías al aire libre sirven más de 200 tipos de cerveza belga especial, frías y con un sabor intenso a levadura. Los puestos venden patatas fritas calientes con mayonesa cremosa. Y, por supuesto, hay gofres crujientes con fresas frescas, helado frío y chocolate fundido que brilla como la miel.
Lo más encantador de viajar en verano a Bruselas es el espíritu abierto, amable y animado de sus habitantes. Te invitan a brindar con una cerveza, a compartir mesa en un café, a contar historias con una densa mezcla franco-flamenca, pero con los ojos brillantes y una sonrisa siempre presente. En Bruselas, el verano es mucho más que el clima: es un estilo de vida vibrante y armonioso, donde todas las barreras se desvanecen con el sol y la música.
3. Viaja por las verdes Ardenas
Las Ardenas son la esmeralda de Bélgica (Fuente de la foto: Collected)
Las experiencias de viaje de verano en Bélgica no sólo ofrecen ciudades históricas y un vibrante ambiente festivo, sino también espacios naturales salvajes y verdes que cautivan, y las Ardenas son la esmeralda de este país.
Al sur del país, las montañas de las Ardenas son un mundo aparte, con extensos pinares, profundos valles y antiguos pueblos de piedra ocultos bajo un manto verde. En verano, las Ardenas cobran vida tras el gélido invierno, con una exuberante vegetación, un manto de flores silvestres y una refrescante sensación incluso en los días más calurosos.
Este es un paraíso para los amantes de las actividades al aire libre. Las rutas de senderismo te llevan a través de bosques milenarios, junto a arroyos cristalinos y hasta las cimas de las colinas donde el valle se abre hasta el horizonte. Puedes navegar en kayak por el sinuoso río Ourthe, recorrer el bosque en bicicleta o acampar a la luz de una fogata crepitante y el canto de los insectos en una noche de verano.
Las Ardenas también cautivan con sus antiguos castillos y hermosos pueblos. El Castillo de Bouillon se alza sobre una colina rocosa, narrando la historia de las antiguas Cruzadas. El pueblo de La Roche-en-Ardenne, con sus casas de piedra de tejados empinados y calles sinuosas, te transporta a la época medieval. Las posadas junto al río sirven cervezas trapenses frías, ricos quesos locales y exquisitos guisos con sabor a bosque.
Viajar en verano a Bélgica es una experiencia llena de color, donde los viajeros tienen la libertad de descubrir diferentes mundos en un mismo viaje. Si buscas un viaje de verano dulce, vibrante y profundo, elige Bélgica. Porque aquí, el verano no es solo sol y viento, sino también el arte de vivir, donde la gente y los paisajes, juntos, cuentan historias de belleza eterna y un amor infinito por la vida.
Fuente: https://www.vietravel.com/vn/am-thuc-kham-pha/trai-nghiem-du-lich-he-o-bi-v17525.aspx
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