La Tierra recibió la tormenta geomagnética más fuerte (también conocida como tormenta solar) en 20 años en la mañana del 11 de mayo.
La tormenta solar más fuerte en 20 años provocó una aurora espectacular. Foto: EPA
En la noche del 10 de mayo y la madrugada del 11 de mayo, la Tierra recibió la tormenta magnética (tormenta geomagnética) más fuerte de los últimos 20 años.
Según la Academia de Ciencias de Rusia, la tormenta geomagnética alcanzó un nivel superior a G4 en la escala de cinco niveles establecida por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos para evaluar la gravedad de los fenómenos meteorológicos espaciales.
Según la escala G5, las tormentas geomagnéticas pueden provocar fallos a gran escala en la red eléctrica, afectando gravemente a los satélites y a los sistemas de comunicación por radio.
Las tormentas geomagnéticas fuertes pueden provocar dolores de cabeza, fatiga, ritmo cardíaco acelerado, presión arterial alta, cambios de humor e insomnio.
La tormenta solar más potente en más de dos décadas ha azotado la Tierra, provocando espectaculares auroras en muchas partes del mundo . Se espera que la aurora, con sus brillantes franjas azules y verdes, visible desde el Reino Unido hasta Tasmania, continúe durante los próximos días. Muchas personas en varios países europeos han publicado rápidamente fotos de la mágica aurora en redes sociales.
Los científicos dicen que las mejores vistas de la aurora se pueden capturar con cámaras de teléfonos móviles, que pueden captar la luz mejor que el ojo desnudo.
Cortinas de luz verde, rosa y violeta, conocidas como auroras, causadas por tormentas geomagnéticas, se pueden ver en muchas áreas del mundo, desde Rusia hasta Estados Unidos, así como en partes de América Latina, incluida una rara aparición en México.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos describió el evento como “extremo” y advirtió que la tormenta solar podría representar un riesgo para las comunicaciones de radio, el GPS y los satélites.
Sin embargo, Volker Bothmer, astrofísico destacado de la Universidad de Göttingen en Alemania, dijo que aunque la tormenta solar fue fuerte, no fue suficiente para causar una perturbación significativa: "Después de una tormenta extrema, se pueden tener muchos problemas con la tecnología, la infraestructura, las comunicaciones, los sistemas de navegación, etc. Pero esta tormenta no es tan grave como para que realmente tengamos que preocuparnos por daños graves".
La última vez que se detectó una tormenta solar que produjo la aurora de color calabaza más potente de la historia moderna fue en Halloween, en octubre de 2003. El espectacular evento iluminó Norteamérica y el norte de Europa con luces naranjas. Ese año, la tormenta solar fue tan potente que provocó apagones en Suecia y dañó la infraestructura eléctrica en Sudáfrica.
Compilado por NGUYEN TAN
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