| El profesor Ha Vinh Tho cree que las escuelas felices deben centrarse en los valores morales. (Foto: NVCC) |
El profesor Ha Vinh Tho, fundador del Instituto Eurasia para la Felicidad y el Bienestar y exdirector del programa del Centro de la Felicidad Nacional Bruta en Bután, compartió con los periódicos The World y Vietnam información sobre escuelas felices.
Tres fundamentos de la felicidad
Cada persona tiene su propia manera de sentirse feliz. Para ti, ¿cuál es la esencia principal del proyecto Escuela Feliz?
En lo que respecta a la felicidad, podemos distinguir dos aspectos diferentes: uno se relaciona con experiencias placenteras como disfrutar de una comida deliciosa o pasar un buen rato con amigos. Estas experiencias son, sin duda, valiosas, pero muy personales; cada persona las disfruta a su manera y, a menudo, son efímeras.
En la vida nos enfrentaremos a retos; a veces tendremos que trabajar duro o sacrificar algunos intereses personales para completar nuestro trabajo. Por lo tanto, este no es el aspecto principal en el que nos centramos en el proyecto Happy School.
La felicidad consiste en vivir una vida con sentido, no solo para uno mismo sino también para los demás, y en hacer valiosas contribuciones a la sociedad.
Basándome en hallazgos e investigaciones científicas , creo que existen tres fundamentos de la felicidad.
En primer lugar, es fundamental que las personas aprendan a cuidarse y a vivir en armonía consigo mismas. Pregúntate siempre si te comprendes lo suficiente, si superas las emociones difíciles, si eres lo suficientemente compasivo y amoroso. ¿Sabes cómo cultivar cualidades positivas como la bondad, la gratitud y la generosidad?
En segundo lugar, saber cómo cuidar de los demás, conectar con ellos y vivir en armonía con ellos. Al mismo tiempo, desarrollar habilidades como la empatía, la escucha activa, la compasión, la amistad sincera, el respeto y la confianza; sentir la responsabilidad de contribuir de forma constructiva a la comunidad y a la sociedad.
En definitiva, las personas deben aprender a conectar con la naturaleza, vivir en armonía con ella y llevar una vida más ecológica, sintiéndose capacitadas para contribuir a un futuro ecológico sostenible.
¿Cómo percibe la felicidad y las presiones que sufren los niños vietnamitas en las escuelas hoy en día? ¿Cuál es su principal objetivo al traer el proyecto Escuela Feliz a Vietnam?
La pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto y agravado problemas que ya existían. Una encuesta reciente reveló que el 33% de los jóvenes en Vietnam corren el riesgo de sufrir depresión, y la situación es similar en la mayoría de los demás países, incluidos algunos ricos como Suiza.
El exceso de presión y el miedo al fracaso también pueden provocar estrés e incluso agotamiento. En particular, existe una fuerte correlación entre el bienestar, las habilidades socioemocionales y el rendimiento académico y laboral a largo plazo.
Por lo tanto, nuestro objetivo es destacar la importancia de la salud física, mental y emocional de los estudiantes como una tarea central del sistema educativo . Asimismo, compartir métodos prácticos y herramientas pedagógicas para mejorar la felicidad y el bienestar tanto de docentes como de estudiantes.
Los exámenes y las calificaciones no son el objetivo final.
La educación no se trata solo de aprobar exámenes, sino, aún más importante, de enseñar a los estudiantes a sentir, adaptarse y vivir una vida feliz. Entonces, en su opinión, ¿qué cambios positivos deberían implementar las escuelas para lograrlo?
Vivimos en una época de rápidos cambios y transformaciones. Las próximas generaciones se enfrentarán a desafíos sin precedentes, desde el cambio climático y los desastres ecológicos hasta el auge de la inteligencia artificial y la completa reestructuración del mercado laboral y el entorno de trabajo.
El modelo educativo actual se centra principalmente en resolver problemas del pasado. Pero para afrontar el futuro con confianza, necesitamos replantear el papel, los métodos y las funciones de la educación, para dotar a los jóvenes de las habilidades y competencias necesarias para afrontar estos retos.
Por ejemplo, ¿cómo podemos pasar de la competencia a la colaboración, del análisis lógico de datos a la creatividad y la innovación, de la inteligencia limitada a las inteligencias múltiples, del mero conocimiento académico al desarrollo armonioso de la mente, el corazón y la mano?
