Las jugadoras se abrazaron y se giraron hacia Paralluelo, que rebosaba de alegría en el campo, mientras el cuerpo técnico español se abrazaba con alegría. La victoria como subcampeona del mundo en 2019 llevó a España a las semifinales del Mundial Femenino por primera vez en la historia, demostrando el continuo progreso del fútbol femenino en la tierra de los toros.
La gran impresión que Alexia Putellas (Balón de Oro Femenino 2021 y 2022) y compañeras como Aitanam Bonmati, Irene Paredes o Jennifer Hermoso causaron fue inolvidable. Su fútbol es el más ofensivo del torneo, el más entregado, imponiendo su estilo de juego al rival casi por completo. El hecho de que solo anotaran 15 goles tras 132 remates (la mayor cantidad del torneo) en partidos con un 70-80% de posesión demuestra dos cosas: primero, que son demasiado fuertes y pueden crear innumerables oportunidades; segundo, que también desperdician bastante.
La selección española (izquierda) tendrá hoy a las 15.00 horas un prometedor y emocionante partido contra Suecia.
Llegar a las semifinales del Mundial de 2023 podría simplemente encubrir los problemas sin resolver de España. Varias jugadoras de la selección femenina española, incluyendo muchas jugadoras clave que disputan este Mundial como Ona Battle, Marionna Caldentey y Aitana Bonmati, han presentado una petición a la Federación Española de Fútbol exigiendo el despido del entrenador Vilda por imponer normas demasiado severas a las jugadoras. Por ejemplo, obligarlas a abrir sus habitaciones de hotel para que él pueda comprobar si están allí. Muchas de ellas decidieron no unirse al equipo después de que esta petición no se resolviera. La decisión de las jugadoras clave de ir al Mundial de 2023 también ha causado conflictos con muchas otras compañeras. Por lo tanto, las victorias mantienen viva la llama de España, evitando que surjan problemas internos.
Suecia necesita un plan de juego impecable para evitar que España brille, y lo que ha demostrado en los dos últimos partidos de eliminatorias demuestra que el equipo del entrenador Peter Gerhardson tiene paciencia de sobra para derrotar a los rivales más duros. Fueron pacientes hasta el final para vencer a los vigentes campeones, Estados Unidos, cuando se vieron acorralados. También fueron muy persistentes en su partido de ojo por ojo contra Japón. Suecia no atrae tanta atención como España u otros rivales. Su ambición es muy alta en estos momentos. Suecia siempre se detiene ante cada gran oportunidad. Llegó a 8 semifinales en las últimas 10 Eurocopas sin ganar un título. También ganó medallas de plata en fútbol femenino en los dos últimos Juegos Olímpicos. ¿Y el Mundial? La última vez que llegó a la final fue hace 20 años, cuando perdió contra Alemania en el Mundial Femenino de 2003.
No es de extrañar que, contra España, la selección número 3 del mundo siga confiando en la agilidad y solidez de su defensa, con la portera Zerica Musovic, la central Amanda Ilestedt, quien compite por el título con 4 goles (uno menos que Miyazawa, de la selección japonesa, pero Japón fue eliminada), y la imponente capacidad de la capitana Kosovare Asllani. No cuentan con grandes estrellas con la capacidad de explosión de España, ni son buenas atacando y girando en espacios reducidos. Pero, como dijo la capitana Asllani: «Nos impulsamos mutuamente en los entrenamientos y en los partidos. Tenemos una muy buena relación, estamos muy unidas. Eso hace fuerte a Suecia».
¿Qué pasará hoy en Eden Park? ¿El fuego español lo quemará todo o lo extinguirá el pragmatismo y el frío nórdico de Suecia?
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