Una soldado ghanesa con un quiste ovárico roto fue atendida con éxito por médicos del Hospital de Campaña de Vietnam. (Foto: Sy Cong) |
Una paciente de 35 años, de nacionalidad ghanesa, presentó un dolor abdominal bajo intenso después de una intensa sesión de entrenamiento físico militar que incluía carrera de larga distancia.
En el Hospital de Nivel 1 de Ghana, los médicos sospecharon que la paciente tenía una torsión de quiste ovárico y la transfirieron al Hospital de Campaña de Nivel 2 Nº 6 de Vietnam para recibir tratamiento de emergencia.
Al llegar al hospital, la presión arterial del paciente descendió. De inmediato, los especialistas en Obstetricia y Ginecología, Cirugía Abdominal y Gastroenterología del hospital realizaron una consulta de urgencia y solicitaron asesoramiento a los especialistas en Obstetricia y Ginecología del Hospital Militar 103 de la Academia Médica Militar.
Mediante examen clínico y pruebas complementarias, se diagnosticó a la paciente síndrome hemorrágico intraabdominal debido a la rotura de un quiste funcional del ovario izquierdo. La ecografía mostró una masa anormal en el ovario de 46 x 42 mm, con sangrado en el quiste ovárico y líquido en el fondo de saco. Los análisis de sangre mostraron anemia con una hemoglobina de tan solo 108 g/l.
Tras 7 días de tratamiento, la condición de la paciente mejoró significativamente: desapareció el dolor abdominal, se observó líquido abdominal y el quiste ovárico se redujo a 25 x 22 mm. (Foto: Sy Cong) |
Según los médicos, la paciente tenía antecedentes de haber tenido dos hijos, uno de los cuales fue por cesárea, extirpándose el ovario derecho, lo que provocó adherencias abdominales, creando desafíos adicionales para la cirugía.
El equipo de guardia implementó rápidamente medidas de emergencia activas, incluyendo fluidos intravenosos, hemostáticos, antibióticos y antiinflamatorios. El paciente fue trasladado al Departamento de Cirugía Especializada para recibir tratamiento adicional y cuidados especiales. Durante el monitoreo, hubo un momento en que la hemoglobina descendió a tan solo 97 g/L.
Para evitar el riesgo de una cirugía invasiva, el paciente está completamente inmovilizado, alimentado por vía intravenosa y tratado médicamente según el protocolo.
Después de 7 días de tratamiento, la condición de la paciente mejoró significativamente, ya no presentaba dolor abdominal, líquido abdominal y el quiste ovárico se redujo de tamaño a 25x22 mm.
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