La vida siempre tiene altibajos. Cuando somos jóvenes, apenas nos damos cuenta de este problema y a menudo nos sentimos deprimidos por dificultades insignificantes. De hecho, desde la perspectiva del desarrollo personal y el cambio psicológico, el período más difícil e infeliz de la vida de una persona es el de unos 10 años, entre los 45 y los 55. Porque las personas en este grupo de edad no solo enfrentan la presión física, sino también la psicológica impuesta por la sociedad.
Durante esta etapa, algunas personas pueden tomarse el trabajo con calma y considerar algunas decisiones como insignificantes, mientras que otras pueden reflexionar cuidadosamente sobre cada paso de su vida. Al llegar a los 50, la vida suele entrar en una fase más estable.
Las dificultades a las que se enfrentan no son sólo desafíos físicos y psicológicos, sino que también incluyen muchos problemas diferentes relacionados con la vida social, como mantener relaciones sociales, mantener relaciones con familiares y amigos y cuidar a los ancianos y a los niños.
Se suele decir "hay viejos arriba y jóvenes abajo", sobre todo para los hombres, que son a la vez hijos, hombros sobre los que se apoyan los padres, y padres, responsables del futuro de sus hijos.
En el libro "La Curva de la Felicidad" del psicólogo Jonathan Rauch, basado en investigaciones científicas sobre el nivel de felicidad de personas de todo el mundo, la curva de la felicidad en la vida de cada persona tiene forma de U. El período más bajo se sitúa entre los 45 y los 55 años. Alrededor de los 50, la satisfacción aumenta gradualmente.

Gran presión de la vida
El período de los 40 a los 50 años corresponde a la mediana edad, que también es la etapa más estresante de una persona. Al cumplir los 50, la vida es casi estable y es difícil experimentar grandes cambios.
Las personas de este grupo de edad son propensas a sufrir problemas mentales debido al desarrollo profesional y las presiones de la vida familiar. Muchas sufren ansiedad, insomnio, pérdida de peso y otros problemas, debido a las numerosas y pesadas responsabilidades que deben asumir.
A medida que envejecemos, asumimos más responsabilidades. Al principio, somos solo hijos de nuestros padres, luego nos convertimos en cónyuges, empleados de una empresa y padres de hijos.
Las personas de mediana edad necesitan dedicar tiempo al cuidado de sus padres mayores. Al mismo tiempo, la sociedad siempre les dice que el apoyo parental es fundamental para el desarrollo de la vida y la carrera profesional de sus hijos.
Sin embargo, una vida cómoda y hermosa siempre requiere cierta cantidad de dinero para mantenerla. Bajo la fuerte presión laboral, tienen que dedicar más tiempo al trabajo. También son el grupo de personas con mayor probabilidad de ser despedidos por la empresa. Les preocupa que sus conocimientos y habilidades ya no se adapten a los nuevos tiempos.
En este momento, el significado del matrimonio será ayudar a dos personas a encontrar metas y direcciones para trabajar juntos, y al mismo tiempo aliviar las presiones de la vida en el proceso de compartir y acompañarse mutuamente.
Cuando tanto el marido como la mujer pueden preocuparse por la vida familiar, cuidar juntos de los padres ancianos y preocuparse por los niños, los problemas mencionados anteriormente no afectarán mucho sus vidas.

Cambios físicos
Cuando se trata de inspirar a otros, solemos decir: «Nunca es tarde para empezar». Sin embargo, esto no aplica en todas las situaciones.
Así como podemos intentar mantener nuestra condición física, no podemos esperar que el cuerpo de una persona mayor se rejuvenezca cada vez más. La presión de la vida moderna es cada vez mayor. Muchas personas sufren enfermedades comunes en la mediana edad cuando eran jóvenes. Los cambios físicos ejercen una gran presión mental sobre las personas de mediana edad.
Una vez que las personas de mediana edad se dan cuenta de estos cambios, surgen problemas más graves, acelerando así su proceso de envejecimiento. Se puede decir que esta etapa es la transición de la mediana edad a la vejez. Les toma 10 años aceptar los cambios en su cuerpo y su vida.
Algunas personas pueden escapar con éxito de este estado y al mismo tiempo permanecer relativamente jóvenes mentalmente.

Sueños incumplidos
Creo que muchas personas tienen planes para sus vidas, sueños y metas que desean alcanzar, ocultos en lo más profundo de su corazón. Desafortunadamente, sus condiciones de vida no eran buenas en el pasado, así que tuvieron que ocultar estos sueños.
Sin embargo, a medida que crecen, deben enfrentar más presión del mundo exterior. Si una persona llega a la mediana edad antes de poder realizar su sueño, este problema se convertirá en su arrepentimiento.
Se puede decir que las personas de mediana edad siempre están rodeadas de diversas emociones negativas. Deben aprender a aceptar su envejecimiento, aceptar la presión del mundo exterior y aprender a vivir con sueños incumplidos.
Afortunadamente, tras superar esta etapa con éxito, pueden comprender mejor la vida y aprovechar el tiempo restante para enriquecerla.
Conflicto entre “relaciones”
El llamado conflicto de roles significa que en la sociedad cada persona tiene su propio rol, como padre, esposo, líder, hijo… En las primeras etapas de la vida tenemos tiempo para adaptarnos a estos cambios de roles.
Pero al entrar en el grupo de edad de 45 a 55 años, los padres envejecen, los hijos enfrentan grandes exámenes como los de ingreso a la universidad, carreras difíciles y los límites entre muchos roles humanos comienzan a desdibujarse.
Esta condición puede generar sentimientos de agotamiento, desestabilizando el rol de esposo o esposa y empeorando las cosas.
De jóvenes, confiamos en nuestra fuerza física y siempre pensamos que el futuro será mejor. Aunque nos quedemos despiertos hasta tarde, parece que cualquier lesión física se puede soportar, cualquier daño a la salud parece que se puede recuperar más tarde. Con el paso de los años, un día, de repente, nos damos cuenta de que ya no podemos correr tan rápido como antes. Esta experiencia es difícil de describir con palabras.
El momento del “despertar”, de darse cuenta de la realidad de la vida.
Siempre vivimos soñando, llenos de expectativas sobre el futuro, buscando milagros en la vida. Pero a medida que crecemos y ganamos experiencia, nos damos cuenta de que el mundo real no está lleno de milagros, sino que es 99% normal.
¿Es la vida simplemente una búsqueda constante de un sentido de existencia y de significado?
A los 45, cuidas de tus padres ancianos, planificas el futuro de tus hijos y apoyas a tu cónyuge. Todo esto demuestra tu existencia y tu valor. ¿No es esto lo que buscamos en la vida?
A medida que envejecemos, acumulamos mucho conocimiento y experiencia. Aunque quizás no seamos tan entusiastas y enérgicos como cuando éramos jóvenes, esta "riqueza" nos hace únicos en muchos campos.
Puede que los sueños de la juventud se hayan hecho añicos, pero ahora tenemos una comprensión más profunda del mundo. Lo que buscamos es crear milagros, no solo esperar que ocurran. Solo comprendiendo y percibiendo profundamente el mundo podemos aumentar verdaderamente nuestras posibilidades de éxito.
Con todo, la edad de los 45 a los 55 años puede ser la más infeliz, pero también es el período de acercamiento a la realidad y de comprensión del verdadero significado de la vida.
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