Los exámenes, las calificaciones y las pruebas forman parte del sistema educativo, pero no son el fin último. El propósito de la educación es ayudar a los jóvenes a desarrollar todo su potencial, tanto intelectual como emocional y prácticamente. Al mismo tiempo, dotarlos de habilidades, capacidades y sólidos valores morales que les sirvan de guía en la vida.
El conocimiento académico es importante, pero en la era de la inteligencia artificial (IA), no basta. Se necesitan habilidades sociales, emocionales, creatividad y capacidad para trabajar en equipo.
Profesores y alumnos no deberían centrarse tanto en aprobar exámenes, sino en enseñar y aprender las habilidades y competencias que la próxima generación necesitará para convertirse en buenas personas, ciudadanos comprometidos y profesionales creativos.
| El profesor Ha Vinh Tho cree que las calificaciones y los exámenes no son el objetivo final de la educación. (Foto: NVCC) |
Centrarse en los valores éticos
¿Para que los alumnos se sientan felices al ir a la escuela, los profesores también deben cambiar su forma de pensar sobre la educación? En tu opinión, ¿cuál es el cambio más importante que deben hacer los profesores?
El camino para recuperar la satisfacción docente no será fácil y presenta numerosos obstáculos. Es fundamental que los docentes comprendan que su felicidad está ligada a la de los demás, a la de la sociedad y al bien común. Por lo tanto, las escuelas que promueven la felicidad deben centrarse en los valores éticos.
La calidad de la relación profesor-alumno es uno de los factores clave para la felicidad de los jóvenes. Para ello, los profesores no pueden limitarse a transmitir conocimientos e información. Deben comprender que, en la era de internet, la información está siempre disponible, en cualquier momento, con tan solo unos toques en un teléfono inteligente.
No basta con memorizar y comprobar que la información se ha memorizado. Los alumnos deben desarrollar autoconciencia, valores éticos, pensamiento crítico, creatividad, capacidad para trabajar en equipo y resolver problemas juntos, y habilidades socioemocionales.
Muchas tareas serán realizadas por máquinas, por lo que los docentes deben centrarse en las habilidades inherentemente humanas que las máquinas no podrán realizar. Los docentes se convierten en entrenadores y mentores.
En mi opinión, centrarse en las fortalezas y talentos individuales de los estudiantes en lugar de en sus debilidades y carencias creará un ambiente positivo en el aula que beneficiará a todos.
¿Cuál es el papel del director en la construcción de una escuela feliz? ¿En qué valores deberían centrarse las escuelas?
Los directores y los consejos escolares desempeñan un papel fundamental. Los cambios importantes que se necesitan solo pueden producirse si los docentes se sienten firmemente respaldados por sus superiores. Para cambiar la forma en que se evalúa a los estudiantes, también debemos cambiar la forma en que se evalúa a los docentes y a las escuelas.
Un buen rendimiento académico es importante, pero no suficiente. La capacidad de crear un ambiente positivo en el aula, el apoyo emocional y otros factores importantes deben formar parte del proceso de evaluación docente.
Otro aspecto importante en el que el sistema educativo debería centrarse es la inclusión. Los retos a los que se enfrentarán las futuras generaciones solo podrán resolverse mediante el esfuerzo y la inteligencia colectivos.
Las escuelas no solo deben atender a los alumnos más talentosos, sino que también deben garantizar que ningún niño se quede atrás, incluidos los niños con necesidades especiales y discapacidades.
Finalmente, no debemos olvidar que la cooperación y el apoyo mutuo entre padres, alumnos y profesores son esenciales para lograr cambios positivos.
¡Gracias, profesor!
El profesor Ha Vinh Tho ha trabajado durante muchos años en el campo de la educación especial y la terapia, compartiendo su día a día con adolescentes con necesidades intelectuales y conductuales especiales. Ha trabajado para el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en zonas de guerra de Asia, Oriente Medio, África y Europa. Es el exdirector del programa del Centro de Felicidad Nacional Bruta (FNB) en Bután; y profesor visitante en varias universidades, entre ellas UCLouvain (Bélgica), Osnabrück (Alemania) y Ginebra (Suiza). |
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