A medida que los modelos de desarrollo tradicionales revelan gradualmente sus limitaciones, muchos países han reorientado sus estrategias de forma proactiva, aprovechando activamente la tecnología para transformar sus economías , aumentar la productividad y mejorar la competitividad. Desde economías desarrolladas como Estados Unidos y la Unión Europea (UE) hasta países en desarrollo de Asia y América Latina, la ola de digitalización e innovación está generando profundos cambios en las estrategias de desarrollo.
El papel de la innovación
El poder de la innovación y la tecnología digital se extiende cada vez más a nivel global. Ayudan a las empresas a operar de forma mucho más eficiente. Herramientas como la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IdC) y el big data automatizan tareas, optimizan la producción y los procesos empresariales, y reducen significativamente los costes, aumentando así la productividad laboral en todos los sectores. Además, la tecnología crea un entorno económico completamente nuevo, como las gigantescas plataformas de comercio electrónico, los servicios financieros accesibles en dispositivos inteligentes (fintech) y el modelo de economía colaborativa (como el transporte compartido o el alquiler de viviendas mediante aplicaciones). Esto fomenta el surgimiento de prácticas empresariales novedosas y más flexibles.
A nivel nacional, estar a la vanguardia de la tecnología y la innovación proporciona una importante ventaja competitiva. Los países que adoptan tecnología con rapidez atraen más inversión y talento, y crean productos y servicios de mayor valor en el mercado internacional. Sin embargo, el impacto y el enfoque de la transformación digital difieren entre regiones. Los países en desarrollo la ven como una oportunidad para dar un salto cualitativo, saltándose las costosas etapas intermedias del desarrollo tecnológico. No obstante, también enfrentan desafíos como una infraestructura de red subdesarrollada, la escasez de personal tecnológico cualificado y las disparidades en el acceso a la tecnología digital. Mientras tanto, para las economías desarrolladas, esta es la clave para mantener su liderazgo. Su objetivo es mejorar continuamente las industrias existentes, crear nuevas industrias de alta tecnología y abordar los desafíos de una sociedad desarrollada.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) enfatiza que la inversión en tecnología digital y capacidad de innovación es clave para mantener un crecimiento económico sostenible. Por su parte, el Banco Mundial recomienda que los países en desarrollo aprovechen la transformación digital para ampliar el acceso a servicios, financiación y educación , creando así nuevo valor añadido.
Mirando internacionalmente
Reconociendo este enorme potencial, muchos países han desarrollado planes de acción concretos. Singapur es un excelente ejemplo, con su ambición de convertirse en una "nación inteligente". Invierten fuertemente en infraestructura de red, fomentan el uso de datos e integran la tecnología en todos los aspectos de la vida. El gobierno singapurense proporciona un entorno muy favorable para el desarrollo de startups tecnológicas mediante políticas de apoyo financiero e incubadoras de empresas. Como resultado, Singapur se ha convertido en un centro tecnológico líder en el Sudeste Asiático, atrayendo a numerosas corporaciones tecnológicas internacionales.
En Estados Unidos, el motor de la innovación reside en la inversión masiva en investigación y desarrollo (I+D), tanto del gobierno como de empresas privadas. Un sistema de universidades prestigiosas estrechamente vinculadas a las empresas, junto con un abundante capital riesgo, ha propiciado el nacimiento y el crecimiento de empresas tecnológicas líderes a nivel mundial. La Ley CHIPS y Ciencia, aprobada por la administración del expresidente Joe Biden en 2022, con una financiación total de más de 280 000 millones de dólares, es un claro ejemplo. Además, el sector privado estadounidense, incluidas importantes corporaciones tecnológicas como Google, Meta, Amazon y Microsoft, desempeña un papel fundamental en la creación de este sólido ecosistema de innovación.
Sin embargo, un informe de Visual Capitalist indica que, en 2023, la inversión estadounidense en I+D (3,4 % del PIB) aún debe aumentar para competir con países como Corea del Sur (5 % del PIB). Corea del Sur es un modelo a seguir en la integración de la IA y el IoT en zonas de alta tecnología como el Parque Tecnológico de Pangyo. El gobierno surcoreano está invirtiendo fuertemente en su estrategia nacional de IA, con el objetivo de incorporar la IA en todos los sectores, desde la manufactura y la atención médica hasta el transporte.
Mientras tanto, la UE considera la transformación digital un pilar crucial para construir una economía verde y una autosuficiencia estratégica. El programa «Europa Digital» y el Fondo de Recuperación NextGeneration de la UE han asignado decenas de miles de millones de euros para invertir en infraestructura digital, datos, ciberseguridad y competencias digitales para los trabajadores. El objetivo de la UE es que, para 2030, el 75 % de las empresas utilicen la computación en la nube y el big data, y el 80 % de los adultos posean competencias digitales básicas.
Incluso en las economías emergentes, están surgiendo iniciativas impresionantes. El centro tecnológico Porto Digital en Brasil es un excelente ejemplo. De un barrio antiguo, se ha convertido en uno de los parques tecnológicos más grandes de Brasil, atrayendo a numerosas empresas de TI e innovación gracias a colaboraciones público-privadas eficaces y políticas atractivas para atraer talento. El gobierno brasileño promueve la replicación de este modelo para acercar la tecnología a sectores tradicionales como la agricultura, la educación y la construcción.
Ya no es una tendencia.
La innovación y la transformación digital ya no son solo tendencias, sino los principales motores de crecimiento del siglo XXI. El éxito de las naciones líderes demuestra que una estrategia clara, la inversión constante en tecnología y recursos humanos, y la creación de un entorno favorable para la innovación son factores decisivos.
La tecnología y la innovación se están convirtiendo en pilares estratégicos para que los países mejoren su productividad, logren un desarrollo sostenible y fortalezcan su competitividad. Sin embargo, en muchos países, las instituciones jurídicas no han seguido el ritmo del desarrollo tecnológico, lo que dificulta la competitividad de las startups. Además, grandes plataformas digitales como Facebook y TikTok dominan el mercado, lo que dificulta la competencia de las empresas locales. Por lo tanto, los países necesitan desarrollar estrategias a largo plazo, reformar sus instituciones y cooperar internacionalmente para transformar los desafíos en oportunidades y prosperar en la economía global.
Para Vietnam y otros países en desarrollo, aprender de la experiencia internacional mientras construyen estrategias adaptadas a condiciones específicas es crucial para evitar perder el "tren" de la Cuarta Revolución Industrial, avanzando hacia una economía sostenible, inclusiva y de rápido desarrollo.
Fuente: https://doanhnghiepvn.vn/cong-nghe/cuoc-dua-de-but-pha-trong-ky-nguyen-so/20250501083523498






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