A partir de una gigantesca nube de polvo que gira.
La historia comienza hace unos 4.600 millones de años, cuando el Sistema Solar aún era una gigantesca nube de polvo y gas llamada nebulosa. Bajo la influencia de la gravedad, esta nube comenzó a colapsar y a formar el Sol en su centro y los planetas que orbitan a su alrededor, incluida la Tierra.
Pero lo más importante es que la nube no era estacionaria. Inicialmente, tenía una ligera rotación: un movimiento llamado momento angular. Y a medida que se contraía, su rotación aumentaba, como un patinador que contrae los brazos para girar más rápido. Esa rotación inicial se conservó, y la Tierra nació con ella.
Foto ilustrativa.
El espacio: el lugar ideal para el movimiento perpetuo
A diferencia de una rueda que debe soportar la fricción con la superficie de la carretera, la Tierra existe en un vacío casi absoluto, donde no hay resistencia significativa. Por lo tanto, según la ley de conservación del momento angular, si no hay una fuerza externa intensa, un objeto en rotación continuará girando indefinidamente.
Actualmente, nuestra Tierra gira sobre su eje una vez cada 23 horas y 56 minutos, lo que crea el fenómeno del día y la noche. Este es uno de los mecanismos naturales más importantes que afecta a toda la vida en el planeta.
La Luna y las fuerzas de marea ralentizan silenciosamente la rotación.
Aunque la Tierra gira casi continuamente, su rotación no es completamente constante. La Luna, cuya atracción gravitatoria sobre los océanos crea mareas, absorbe parte de la energía rotacional de la Tierra. Como resultado, la rotación se ralentiza ligeramente: en promedio, un día en la Tierra se alarga unos 1,7 milisegundos cada siglo.
Aunque esta velocidad es muy pequeña y casi imperceptible en la vida cotidiana, ha hecho que un día en la Tierra dure varias horas más si miramos hacia atrás millones de años.
¿Qué pasaría si la Tierra dejara de girar?
Si la Tierra dejara de girar repentinamente, lo cual es muy improbable, las consecuencias serían nefastas. Toda la superficie del planeta estaría expuesta a vientos de miles de kilómetros por hora, los océanos se precipitarían hacia los polos y la vida correría un grave peligro.
Sin embargo, ese escenario sólo existe en teoría, ya que actualmente no existe ninguna fuerza lo suficientemente grande como para detener la rotación del planeta azul.
El círculo de la vida
La Tierra gira, no por un milagro, sino gracias a antiguas leyes físicas que configuran el movimiento del universo. Es esta rotación la que crea el día y la noche, configura los ecosistemas y regula los ritmos biológicos de todos los seres vivos, incluidos los humanos.
Y hasta que ocurra algún gran acontecimiento cósmico –quizás una colisión celestial o la intervención de una fuerza extraterrestre– la Tierra continuará su rotación eterna, un testimonio viviente de la maravilla del universo desde su inicio.
Fuente: https://doanhnghiepvn.vn/cong-nghe/vi-sao-trai-dat-quay-mai-khong-ngung-cau-chuyen-vi-dai-dang-sau-vong-xoao-cua-hanh-tinh-xanh/20250419015606649
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