El Ministerio de Salud ha enfatizado repetidamente que los niños necesitan mantenerse adecuadamente abrigados durante la temporada de frío, especialmente en las zonas del cuerpo propensas a la pérdida de calor, como la cabeza, el cuello, las palmas de las manos, los pies y el pecho. Según las "Directrices para el Cuidado de la Salud Infantil en Invierno y Primavera" del Ministerio de Salud, los padres deben abrigar a sus hijos, pero no acalorarles demasiado, y vestirlos con varias capas finas en lugar de una sola gruesa, ya que sus cuerpos necesitan la circulación del aire para regular su temperatura. Abrigarse demasiado provoca sudoración, lo que los hace susceptibles a los resfriados cuando el sudor se absorbe nuevamente en el cuerpo, una de las causas del mayor riesgo de neumonía y resfriados.
Además de protegerse del frío, organismos internacionales de salud como la OMS y UNICEF también recomiendan que los padres prioricen la vacunación completa de sus hijos, especialmente las vacunas contra la gripe y las enfermedades respiratorias. La OMS afirma que las vacunas contra la gripe estacional pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedad y limitar las complicaciones graves en los niños pequeños, un grupo con una mayor tasa de hospitalización por gripe que otros grupos de edad. Numerosos estudios demuestran que la vacunación contra la gripe puede reducir el riesgo de gripe en niños menores de 5 años entre un 40 % y un 60 %. Esta es una medida segura y eficaz, y se recomienda implementarla antes del inicio de la temporada de resfriados.
Durante el clima húmedo y frío, el ambiente interior también afecta significativamente la salud infantil. El Ministerio de Salud recomienda que las familias mantengan sus hogares bien ventilados y soleados, y eviten cerrar las puertas por completo, ya que esto puede causar fácilmente aire estancado, lo que propicia la proliferación de bacterias y virus. Al usar aires acondicionados o calefactores, es necesario mantener una humedad adecuada (40-60%) para evitar la resequedad de las mucosas respiratorias, un factor que predispone a los niños a la rinitis y la faringitis. Asimismo, los padres deben limpiar los aires acondicionados y calefactores con regularidad para garantizar la seguridad de los niños al usarlos.
Un factor importante, pero a menudo ignorado, es la nutrición durante la temporada de frío. Según las recomendaciones del Instituto Nacional de Nutrición del Ministerio de Salud, los niños pequeños necesitan una suplementación completa con nutrientes como proteínas, vitaminas A, C y D, y minerales como hierro y zinc para fortalecer el sistema inmunitario. Las madres deben dar suficiente agua a sus hijos, ya que el frío reduce la sed en los niños, lo que provoca una deshidratación que los padres no perciben. Añadir frutas, verduras, leche tibia y sopas y papillas nutritivas ayuda a los niños a combatir los patógenos con mayor eficacia. Los niños amamantados deben recibir lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, ya que la leche materna contiene anticuerpos naturales que protegen al cuerpo contra las enfermedades.
La temporada de resfriados también es el momento en que las enfermedades infecciosas respiratorias aumentan drásticamente. Acciones como tocarse los ojos, la nariz y la boca, compartir toallas o el contacto con personas enfermas aumentan el riesgo de propagación. Por lo tanto, la higiene personal infantil es fundamental. Los padres deben guiar a sus hijos para que se laven las manos regularmente con jabón, especialmente después de ir a la escuela, toser o estornudar. Esta medida, según la OMS, puede reducir la posibilidad de transmisión de enfermedades respiratorias entre un 30 % y un 40 %.
Cabe destacar que muchas enfermedades durante la temporada de resfriados pueden progresar rápidamente, especialmente en niños menores de 2 años. Los padres deben vigilar de cerca cualquier signo inusual, como dificultad para respirar, rechazo a la lactancia materna, respiración acelerada, fiebre alta continua, convulsiones o letargo. Si aparecen estos síntomas, el niño debe ser llevado a un centro médico de inmediato. El Ministerio de Salud recomienda no usar antibióticos arbitrariamente en niños sin receta médica, ya que el uso de un medicamento incorrecto puede generar resistencia a los medicamentos y agravar la enfermedad.
Las escuelas, donde se reúnen muchos niños, también son entornos que deben priorizarse para la prevención de enfermedades. El Ministerio de Salud ha instruido a los jardines de infancia, preescolares y escuelas primarias a mejorar la higiene en las aulas, desinfectar juguetes, puertas, mesas y sillas; mantener las aulas bien ventiladas; animar a los niños a lavarse las manos con frecuencia; y monitorear a los niños con síntomas de enfermedad para aislarlos temporalmente y evitar la propagación de la enfermedad a toda la clase. Una estrecha coordinación entre las escuelas y los padres reducirá significativamente el riesgo de brotes de enfermedades estacionales.
La temporada de frío siempre presenta muchos riesgos para la salud infantil, pero es totalmente controlable si los padres siguen correcta y rigurosamente las recomendaciones del sector salud. Desde mantener el calor, limpiar el entorno vital, centrarse en la nutrición hasta la vacunación completa, cada pequeña medida contribuye a crear una sólida barrera para proteger la salud infantil durante los meses más duros. La iniciativa de la familia y la comunidad no solo ayuda a los niños a crecer sanos, sino que también reduce la presión sobre el sistema de salud durante la temporada alta de enfermedades.
Fuente: https://soyte.camau.gov.vn/bai-khoa-hoc-chinh-tri-va-xa-hoi/cham-soc-tre-trong-mua-lanh-bao-ve-suc-khoe-tre-tu-nhung-thoi-quen-nho-291764






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