El debut de Carlo Ancelotti con Brasil no salió como estaba previsto. |
El empate 0-0 con Ecuador en las eliminatorias al Mundial 2026 la mañana del 6 de junio no fue un desastre. Pero para Brasil, y para Carlo Ancelotti en el primer día de su ilustre carrera como entrenador, fue una señal preocupante.
No por el marcador, sino por la repetición de un viejo problema: a Brasil le faltó identidad, le faltaron ideas y le faltó coraje para imponerse a un rival disciplinado, pero no superior en calidad.
El debut y el primer dolor de cabeza
Ancelotti no es el primero en hacerse cargo de la "Seleção" cuando Neymar, su estrella más brillante, está ausente o no está en su mejor momento. Pero sí es el primero en traer la esperanza de reconstrucción, la esperanza de unir a una nueva generación fragmentada.
Con una enorme colección de títulos a nivel de clubes, se espera que Ancelotti aporte serenidad, organización y eficiencia. Pero contra Ecuador, todos esos valores solo existen... en teoría.
Ancelotti optó por su habitual formación 4-3-3, con Casemiro, Bruno Guimarães y Gerson dominando el mediocampo, y Vinicius Jr. y Estevão en ataque. En teoría, se trataba de una plantilla con experiencia y juventud a la vez. Pero la realidad sobre el terreno de juego expuso una cruda realidad: Brasil tenía el balón, pero no sabía qué hacer con él.
Desde el primer minuto, Ecuador no necesitó controlar el partido, pero puso nervioso a Brasil. El equipo local jugó con un bloque bajo, enfocado en romper el partido y esperando los errores del rival. Sin ostentación ni fogosidad, pero lleno de cálculo y coraje.
Mientras tanto, la "Seleção" jugaba de forma descoordinada, las líneas carecían de conexión y el balón rara vez pasaba por el mediocampo sin ser cortado. El trío del mediocampo se mostró lento, falto de creatividad e incapaz de controlar el ritmo. Casemiro, de regreso al equipo tras una larga lesión, seguía demostrando esfuerzo, pero ya no era el líbero que había sido en su mejor momento. Gerson y Bruno no causaron gran impresión al verse limitados por el rápido y presionado mediocampo de Ecuador.
Brasil aún tiene escasez de ideas. |
La figura más destacada del partido fue el ecuatoriano Moisés Caicedo. El centrocampista del Chelsea se mostró sereno, inteligente y extremadamente efectivo. No solo interrumpió el juego de Brasil, sino que también fue el punto de partida para los rápidos contraataques de su equipo. A sus 22 años, Caicedo demostró la serenidad y la clase de un líder en el mediocampo que Brasil ha estado careciendo.
Caicedo eclipsó tanto a Casemiro como a Bruno Guimaaes, algo que pocos se atrevieron a pensar antes del partido. Fue la superioridad en el mediocampo lo que ayudó a Ecuador a mantener el equilibrio, incluso superando en muchos momentos a pesar de tener poca posesión del balón.
Con el equipo estancado, Vinicius Jr. se convirtió en una luz en ataque. Con su velocidad y habilidad para el regate, el jugador del Real Madrid creó varias situaciones de peligro por la banda izquierda. Constantemente atormentaba a la defensa ecuatoriana, pero aún carecía de un compañero con la suficiente comprensión para convertir jugadas individuales en goles.
Estevao, a pesar de las altas expectativas, aún es demasiado joven para la selección nacional. El delantero elegido, Richarlison, también carece de la agudeza necesaria para aprovechar las oportunidades.
Como resultado, Brasil no tuvo muchos disparos importantes. Salvo cuando Casemiro casi anotó tras una jugada descuidada en el área, el resto de la "Seleção" estuvo sumida en un decepcionante aburrimiento.
La dura verdad -y una lección para Ancelotti-
Ancelotti no es un entrenador cualquiera. Ha entrenado grandes equipos y lidiado con figuras más importantes que la actual selección brasileña. Pero el fútbol internacional es un mundo aparte. No hay tiempo para la experimentación, ni largas temporadas para corregir errores, ni margen para comienzos lentos.
Brasil necesita organización, consistencia y un estilo de juego lo suficientemente claro como para sentar las bases. Algo que Ecuador, aunque no es un equipo puntero, acaba de demostrar. Y la Seleção, no.
Ancelotti tiene por delante muchos retos. |
Ancelotti sin duda hará cambios, pero necesita decidir pronto: ¿en torno a quién construirá el equipo, con qué estilo y con qué objetivos? Jugar con el modelo de "darle el balón a Vinicius y esperar un milagro" no puede ser una estrategia a largo plazo. Tampoco puede seguir operando en un mediocampo sin creatividad ni opciones por el centro.
Brasil tiene talento, de eso no hay duda. Pero como todo gran equipo, su problema no es la calidad individual, sino la falta de dirección colectiva.
Un empate puede olvidarse en el fluir del fútbol, pero para Ancelotti, esta fue la primera advertencia: suave pero severa. Sin una verdadera renovación táctica, organizativa y de pensamiento, su etapa en la "Seleção" no durará tanto como se esperaba.
En Sudamérica, la fama no basta. Brasil no necesita un gran entrenador histórico, necesita a alguien que redibuje el mapa de la gloria. Y Carlo Ancelotti, si no empieza a hacerlo hoy, podría ser solo un nombre perdido en el caótico viaje del fútbol brasileño moderno.
Fuente: https://znews.vn/brazil-thieu-lua-ancelotti-dau-dau-post1558654.html
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