El 16 de julio, un terremoto de magnitud 7,3 sacudió la costa de Alaska, a unos 88 kilómetros al sur de Sand Point. A medida que las réplicas se extendían por la península de Alaska, se activaron rápidamente los sistemas avanzados de alerta de tsunamis, lo que pone de relieve la importancia creciente de la tecnología en la preparación ante desastres.
Ubicación del terremoto en Sand Point, Alaska, EE. UU. (Fuente: Livemint)
Inmediatamente después de ocurrido el evento sísmico a las 12:37, el sistema de sensores sísmicos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) registró automáticamente los datos y determinó el epicentro a una profundidad de 20,1 km debajo del lecho marino.
Al integrar tecnología de inteligencia artificial (IA) y redes de sensores distribuidos, el sistema permite el análisis en tiempo real y minimiza el sesgo en la evaluación de riesgos.
La boya dardo registra los cambios de presión en el fondo marino (Fuente: Herakdsun)
Casi de inmediato, el Centro Nacional de Alerta de Tsunamis (NTWC) en Palmer, Alaska, emitió una alerta de tsunami para la zona costera desde la entrada Kennedy hasta el paso Unimak, incluyendo las ciudades de Cold Bay, Sand Point y Kodiak. Se procesaron los datos de las boyas de Evaluación y Reporte de Tsunamis en las Profundidades Oceánicas (DART) para evaluar el riesgo de tsunami tras el terremoto.
Se comparten mapas digitales del terreno, combinados con simulaciones 3D, con los rescatistas locales para predecir la posible propagación de tsunamis. Este sistema SIG se actualiza en tiempo real, lo que facilita la identificación de zonas peligrosas y una planificación de evacuación más precisa.
Las personas en las zonas afectadas reciben información a través de aplicaciones móviles, redes sociales y radio digital, lo que ayuda a optimizar los tiempos de respuesta.
Zona de alerta de tsunami desde la entrada Kennedy hasta el paso Unimak (Fuente: Livemint)
Una característica destacada es la capacidad de conectar a las fuerzas de respuesta a emergencias, desde la Guardia Costera hasta agencias de socorro como FEMA, mediante una plataforma de datos compartida. Esto permite consolidar la información, reducir la duplicación y mejorar la coordinación durante las emergencias.
Alaska se encuentra en el Anillo de Fuego del Pacífico , la región con mayor actividad sísmica del mundo, lo que hace que las soluciones tecnológicas de alerta temprana sean más urgentes que nunca.
El evento del 16 de julio no causó daños importantes, pero fue una llamada de atención para invertir en tecnología de prevención de desastres. Desde el análisis sísmico con IA hasta la simulación en tiempo real, la tecnología se está convirtiendo en la primera línea para ayudar a los humanos a responder con rapidez y precisión a las fuerzas de la naturaleza.
Minh Hoan
Fuente: https://vtcnews.vn/ai-canh-bao-tham-hoa-cong-nghe-dan-dau-trong-ung-pho-dong-dat-tai-my-ar954798.html
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