
El maestro Trinh Hong Son, director del Centro de Educación y Comunicación Nutricional del Instituto de Nutrición, afirmó: "La dieta es el factor de intervención más eficaz para regular la dislipidemia. Un menú equilibrado, bajo en grasas saturadas y rico en fibra, no solo ayuda a controlar el colesterol, sino que también fortalece la resistencia y apoya los sistemas cardiovascular y digestivo".
Este experto recomienda que las personas mayores reduzcan el consumo de grasas saturadas y colesterol LDL ("colesterol malo"), sustituyan las grasas animales por aceites vegetales como el de cacahuete, oliva o soja, y aumenten la ingesta de pescados ricos en omega-3 como el salmón, la caballa y el arenque. Consumir pescado de 3 a 4 veces por semana ayuda a disminuir el colesterol LDL ("colesterol malo") y a aumentar el colesterol HDL ("colesterol bueno").
Al mismo tiempo, las personas mayores necesitan un aporte extra de fibra soluble proveniente de verduras de hoja verde, legumbres, avena y frutas frescas. La fibra actúa como una «escoba» que elimina el exceso de colesterol en el tracto digestivo, ayudando a reducir la absorción de grasas saturadas en la sangre. Una dieta ideal debería incluir al menos 300 g de verduras y 200 g de fruta madura al día, lo que equivale a unos 25 g de fibra.
La proteína también desempeña un papel importante, pero es necesario elegir fuentes seguras. Los expertos recomiendan priorizar las proteínas vegetales y el pescado, limitando el consumo de carne roja, vísceras, piel de pollo y alimentos fritos. Las proteínas del tofu, las lentejas, el sésamo y los cacahuetes no solo son bajas en grasas, sino que también contienen muchos antioxidantes, que ayudan a prevenir la aterosclerosis.
Además de reducir la grasa, disminuir el consumo de almidón refinado y azúcares simples es un principio fundamental. El arroz blanco, los pasteles, los refrescos y el pan blanco deben sustituirse por arroz integral, avena, batatas y cereales integrales. Asimismo, se debe limitar la sal a menos de 5 g/día para evitar la hipertensión, principal factor de riesgo asociado a la dislipidemia.
Según el Maestro Trinh Hong Son, un menú sencillo y fácil de aplicar sugerido para las personas mayores incluye: Desayuno con gachas de avena con leche sin azúcar y 1 plátano maduro; Almuerzo con arroz integral, caballa al vapor con jengibre, verduras hervidas y sopa de calabaza; Cena con gachas de judías verdes con tofu y verduras salteadas con aceite de oliva.
Entre comidas, puedes añadir yogur sin azúcar, zumo de zanahoria y naranja o unas nueces.
Entre los alimentos considerados «oro» para prevenir la hiperlipidemia se incluyen: avena, ajo, aceite de oliva, tofu, manzanas, pomelo, linaza y nueces; todos ellos ricos en antioxidantes y que ayudan a reducir el colesterol de forma natural. Por el contrario, las personas mayores deben evitar los alimentos procesados como las salchichas, el tocino, la comida rápida, los pasteles y la margarina.
Además de la nutrición, el ejercicio diario es una herramienta importante para mantener un metabolismo estable. Las personas mayores deben caminar, andar en bicicleta a ritmo suave y practicar yoga durante unos 30 minutos al día para mejorar la circulación y controlar el peso. Los análisis de lípidos en sangre cada seis meses también ayudan a detectar anomalías a tiempo para una intervención oportuna.
El maestro Trinh Hong Son enfatizó: “Las personas mayores no deben considerar las dietas como una forma de ascetismo, sino que deben considerar cada comida como una medicina. Comer bien, comer lo suficiente y hacer ejercicio regularmente es la forma más sostenible de prevenir la dislipidemia”.
Fuente: https://baolaocai.vn/bi-quyet-phong-tang-mo-mau-o-nguoi-cao-tuoi-post885501.html






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