Un grupo de científicos chinos y singapurenses ha desarrollado con éxito una vacuna contra el cáncer utilizando nanotecnología, mostrando una eficacia excepcional en la prevención de la recurrencia y la metástasis después de la cirugía en pruebas con animales.
Dirigido por un equipo dirigido por Yang Yanlian del Centro Nacional de Nanotecnología de China y Chen Xiaoyuan de la Universidad Nacional de Singapur, el trabajo, publicado en la revista Nature Nanotechnology el mes pasado, mostró que la nueva vacuna podría reducir el riesgo de recurrencia y propagación del tumor siete veces en comparación con los métodos existentes.
A diferencia de muchos medicamentos que atacan a las células cancerosas normales, esta vacuna también ataca a las células madre cancerosas (CMC), un tipo de célula que puede "hibernar" en el organismo después del tratamiento y luego reactivarse, provocando la recaída de la enfermedad. Estas células se consideran la "fuerza de tarea" de los tumores debido a su capacidad de autorrenovarse y diferenciarse de diversas maneras, contribuyendo a la formación de diferentes líneas celulares cancerosas.
La quimioterapia o la terapia con anticuerpos pueden eliminar las células cancerosas comunes con poco daño al organismo, pero son prácticamente ineficaces contra las células madre cancerosas. Tan solo entre el 1 % y el 5 % de las células madre cancerosas restantes pueden ser suficientes para provocar una recaída, declaró Yang al China Science Daily.
La nueva nanovacuna tiene tres características clave que aumentan su eficacia:
En primer lugar, la capa exterior está hecha de nanopartículas derivadas de las membranas de las células cancerosas, que llevan dos tipos de marcadores de identificación: antígenos específicos de las CSC y antígenos de las células tumorales comunes.
En segundo lugar, unas moléculas guía especiales adheridas a la superficie ayudan a que la vacuna se dirija únicamente a las células dendríticas: los "exploradores" del sistema inmunitario que se especializan en presentar antígenos a las células T.
Por último, el ARN de interferencia corto (siRNA) ayuda a inhibir temporalmente la actividad de las enzimas proteasas en los lisosomas, prolongando el tiempo de exposición de los antígenos y estimulando así una respuesta inmune más fuerte.
Los resultados de las pruebas en modelos de ratones con cáncer de mama y melanoma mostraron que la vacuna inhibió significativamente el crecimiento del tumor, redujo el número de CSC residuales, previno la recurrencia postoperatoria y la metástasis a distancia, prolongó la supervivencia y, especialmente, no registró toxicidad: los índices de sangre, tejido orgánico y células madre sanguíneas fueron todos normales.
El equipo está desarrollando una vacuna inyectable y espera personalizarla utilizando las propias células tumorales del paciente.
Sin embargo, la Sra. Duong advirtió que se necesitan más evaluaciones de bioseguridad a largo plazo en modelos animales más grandes antes de avanzar con los ensayos clínicos.
Fuente: https://www.vietnamplus.vn/vaccine-trung-quoc-singapore-uc-che-te-bao-ung-thu-goc-ngan-tai-phat-va-di-can-post1052190.vnp
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