La carne roja, los alimentos fritos y las cremas no lácteas suelen contener muchas grasas malas, por lo que todos deberían limitar su uso.
Las grasas malas incluyen las grasas saturadas y las grasas trans. Promueven reacciones inflamatorias, alterando la composición lipídica de la sangre de forma perjudicial para la salud general.
El Dr. Nguyen Anh Duy Tung, del Centro de Nutrición Nutrihome, afirmó que una dieta con un exceso de grasas malas aumenta el riesgo de trastornos metabólicos (obesidad, diabetes, hígado graso, sangre grasa, etc.), aterosclerosis, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Es necesario minimizar el consumo de grasas malas en la dieta diaria y sustituirlas por grasas buenas (grasas insaturadas).
Las carnes rojas, como la de res, búfalo, cerdo y cordero, contienen mucha grasa saturada. En promedio, 100 gramos de carne de res (incluso carne magra con poca grasa) contienen al menos 4,5 gramos de grasa saturada. Este contenido en la carne de cerdo es de 7,7 gramos. Cada persona no debe consumir más de 170 gramos de carne roja al día. Priorice las carnes bajas en grasa y combínelas con una variedad de verduras, frutas y cereales integrales para lograr una dieta equilibrada.
Las carnes procesadas, como salchichas, embutidos y carnes enlatadas, suelen contener altos niveles de grasas saturadas y grasas trans. Estas grasas pueden aumentar el colesterol LDL (malo) y disminuir el HDL (bueno). Esto aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, presión arterial y otros problemas de salud como la obesidad, el hígado graso y la sangre grasa.
Las carnes procesadas suelen tener un alto contenido de sodio y conservantes, lo cual puede ser perjudicial para la salud cardíaca y aumentar el riesgo de cáncer de mama y colorrectal. Limitar el consumo de estos alimentos es fundamental para mantener una dieta saludable .
Las grasas animales y avícolas típicas, como la manteca de cerdo, contienen altos niveles de grasas saturadas, que representan aproximadamente el 30 % de la masa total. Las grasas saturadas pueden aumentar el nivel de colesterol malo en sangre, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Se recomienda consumir aceite vegetal en lugar de grasas animales y avícolas.
Los alimentos fritos suelen contener grandes cantidades de grasas malas. Freír a altas temperaturas, especialmente con aceite reutilizado, puede generar grasas trans, que aumentan la oxidación de las grasas, lo cual es perjudicial para la salud. Además, son altos en calorías, bajos en nutrientes y pueden provocar aumento de peso y obesidad. Se recomienda priorizar los platos al vapor y hervidos.
La crema vegetal se utiliza en muchos alimentos y bebidas, especialmente en el té con leche. Su ingrediente principal es el aceite vegetal hidrogenado (de coco o de palma), que representa aproximadamente el 30 % del peso. El aceite vegetal hidrogenado es una grasa trans que aumenta el nivel de colesterol malo en sangre, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes.
Las cremas vegetales contienen una gran cantidad de azúcar, emulsionantes, estabilizantes, espesantes, colorantes y saborizantes. El consumo excesivo de estos aditivos sobrecarga el sistema digestivo, lo que favorece la progresión de numerosos trastornos metabólicos, como la obesidad y la hipertensión.
El Dr. Duy Tung afirmó que una persona sana puede consumir menos de 22 g de grasas saturadas al día (es decir, menos del 10 % del total de calorías consumidas) y menos de 2 g de grasas trans (es decir, menos del 1 % del total de calorías consumidas). La suplementación con el compuesto biológico GDL-5 (extraído del polen de caña de azúcar sudamericana) ayuda a regular los lípidos sanguíneos, reducir el exceso de colesterol malo en sangre y aumentar el colesterol bueno, previniendo así enfermedades cardiovasculares.
Truong Giang
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