"Todo era naranja. Nunca había visto algo así", declaró Kimberly Saltz, residente de la ciudad de Nueva York, a The Washington Post, y añadió que su primer pensamiento al mirar por la ventana fue: "Parece Marte".
Los expertos afirman que el color del cielo se debe a los tipos y la cantidad de partículas diminutas presentes en el aire, así como a las longitudes de onda de la luz que bloquean. Este fenómeno, llamado dispersión de Rayleigh, también es responsable de los cielos anaranjados, explica Peter Kalmus, climatólogo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
El humo de un incendio forestal en Canadá cubre el East River, tiñendo el cielo de naranja. Foto: Reuters.
En un día normal, el aire en Nueva York no está denso en partículas, y la luz azul de longitud de onda más corta se dispersa más que la luz roja, lo que hace que el cielo parezca azul. Pero a medida que las partículas de humo viajan por el aire, absorben toda la luz de longitud de onda corta, como el azul y el violeta, y dispersan solo la luz de longitud de onda larga, como el rojo y el naranja, explica Kalmus.
“La intensidad de la dispersión de Rayleigh depende de la longitud de onda de la luz y del tamaño y la densidad de las partículas dispersantes”, explicó el experto. La luz con longitudes de onda cortas, como la azul, se atenúa más por el polvo que la luz con longitudes de onda largas, como la roja.
La Estatua de la Libertad está envuelta en smog. Foto: Reuters.
“Cada vez que se agregan partículas de hollín volcánico o de incendios forestales al aire, cambia la forma en que se refleja la luz”, dijo Jennifer Marlon, climatóloga de la Escuela de Medio Ambiente de Yale.
Las partículas que se liberan en Nueva York esta vez son restos de madera, hojas y agujas de pino quemadas en Canadá. Algunas partículas son grandes, pero la mayoría son microscópicas, y algunas podrían ser directamente químicas, dijo Marlon, añadiendo que todas son tóxicas.
La "nube de partículas" que crea cielos anaranjados está afectando a millones de estadounidenses, y las autoridades locales instan a la gente a evitar o minimizar el tiempo al aire libre. Algunas personas han usado las imágenes naranjas para filmar escenas de "mañanas catastróficas". Otras han compartido en redes sociales que los cielos anaranjados les han causado miedo.
Los expertos afirman que quienes se encuentran en zonas de humo denso pueden sentirse más tristes de lo habitual, ya que la falta de luz solar provoca que el cuerpo produzca más melatonina, algo similar a los trastornos del estado de ánimo invernales. Además, la aparición repetida de imágenes de cielos anaranjados en redes sociales puede causar ansiedad en muchas personas.
“El cielo anaranjado hace que el cambio climático y, en este caso, los incendios forestales sean muy visibles. Todo esto puede provocar sentimientos de miedo o tristeza”, afirma Sarah Lowe, psicóloga clínica de la Escuela de Salud Pública de Yale.
(Fuente: Zing News)
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