Se trata de una cifra sin precedentes, que refleja las aspiraciones de desarrollo del país en el periodo de transición hacia un crecimiento de dos dígitos. Y debido a esta magnitud sin precedentes, la pregunta fundamental es: ¿cómo utilizar este recurso para lograr la máxima eficiencia?
Según el informe del Gobierno , la demanda total de inversión para el período 2026-2030 en ministerios, ramas y localidades asciende a 8.662 billones de VND, de los cuales 5.325 billones de VND corresponden al presupuesto central. La capacidad de reserva actual es de aproximadamente 8.310 billones de VND, de los cuales 3.800 billones de VND provienen del presupuesto central y 4.510 billones de VND provienen del presupuesto local.
Aunque aún inferior a la demanda, esta escala triplica prácticamente el plan de inversión pública para el período 2021-2025 (2,87 billones de VND). Esto representa un margen suficiente para impulsar avances significativos en infraestructura, logística, conversión energética y proyectos de conducción regional. Una escala de capital tan elevada implica una responsabilidad mucho mayor en su uso.
Durante muchos años, la inversión pública se ha considerado un factor clave para estimular el crecimiento, pero su eficacia no ha sido proporcional. La semana pasada, en debates grupales, muchos diputados de la Asamblea Nacional destacaron obstáculos inherentes, como problemas con los trámites de tierras, las compensaciones, el reasentamiento, la asignación de capital y, especialmente, la deficiente preparación de la inversión. Un proyecto de transporte puede retrasarse durante años simplemente por la falta de minas o porque la localidad no ha completado la limpieza del terreno. Algunos proyectos deben ajustar el monto total de la inversión tres o cuatro veces, lo que supone una pérdida de tiempo, un aumento de los costos y una reducción de la eficiencia social.
Estas deficiencias demuestran que si solo nos centramos en la tasa de desembolso, podemos caer fácilmente en la trampa de priorizar la rapidez sobre la calidad. Si el desembolso es rápido, pero la inversión se dispersa y la eficiencia no se puede medir, el capital público puede convertirse en una carga para el presupuesto, en lugar de un motor de crecimiento.
Con los enormes recursos de inversión pública del próximo período, es necesario priorizar la gestión de resultados en lugar de la gestión del gasto. Cada proyecto de inversión pública debe cuantificarse mediante indicadores específicos: aumento de la productividad laboral, reducción de costos logísticos, mejora de la competitividad regional, mejora de la calidad de los servicios públicos o el nivel de repercusión en el sector privado. Solo midiendo la producción real podremos saber si el capital público es realmente efectivo.
Además, dado el gran volumen del plan de capital, si tan solo el 1% se malgasta o se desperdicia, la pérdida de dinero equivale a decenas de miles de millones de VND. Por lo tanto, es necesario fortalecer la capacidad de gestión de proyectos, la profesionalidad de los inversores y la rendición de cuentas de cada nivel de gestión. La transparencia informativa y la supervisión social deben considerarse una importante línea de defensa. Cada proyecto de inversión pública necesita un mecanismo para dar a conocer el progreso, los costos y los resultados de la implementación, de modo que la ciudadanía y la prensa puedan monitorear y supervisar.
El período 2026-2030 es crucial para el objetivo de crecimiento de dos dígitos, hacia una economía de altos ingresos. Si la Asamblea Nacional lo aprueba, 8,31 billones de VND de inversión pública constituirán un recurso inmenso, y si se utiliza con prudencia, ese capital puede impulsar infraestructura moderna, energía limpia, ciudades inteligentes y una mayor productividad laboral. Esa es también la verdadera eficacia de la inversión pública que la Asamblea Nacional, el Gobierno y toda la sociedad esperan en el nuevo período de desarrollo.
Fuente: https://daibieunhandan.vn/8-31-trieu-ty-dong-va-hieu-qua-dau-tu-cong-10393391.html






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