"El gobierno polaco no puede aceptar la discriminación contra nuestros ciudadanos. Los responsables deberán asumir las consecuencias. Contamos con la cooperación de las autoridades competentes del Reino de los Países Bajos en este asunto", declaró el viceministro de Asuntos Exteriores polaco, Pawel Jablonski, a Reuters el 6 de octubre.
La policía de la ciudad holandesa de Alkmaar arrestó a dos jugadores del club de fútbol polaco Legia de Varsovia después del partido de la Europa Conference League contra el AZ Alkmaar el 5 de octubre, lo que provocó una reacción airada de Polonia.
Policía afuera del autobús del equipo Legia de Varsovia después del partido del 5 de octubre.
Según la policía de Alkmaar, tras el partido, arrestaron a un serbio de 28 años y a un portugués de 33, quienes permanecen detenidos. El partido terminó con victoria de 1-0 para el equipo holandés.
Tras el partido, dos jugadores del Legia de Varsovia lesionaron a miembros del personal del AZ, requiriendo atención médica . Estos jugadores han sido detenidos por cargos de abuso, informaron la policía, la fiscalía y el ayuntamiento de Alkmaar en un comunicado conjunto.
Según medios polacos, los dos jugadores implicados fueron Radovan Pankov y Josué. La policía afirmó que los jugadores fueron sacados de sus asientos y llevados a comisaría.
Las autoridades locales dijeron que otros jugadores y funcionarios del Legia también se mostraron violentos al ser retenidos dentro del estadio, mientras la policía intentaba escoltar a los aficionados polacos hacia la salida.
"Los medios de comunicación polacos están creando la imagen de que los jugadores fueron víctimas de la policía, pero eso no es cierto. Los propios jugadores fueron violentos", afirma el comunicado del gobierno.
Los aficionados del Legia de Varsovia atacaron a la policía cuando ésta irrumpió violentamente en la entrada del estadio antes del partido, dejando inconsciente a un agente de policía con equipo antidisturbios.
TVP informó que Dariusz Mioduski, presidente y propietario de Legia, fue golpeado en la cara por la policía, mientras que algunos empleados de Legia fueron golpeados con porras.
El incidente causó conmoción al más alto nivel en Polonia. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, escribió en X (anteriormente Twitter): «He ordenado al Ministerio de Asuntos Exteriores que tome medidas diplomáticas urgentes para verificar los hechos ocurridos esa noche. Los jugadores y aficionados polacos deben ser tratados conforme a la ley».
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