Cada noche, el exceso de aceite de los restaurantes se filtra, se recoge y se lleva a una fábrica en las afueras de Chengdu para refinarlo y convertirlo en aceite industrial.
El personal de un restaurante en Chengdu vierte el caldo de una olla caliente mezclado con aceite en un filtro para reciclarlo. Foto: AFP
Sichuan Jinshang Environmental Protection (SJEP) ha desarrollado un proceso para procesar grandes cantidades de aceite de olla caliente desechado y convertirlo en combustible de aviación, informó AFP el 21 de noviembre. Según su director, Ye Bin, la compañía está produciendo hasta 150.000 toneladas de aceite industrial al año en restaurantes de olla caliente y otros establecimientos de comida en Chengdu.
Normalmente, por la noche, después de que los clientes se van, los camareros del restaurante empiezan a verter el caldo de la olla caliente en un filtro especial para separar el aceite del agua. A continuación, los recolectores contratados por SJEP, con delantales gruesos y guantes de goma hasta el codo, vienen a recoger estos contenedores de grasa. Pueden visitar cientos de tiendas en una noche.
El aceite de la olla caliente se transporta posteriormente a un parque industrial en las afueras de la ciudad, donde se ubica la planta de SJEP. Se transporta por tuberías a grandes tanques y se somete a un proceso de refinación para eliminar el agua y las impurezas restantes, convirtiéndolo en un aceite industrial transparente y amarillo. Este combustible se exportará a clientes, principalmente en Europa, Estados Unidos y Singapur. Posteriormente, se procesará para producir "combustible de aviación sostenible" (SAF).
El SAF es clave para la descarbonización de la industria aeronáutica, que se prevé que contribuya con el 2 % de las emisiones globales de CO2 para 2022, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Sin embargo, su desarrollo aún está en sus primeras etapas, representando menos del 0,1 % del consumo total de combustible de aviación, debido a los altos costos de procesamiento y al número relativamente reducido de proveedores.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) estima que el uso generalizado de SAF podría contribuir en aproximadamente un 65% a la reducción de emisiones para ayudar a la industria de la aviación a lograr emisiones netas cero para 2050. SJEP también planea desarrollar su propia planta de producción de SAF, utilizando equipos de la empresa estadounidense Honeywell para producir 300.000 toneladas por año.
El modelo de SJEP forma parte de los esfuerzos de China para abordar el enorme desperdicio de alimentos que genera su población de 1.400 millones de habitantes. En China, alrededor de 350 millones de toneladas de productos agrícolas —más de una cuarta parte de su producción anual— terminan como desperdicio tras ser desechados por restaurantes, supermercados o consumidores, según un estudio de 2021 publicado en la revista Nature .
En los vertederos, los residuos alimentarios en descomposición producen gas metano, que calienta la atmósfera más rápido que la mayoría de los demás materiales, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Esto supone un problema para las ciudades chinas y una grave amenaza para los objetivos climáticos globales. China se ha comprometido a abordar el problema con un plan para reducir las emisiones de metano, y ha instado a que se implementen proyectos innovadores de gestión del desperdicio de alimentos en todo el país en los próximos años.
Thu Thao (Según AFP )
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