Sr. Paavo Arhinmäki, teniente de alcalde de Helsinki
La Agencia de Infraestructura de Transporte de Finlandia informó a la emisora pública YLE el 28 de junio que eliminar los grafitis ilegales, escritos por Paavo Arhinmäki, uno de los cuatro vicealcaldes de Helsinki, le costó a la ciudad unos 3.500 euros.
El Sr. Arhinmäki, de 46 años, y un amigo fueron atrapados con las manos en la masa poco después de terminar su trabajo de grafiti en un túnel ferroviario al este de Helsinki el 23 de junio. Los expertos finlandeses en arte callejero dicen que la obra parece haber sido inspirada en parte por obras de la ciudad de Nueva York (EE. UU.) en la década de 1970.
El periódico más grande de Finlandia, Helsingin Sanomat , publicó una foto del grafiti a gran escala en Twitter.
Grafiti del Sr. Arhinmäki
CAPTURA DE PANTALLA HELSINGIN SANOMAT
En una publicación de Facebook del 25 de junio, el Sr. Arhinmäki, conocido por su entusiasta apoyo al arte callejero y los grafitis cuando era joven, se disculpó por su "broma estúpida". Es un exlegislador y presidente del partido Alianza de Izquierda, y se desempeñó como ministro de Cultura y Deportes de Finlandia de 2011 a 2014, según AP.
La policía investiga el incidente como un acto de sabotaje e interferencia con el tráfico ferroviario, que ha sido suspendido debido a la situación. El túnel se utiliza para trenes de mercancías que van y vienen del puerto de Helsinki.
Todavía no está claro si el Sr. Arhinmäki enfrentará cargos legales.
"He cometido un delito y asumo toda la responsabilidad", declaró el Sr. Arhinmäki a YLE el 26 de junio. Sin embargo, no ha accedido a dimitir como teniente de alcalde ni a dejar su puesto en el Ayuntamiento de Helsinki, donde lo apoya el partido Alianza de Izquierda.
El incidente ha provocado un gran revuelo y debate entre los residentes de Helsinki en las redes sociales, con la mayoría expresando su condena pero también un fuerte apoyo a las acciones del vicealcalde a cargo de la cultura y el ocio en Helsinki, una ciudad de 650.000 habitantes.
La capital finlandesa gasta alrededor de 650.000 euros al año eliminando grafitis ilegales en toda la ciudad y pretende añadir espacios prohibidos para el arte callejero.
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