Científicos finlandeses han creado un nuevo material formado por una capa exterior de moléculas hidrófugas unidas a una superficie sólida de silicio situada debajo.
Ilustración de una capa molecular líquida que repele gotas de agua. Foto: Ekaterina Osmekhina/Universidad Aalto
Un equipo de investigación finlandés, dirigido por Robin Ras en la Universidad Aalto y con el apoyo de científicos de la Universidad de Jyväskylä, ha desarrollado un mecanismo que permite que las gotas de agua se deslicen por las superficies con una eficiencia sin precedentes. El nuevo estudio se publicó en la revista Nature Chemistry el 23 de octubre.
La forma en que el agua se adhiere o se desliza por las superficies afecta la cocina, el transporte, la óptica y cientos de otras tecnologías. Unas superficies más resistentes al agua podrían mejorar muchas tecnologías utilizadas en hogares e industrias, como la plomería, el transporte y la automoción.
En el nuevo estudio, el equipo creó superficies sólidas de silicona con una capa exterior líquida que repele el agua al permitir que las gotas se deslicen. Este recubrimiento actúa como lubricante entre el producto y las gotas.
Los nuevos hallazgos desafían las ideas actuales sobre la fricción entre superficies sólidas y agua, abriendo nuevas posibilidades para el estudio del deslizamiento a nivel molecular. «Nuestro estudio es el primero en llegar directamente a la escala nanométrica para crear superficies molecularmente heterogéneas», afirmó Sakari Lepikko, miembro del equipo de investigación.
Mediante un cuidadoso ajuste de factores como la temperatura y el contenido de agua en el reactor, lograron controlar el grado de cobertura de la monocapa autoensamblada (SAM) sobre la superficie de silicio. Sorprendentemente, incluso una cobertura baja resultó en una resbaladicidad extremadamente alta.
Utilizando su nuevo método, el equipo creó la superficie líquida más resbaladiza del mundo . Según Lepikko, el descubrimiento promete aplicaciones donde se necesite una superficie impermeable. "Tiene aplicaciones potenciales para la transferencia de calor en tuberías, la descongelación, el antivaho, la creación de superficies autolimpiables e incluso la microfluídica, donde las gotas necesitan moverse con suavidad", afirmó Lepikko.
El equipo planea seguir probando y mejorando el recubrimiento SAM. «El principal problema del recubrimiento SAM es que es muy delgado, por lo que se desintegra fácilmente tras el contacto físico. Pero estudiarlo nos proporciona los fundamentos científicos que podemos utilizar para crear aplicaciones prácticas y duraderas», afirmó Lepikko.
Thu Thao (según The Guardian )
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