A fines de mayo, los funcionarios chinos revelaron planes para construir una “red hídrica” nacional con nuevos canales, embalses e instalaciones de almacenamiento para impulsar el riego y reducir el riesgo de sequía e inundaciones.
El ministro de Recursos Hídricos, Li Guoying, dijo que el plan ayudaría a “desbloquear los principales canales” del sistema fluvial para 2035, mejorando la capacidad de China para equilibrar la distribución del suministro de agua.
Sin embargo, los expertos dicen que la medida no sólo es costosa y perjudicial para el medio ambiente, sino que también deja zonas del sur del país vulnerables al suministro de agua y requieren infraestructura adicional para manejarla.
“Lo que han hecho hasta ahora es utilizar soluciones de ingeniería para abastecer de agua y solucionar el problema del agua”, afirmó el profesor Mark Wang, de la Universidad de Melbourne (Australia). “Si China logra reducir el consumo de agua y aumentar la eficiencia, no necesitará proyectos de superconductividad”.
Aunque no se espera que la sequía de este año sea tan grave como la de 2022, los meteorólogos han advertido que el centro y el suroeste de China podrían sufrir, informó Reuters.
Los recursos hídricos per cápita de China están muy por debajo del promedio mundial y la redistribución es desigual. China depende en gran medida de infraestructuras a gran escala para transferir agua del sur al norte. Pekín busca soluciones de ingeniería para abordar el problema del suministro a largo plazo.
Los gobiernos locales han promovido la reducción del consumo de agua, el reciclaje de aguas residuales y la modernización del tratamiento de la contaminación. Además, China ha emprendido más de 100 proyectos de desvío en los últimos cinco años.
Parte del nuevo proyecto implica ampliar el Proyecto de Trasvase de Agua Norte-Sur (SNWDP), un ambicioso proyecto para desviar agua del río Yangtze a la cuenca del río Amarillo al norte.
El gobierno chino ha afirmado que el proyecto es crucial para optimizar el suministro de agua y ha desviado más de 60 000 millones de metros cúbicos. Sin embargo, el agua fluye en una sola dirección, por lo que no será de mucha ayuda durante la sequía de 2022.
Sin embargo, a los expertos les preocupa que China solo esté compensando el déficit recurriendo a proyectos de reposición a gran escala. El profesor Mark Wang afirmó que megaproyectos como el SNWDP y la presa de las Tres Gargantas han desencadenado una reacción en cadena de consecuencias imprevistas que requieren miles de millones de yuanes en nuevos proyectos para solucionarlas. Por ejemplo, el desvío de agua desde el norte a través del embalse de Danjiangkou ha reducido los niveles de agua aguas abajo del río Han, obligando a las autoridades a proponer otro proyecto de 60 000 millones de yuanes para conectar Danjiangkou con la presa de las Tres Gargantas.
El profesor Mark Wang cree que alternativas como el reciclaje de aguas residuales, la desalinización o la reducción de la demanda de agua podrían ser más eficaces. Señala que, dado que el 60 % del suministro de agua de China se destina a la agricultura , la modificación de cultivos o el uso de métodos de riego alternativos podrían aumentar la eficiencia hídrica.
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