
El ruido del motor se mezclaba con la brisa fresca que soplaba en mi cara, trayendo el aroma de tierra húmeda y arroz maduro de los campos lejanos. Escuché en silencio la historia de la tierra a través de las palabras del barquero, mis ojos se detuvieron en las densas cañas, imaginando el tiempo de fuego y humo que el río había presenciado...
A lo lejos, entre la lenteja de agua se encuentran las nasas de bambú para pescar. Los visitantes de lugares lejanos se muestran muy interesados en este espacio y en las experiencias de remar y pescar. En cada temporada de lotos y nenúfares, la superficie del río parece iluminarse. Las flores florecen por todas partes, alegrando todo el lugar.
Miré los capullos de loto rosado que se abrían suavemente entre las hojas verdes, los nenúfares de color púrpura pálido meciéndose en el agua e imaginé la escena: ojos brillando de alegría mientras el obturador de la cámara hacía clic repetidamente, rostros iluminándose, mejillas sonrojadas con cada clic.
Cuando el barco pasó un pequeño dique, vi a una mujer recogiendo diligentemente matas de jacintos de agua verdes que flotaban lentamente en el agua. Resulta que recoge jacinto de agua para compostar verduras, lo cual es barato y bueno para el suelo. "Este río me da mucho." De repente me di cuenta de que el puente de dar y recibir entre los humanos y la naturaleza es tan simple pero tan profundo.
Cuando el sol se puso detrás de los árboles distantes, una suave oscuridad cayó sobre el río, dejando solo la última luz parpadeante reflejándose en el agua quieta.
En algún lugar, unas cuantas cigüeñas blancas dibujaron sus últimas trayectorias de vuelo, dejando tras de sí suaves gritos como despedida del atardecer. El barquero apagó el motor y el barco navegó tranquilamente; el sonido del agua golpeando suavemente contra el costado era como la respiración profunda del cielo y la tierra.
Me quedé en silencio junto al muelle, inhalando profundamente el aroma a loto que aún flotaba en la brisa de la tarde, mientras una extraña sensación de calidez se elevaba en mi corazón. En ese momento, no sólo recordé la historia del barquero, la figura de la mujer recogiendo jacintos de agua o las coloridas flores de la temporada, sino que también me pareció escuchar el susurro del río Dam, suave, profundo y rústico.
Miré hacia atrás una última vez, mientras el barco se alejaba del muelle. El loto está floreciendo. Los pájaros vuelven a sus nidos… Todo es como si ninguna separación hubiera ocurrido. Y sé que volveré no sólo a mirar, sino también a escuchar, sentir y guardar un recuerdo llamado Río Represa.
Sólo una vez que pongas un pie en esta tierra, todos escucharán el llamado silencioso de la tierra, del agua, de la gente que suavemente te invita a venir y continuar escribiendo tu propia historia.
Fuente: https://baoquangnam.vn/chieu-vong-song-dam-3155852.html
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