Las algas, los pescados grasos, la leche, los huevos, las bayas y los cereales integrales proporcionan nutrientes y energía a las personas con cáncer de tiroides.
Según el Dr. Nguyen Anh Duy Tung, del Sistema Clínico de Nutrición Nutrihome, una dieta equilibrada aporta los nutrientes necesarios para optimizar la función tiroidea y prevenir la recurrencia del cáncer. Los pacientes deben consumir alimentos ricos en proteínas, omega-3, flavonoides, carotenoides, vitaminas A, B, C y E, yodo, selenio, zinc, hierro y magnesio.
Alga
Las algas marinas son ricas en yodo, un mineral esencial para la producción de hormonas tiroideas. El magnesio, el calcio, el hierro, el cobre y el zinc presentes en las algas ayudan a fortalecer el sistema inmunitario, ayudando al cuerpo a destruir las células cancerosas. Los alimentos con antioxidantes como las vitaminas A, C, E y fucoxantina pueden combatir el cáncer.
Cojones
Las almendras, las nueces y las semillas de lino son ricas en fibra, omega-3, vitamina E y selenio, que son beneficiosos para las personas con cáncer de tiroides. La fibra prolonga la sensación de saciedad y reduce el riesgo de estreñimiento, un efecto secundario común después de la radioterapia o la quimioterapia.
El omega-3 inhibe las citocinas (precursores proinflamatorios) para ayudar a prevenir la recurrencia de la enfermedad. La vitamina E ayuda a proteger la glándula tiroides de los ataques de radicales libres, lo que ayuda a inhibir el crecimiento de células cancerosas. El selenio es esencial para la función antioxidante y el metabolismo de la hormona tiroidea. La deficiencia de selenio puede aumentar el riesgo de tiroiditis e hipertiroidismo, lo que dificulta el tratamiento del cáncer.
pescado graso
Comer pescado graso (caballa, atún, arenque, salmón) ayuda a los pacientes a acortar el tratamiento y a mejorar su salud general. Este tipo de pescado contiene una gran cantidad de omega-3, yodo y proteínas.
El omega-3 tiene efectos antiinflamatorios, previniendo el crecimiento de células cancerosas. El yodo ayuda a mejorar la función tiroidea. Las proteínas aportan aminoácidos y abundante energía, lo que ayuda al cuerpo a regenerar las células dañadas después del tratamiento oncológico.
Leche
Tras la radioterapia con yodo, los pacientes son propensos a presentar sensación de sordera, trastornos digestivos y sequedad de las glándulas salivales, lo que puede causar dificultad para tragar, pérdida de apetito y una menor absorción de micronutrientes. Actualmente, la leche es un alimento adecuado para los pacientes, ya que es líquida, fácil de tragar y no ejerce presión sobre el sistema digestivo. Además, la leche contiene proteínas beneficiosas, calcio y vitamina D.
La proteína proporciona energía y ayuda a los pacientes a mantener la masa muscular. La vitamina D ayuda al cuerpo a aumentar la absorción de calcio y a prevenir convulsiones. El calcio ayuda a prevenir complicaciones peligrosas durante el tratamiento.
Los huevos contienen muchos nutrientes beneficiosos para la salud de las personas con cáncer de tiroides. Foto: Freepik
Huevo
Los huevos contienen una gran cantidad de proteínas, selenio, yodo y vitamina B12, que son beneficiosos para las personas con cáncer de tiroides. El yodo y el selenio ayudan a la glándula tiroides a sintetizar hormonas importantes. La vitamina B12 ayuda a prevenir los síntomas de los trastornos tiroideos (hipotiroidismo, hipertiroidismo), factores que pueden acelerar la metástasis y la reaparición de células cancerosas.
verduras de hoja verde
Las verduras de hoja verde contienen numerosas vitaminas A, C y E, antioxidantes como glucosinolatos, flavonoides y carotenoides, que combaten los radicales libres que atacan y estimulan el crecimiento de las células cancerosas. Su alto contenido en fibra también favorece la digestión, reduciendo el riesgo de estreñimiento, común durante el tratamiento del cáncer.
Bayas
Las fresas, los arándanos, las uvas y las frambuesas son ricas en antioxidantes antocianinas que pueden inhibir el crecimiento de células cancerosas. La vitamina C y E, así como los altos niveles de glucosa presentes en las bayas, proporcionan energía y fortalecen el sistema inmunitario.
aves de corral magras
La carne de ave proporciona una fuente de proteína de alta calidad, que promueve la recuperación y el crecimiento celular. La proteína ayuda a los pacientes a mantener la masa muscular, previniendo la desnutrición. La carne de ave también es rica en vitaminas B6 y B12, necesarias para convertir los alimentos en energía y mantener una función nerviosa saludable. Los pacientes deben elegir aves orgánicas y retirarles la piel para evitar la absorción de grasas saturadas.
Frijoles
Las lentejas, los frijoles negros, las judías verdes y la soja son ricos en proteínas, fibra, folato y antioxidantes. Las proteínas contribuyen a la recuperación y el crecimiento celular. La fibra mantiene un sistema digestivo saludable. El folato ayuda al cuerpo a producir nuevas células. Los antioxidantes presentes en los frijoles, como las isoflavonas y la genisteína, previenen el crecimiento y la reaparición de células cancerosas.
Granos integrales
Los cereales integrales como la avena, el trigo, la quinoa y el arroz integral contienen carbohidratos complejos, la principal fuente de energía del cuerpo, que previene la debilidad física y la pérdida de peso. Los cereales integrales son ricos en fibra, lo que previene el estreñimiento, un efecto secundario en personas que se someten a quimioterapia contra el cáncer.
Los pacientes con cáncer de tiroides deben limitar el consumo de alimentos ricos en yodo antes de la radioterapia con haces de yodo radiactivo; asegurar una ingesta adecuada de yodo, selenio y cobre después de la radioterapia. Mantener una dieta equilibrada, limitar los alimentos procesados y garantizar la seguridad alimentaria.
El doctor Tung recomienda que los pacientes sigan el régimen de tratamiento y combinen una dieta nutricional científica según las instrucciones.
Kim Thanh
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