Esta ya no es una cifra puramente técnica en el ámbito de la población y la salud . Tras ella se esconde una advertencia sobre el riesgo de colapso de la estructura familiar tradicional, cuando cada vez más jóvenes no logran "sentar cabeza", lo que lleva a retrasar o rechazar el matrimonio y la procreación. Se está formando silenciosamente una "generación de los 3 No": Sin hogar, sin matrimonio, sin hijos.
La tasa de fertilidad se desploma
La experiencia de muchos países demuestra que, una vez que las tasas de fecundidad han caído drásticamente, es muy difícil recuperarlas, incluso con la aplicación de políticas de incentivos. Japón tiene actualmente una TGF de 1,26; Corea del Sur, de tan solo 0,78; el promedio de la OCDE es de 1,5, muy por debajo del nivel de reemplazo de 2,1 hijos por mujer.
Vietnam, que antes era un país con una alta tasa de natalidad, avanza rápidamente hacia una sociedad sin hijos. El riesgo de caer en la trampa de "envejecer antes de enriquecerse" es más evidente que nunca.
Vietnam avanza rápidamente hacia una sociedad sin hijos. Foto: Hoang Ha
Los precios de la vivienda: la causa silenciosa
Es innegable que el alza vertiginosa de los precios de la vivienda contribuye en gran medida a la disminución de la natalidad. En grandes ciudades como Hanói y Ciudad Ho Chi Minh, la vivienda está fuera del alcance de los jóvenes.
Un ingeniero informático de 28 años de Hanói comentó que, tras cinco años trabajando con un salario bastante alto, aún no se atreve a pensar en casarse porque un apartamento pequeño cuesta entre 2 y 3 mil millones de dongs. Mientras tanto, el ingreso mensual de la mayoría de los jóvenes sigue rondando los 15-20 millones de dongs.
Los precios de la vivienda se han multiplicado por tres y cinco en tan solo unos años, pero los salarios se han mantenido estancados. Un apartamento de 50 m² en Long Bien cuesta actualmente 5.900 millones de dongs (equivalente a 118 millones de dongs por m²), una cifra desorbitada para cualquier joven sin apoyo económico familiar.
Muchos jóvenes están renunciando a su sueño de formar una familia. Muchos optan por vivir solos, trabajar como autónomos y disfrutar de experiencias personales. No es que no quieran un hogar, sino que ya no creen que puedan tener una vida estable con sus ingresos actuales.
El 62% de los jóvenes encuestados por una agencia de prensa afirmó haber pospuesto el matrimonio por razones económicas, siendo la vivienda la principal preocupación. Lo que antes se registraba en Corea, Japón y China… ahora empieza a aparecer en Vietnam.
Envejecimiento poblacional: la corriente subyacente
Desde 2011, Vietnam ha entrado en la fase de envejecimiento de su población. Para 2024, el país tendrá aproximadamente 14,2 millones de personas mayores de 60 años. Se prevé que esta cifra alcance los 18 millones para 2030, lo que representa el 25 % de la población.
Combinado con una tasa de natalidad en pronunciada disminución, Vietnam enfrenta las siguientes consecuencias: disminución de la productividad laboral, falta de recursos que contribuyan a los seguros y la atención médica, mayor presión presupuestaria para el cuidado de los ancianos, carga para la próxima generación...
Sin detenerse ahí, la esperanza de vida promedio de los vietnamitas es actualmente de 74,7 años, pero la cantidad de años de vida saludable es de tan solo unos 65 años. Una sociedad donde los ancianos viven mucho tiempo pero no gozan de buena salud, y los jóvenes no desean tener hijos: esa es la fórmula para una crisis prolongada, silenciosa y persistente.
Cuando los jóvenes pierden la fe en el futuro
Muchos jóvenes admiten: “Si no podemos comprar una casa, ¿cómo podremos atrevernos a tener hijos?” o “Alquilar una casa cuesta la mitad de nuestro salario, ¿cómo podremos criar hijos?”.
El creciente coste de la crianza de los hijos —que puede ascender a 15 millones de dongs al mes en las grandes ciudades— ha hecho que muchas parejas jóvenes duden. Algunas se casan, pero deciden no tener hijos, o tienen solo uno y lo envían al campo para que lo críen sus abuelos.
Muchos jóvenes están abandonando el estilo de vida de "trabajar duro para comprar una casa" y adoptando un estilo de vida más ligero: gastando en cosas accesibles como teléfonos, viajes y experiencias personales. No son "perezosos", simplemente han perdido la esperanza de construir un hogar de verdad.
Consecuencias socioeconómicas: No se pueden ignorar
Sin una acción política oportuna, Vietnam se enfrentará a una espiral peligrosa:
Aumento de los precios de las viviendas → Jóvenes que no se casan ni tienen hijos → Envejecimiento rápido de la población → Escasez de trabajadores jóvenes → Aumento de los costes de la asistencia social → Desaceleración del crecimiento → Inestabilidad social.
La solución no se puede retrasar.
Es hora de abordar el problema directamente y tomar medidas drásticas. No podemos simplemente pedir que se "tengan dos hijos", sino que debemos resolver de raíz el problema de la vivienda: la principal motivación de los jóvenes para establecerse, encontrar trabajo y tener hijos.
Algunas soluciones que deben priorizarse: aumentar fuertemente la oferta de vivienda social, dando prioridad a los jóvenes y recién casados; imponer impuestos altos a la especulación y a las casas abandonadas; una planificación transparente, reduciendo el costo de desarrollar vivienda asequible; un apoyo crediticio sustancial para quienes compran una vivienda por primera vez; políticas prácticas de crianza de los hijos, no solo incentivos simbólicos...
Nos encontramos en un período de "dividendo demográfico", con una fuerza laboral abundante. Pero si los jóvenes ya no creen que pueden vivir una vida estable, tener una vivienda propia y criar hijos, el dividendo demográfico también se hundirá en la tragedia silenciosa de una generación que no puede continuar.
La política de vivienda no es solo una cuestión económica, sino una condición para la supervivencia futura de una nación. Vietnam no puede aspirar a un futuro sostenible si quienes lo soportan ya no tienen la motivación para sobrevivir.
Vietnamnet.vn
Fuente: https://vietnamnet.vn/loi-canh-bao-cua-bo-truong-y-te-ve-mot-ky-luc-dang-lo-2423344.html
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