
Como una de las ocho personas destacadas recientemente homenajeadas por el Comité Popular de Hanoi en el 95º aniversario de la Unión de Mujeres de Vietnam, Ha Thi Linh no sólo es el "puño de hierro" de los deportes vietnamitas sino también un símbolo viviente de la extraordinaria voluntad y determinación de las mujeres vietnamitas en la nueva era.
De niña de minoría étnica a estrella del boxeo
Nacida en una familia campesina pobre en las tierras altas de Lao Cai, la vida de Ha Thi Linh parecía estar ligada a la agricultura y al trabajo duro. Sin embargo, a los 12 años, la delgada y ágil niña llamó la atención del entrenador Nguyen Nhu Cuong, quien descubrió las cualidades especiales de Linh durante una selección de atletas para el equipo de boxeo de Hanói . A partir de entonces, su vida tomó un rumbo diferente, más difícil, pero también más glorioso.
En los primeros días lejos de casa, Linh tuvo que afrontar el dolor de extrañar a su madre, el dolor de su lesión y la soledad en la ciudad desconocida. Sin teléfono, sin familiares, solo podía apretar los dientes y aguantar, porque detrás de ella había una familia pobre que le enviaba esperanza. "Cada vez que extrañaba mi hogar, me decía a mí misma que tenía que esforzarme para ayudar a mis padres a salir de la pobreza", recordó. Con esa voluntad, Linh lo superó todo para afirmar poco a poco su nombre en el escenario.
Tras dos años de duro entrenamiento, Linh ascendió a la selección juvenil nacional y luego a la selección nacional. Con tan solo 20 años, ganó la medalla de oro en los Juegos del Sudeste Asiático de 2013, su primera participación en el ámbito regional.
Desde entonces, su trayectoria ha sido una serie de logros notables: medalla de oro en el Festival Nacional de Deportes de 2022, medalla de oro en el Campeonato Nacional de 2023, medalla de oro en los 32º Juegos del Sudeste Asiático en 2023, medalla de plata en los Juegos Asiáticos de 2024, medalla de bronce en el Campeonato Mundial de 2025 y, especialmente, ganó el 11º boleto para los deportes vietnamitas a los Juegos Olímpicos de París de 2024, un testimonio de su talento y su deseo de llegar constantemente a la cima.
Pero detrás de las brillantes medallas se esconden innumerables gotas de sudor y lágrimas. La pequeña ahora es madre de dos hijos y sigue entrenando duro a diario para los 33.º Juegos del Sudeste Asiático en Tailandia, con el objetivo de traer más gloria a la patria. Para Linh, «el deporte es una pasión, un camino que me ayuda a cambiar mi vida, pero sobre todo, es una responsabilidad con la bandera y los colores del país».
La determinación y voluntad de una madre por la bandera y los colores
Si en el escenario, Ha Thi Linh es tan fuerte como un puño de hierro, en la vida real es una madre amable y abnegada. La historia de su victoria en el Festival Nacional de Deportes de 2018, cuando su primera hija tenía tan solo seis meses, conmovió a mucha gente.
Al no poder enviar a su hijo a Hanói por dificultades económicas, Linh pidió permiso para traerlo y alquiló una pequeña habitación cerca del centro de entrenamiento. Dijo: «Practico durante el día y vuelvo a casa por la noche para amamantar a mi hijo. A veces estoy muy cansada, solo oírlo llorar me da más fuerzas». Es el amor de mi hijo y de mi familia lo que la ha ayudado a superar las dificultades más difíciles.
En 2020, Linh dio a luz a su segundo hijo y tuvo que abandonar temporalmente el equipo. Pero solo dos años después, regresó con fuerza, ganó la medalla de oro en el Festival Nacional de Deportes de 2022 y continuó brillando en los 32.º Juegos del Sudeste Asiático. Contó con emoción: "Mi maestra me dijo que me esforzara al máximo para competir y así tener dinero para comprar leche para mi hijo. Ese aliento me hizo llorar y me decidió a darlo todo". Tras cada victoria, la gente veía la radiante sonrisa de Linh, pero pocos sabían que detrás de ella se escondían largas noches extrañando a su hijo y lágrimas en el gimnasio cuando su cuerpo aún no se había recuperado del parto.
Su familia es un gran apoyo. Su esposo (un compatriota que comprende y comparte las dificultades de su esposa) se ofreció como voluntario para quedarse en casa y cuidar de sus dos hijos para que ella pudiera concentrarse en su carrera. "Extraño mucho a mis dos hijos, pero cuando los escucho llamarme y decirme que me esfuerce más, me motiva aún más", compartió Linh. Es ese amor el que la ha ayudado a superar todos los desafíos para seguir escribiendo nuevos capítulos para el boxeo vietnamita.
En la arena, no solo lucha por sí misma, sino también por las mujeres vietnamitas que se esfuerzan día a día: madres, esposas y trabajadoras, siempre fuertes y resilientes. La victoria de Linh no es solo una victoria deportiva, sino también una victoria de voluntad, de amor maternal, de las cualidades de las mujeres vietnamitas que se desenvuelven bien en los asuntos nacionales y en las tareas del hogar, y la victoria de una atleta que siempre lucha con todo su corazón por la bandera y los colores de la Patria.
A sus 30 años, Ha Thi Linh continúa su camino hacia nuevas metas. Cada uno de sus golpes en el ring no solo refleja el poder de su fuerza física, sino también el poder de su fe, su aspiración y su amor. De niña pobre de las tierras altas a campeona de los Juegos del Sudeste Asiático, subcampeona continental, medallista de bronce mundial y, finalmente, madre de dos hijos que lleva la bandera sobre sus hombros, Linh es la prueba de una simple verdad: «La voluntad de las mujeres vietnamitas no tiene límites».
El 20 de octubre, día en honor a las mujeres vietnamitas, la historia de la artista marcial Ha Thi Linh no es solo un homenaje a las mujeres que han contribuido silenciosamente, sino también una fuerte inspiración para la generación más joven que, sin importar las circunstancias, siempre que tengan fe, pasión y amor, cada mujer puede convertirse en un símbolo de fortaleza y compasión, como la forma en que Ha Thi Linh brilla, simple pero orgullosa, en la vida cotidiana y en el ámbito deportivo internacional.
Fuente: https://baovanhoa.vn/the-thao/da-nu-ha-thi-linh-va-nghi-luc-phi-thuong-175882.html
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