La construcción del partido nunca se ha tratado solo de fortalecer la organización o perfeccionar al personal. Es un proceso de continua renovación del partido gobernante: mantenerse firme ante los desafíos, conservar la confianza del pueblo y demostrar su propia fortaleza política . Desde el Testamento del Presidente Ho Chi Minh, se ha establecido la ideología central: «Nuestro partido es ético y civilizado». Esta sencilla afirmación, después de más de medio siglo, sigue siendo el estándar que ilumina la trayectoria de superación personal del partido en la nueva era, una era en la que todos los valores del poder deben demostrarse ante el pueblo mediante la eficacia y la legitimidad.
Sobre esa base, los Documentos del XIII Congreso identificaron la construcción y rectificación del Partido y un sistema político limpio y sólido como la tarea fundamental. En consonancia con este espíritu, la Resolución N° 66-NQ/TW (30 de abril de 2025) del Politburó sobre innovación en la elaboración y aplicación de leyes, y la Resolución N° 68-NQ/TW (4 de mayo de 2025) del Politburó sobre desarrollo económico privado, abrieron un eje integral de innovación, desde el pensamiento institucional hasta la capacidad de acción. Este no es solo un documento directivo, sino también un punto de inflexión estratégico que ayuda al Partido a transitar de una mentalidad de gestión a una de servicio, del mando a la creación. La labor de difusión e implementación de las Resoluciones 66 y 68 se organiza a nivel nacional; la conferencia nacional en línea de mayo de 2025 delineó claramente el contenido y la hoja de ruta para su implementación. Numerosos organismos y unidades se han sumado a iniciativas de aprendizaje a gran escala, como el Comité del Partido EVN, que cuenta con la participación de más de 1700 cuadros y miembros del partido. Estas señales evidencian el esfuerzo por transitar de la formulación de políticas a la acción coordinada en todo el sistema.
Pero la construcción del Partido no puede limitarse a la propaganda. La cuestión fundamental es convertir las políticas en normas y las resoluciones en una capacidad de gobierno concreta. Al 14 de agosto de 2024, 141 cuadros bajo la dirección del Comité Central fueron sancionados (31 de ellos miembros y exmiembros del Comité Central); solo en 2024, todo el sistema sancionó a más de 700 organizaciones del Partido y a cerca de 24.000 miembros, de los cuales 68 eran cuadros del Comité Central. Estas cifras no pretenden alardear de disciplina, sino demostrar que la construcción del Partido no se reduce a «consolidar las filas», sino que también implica purificar el poder, reafirmar la rigurosidad de la organización y la fortaleza del líder.
Detrás de cada decisión disciplinaria subyace un mensaje constante: el Partido no tolera errores, no elude su responsabilidad y no teme la autocrítica. Asimismo, la innovación en los métodos de liderazgo se sitúa en el centro de la capacidad de gobierno. Si bien en el pasado el liderazgo se expresaba principalmente a través de la dirección administrativa, ahora el Partido ha apostado fuertemente por el liderazgo institucional, el ejemplo y las normas éticas del servicio público. La Resolución 66 es una clara expresión de esta idea: no puede haber un Partido fuerte si la ley es débil; no puede haber Estado de derecho si el poder no se manifiesta a través de la responsabilidad. Esta perspectiva hace que la «construcción del Partido» ya no sea responsabilidad exclusiva de los comités del Partido, sino de todo el sistema político: legislativo, ejecutivo y judicial.
En el contexto de mecanismos de supervisión popular, tecnología y medios de comunicación cada vez más modernos, el Partido no solo debe actuar con «corrección», sino también con «transparencia». La fortaleza del liderazgo actual no radica en la distancia, sino en la capacidad de persuadir, la cercanía con el pueblo y la rendición de cuentas pública. Por ello, junto con la promulgación de resoluciones importantes, numerosos comités del Partido han impulsado la transformación digital en su labor: la creación de bases de datos electrónicas de miembros, la digitalización de los registros de inspección y supervisión, y la implementación de «manuales electrónicos para miembros»... de manera que cada proceso quede debidamente registrado y las responsabilidades estén claramente definidas. Estas medidas no solo simplifican los trámites, sino que también fomentan una «cultura de transparencia» en el ejercicio del poder.
Todos estos esfuerzos están configurando una nueva fase de la construcción del Partido: una fase en la que la legitimidad se convierte en el poder blando del poder, y la confianza popular en el indicador más fiable de la capacidad de gobierno. Un Partido que sabe escuchar al pueblo, que sabe reflexionar sobre sí mismo y que se atreve a asumir la responsabilidad ante el pueblo es un Partido que jamás perderá su carácter revolucionario. La construcción del Partido no consiste, por tanto, en agrandar el aparato, sino en lograr que quienes lo integran sean más amables, más íntegros y más cercanos al pueblo. Ese es el verdadero fundamento de un Partido fuerte, de la confianza popular y de un país duradero.
El coronel y periodista Nguyen Hoa Van, ex subdirector del Departamento Político de la Guardia Fronteriza, declaró: «El XIV Congreso no solo busca consolidar la organización, sino también lograr avances estratégicos y una cultura de gobierno. Es un camino de decir la verdad, hacer la verdad, hablar menos y hacer más; un camino para valorar el talento y resolver las paradojas en la senda del desarrollo. Cuando esa cultura permee todos los niveles y sectores, resonará con el sentir de millones de vietnamitas patriotas».
Si la construcción del Partido consiste en edificar una base, la rectificación del Partido consiste en mantenerla. Ambas no son independientes, sino que se reflejan mutuamente como dos aspectos del espíritu de gobierno. Porque solo un Partido que se atreve a reflexionar, corregirse y purificarse puede sobrevivir a los cambios de los tiempos.
Desde el XIII Congreso Nacional, la labor de rectificación del Partido se ha llevado a cabo con un alcance y una profundidad sin precedentes. La serie de Resoluciones Centrales 4 (períodos XI, XII y XIII) sobre la construcción y rectificación del Partido se ha convertido en el pilar fundamental del proceso de autodepuración de sus filas. La Conclusión n.° 21-KL/TW (25 de octubre de 2021) del XIII Comité Ejecutivo Central afirmó: «Fortalecer la construcción y rectificación del Partido y del sistema político; prevenir, rechazar y sancionar con firmeza a los cuadros degradados…». No es casualidad que la consigna «autorreflexión y autocorrección» se haya convertido en una directriz constante en las actividades de las células del Partido.
En cuanto a las medidas disciplinarias contra los cuadros bajo la dirección del Comité Central: al 14 de agosto de 2024, se habían sancionado a 141 cuadros bajo la dirección del Comité Central, de los cuales 31 eran miembros o exmiembros del Comité Central. Tan solo en 2024, el sistema en su conjunto sancionó a más de 700 organizaciones del Partido y a cerca de 24 000 miembros, de los cuales 68 eran cuadros del Comité Central. Estas cifras demuestran la rigurosidad y la coherencia de la labor de rectificación.
En cuanto a la recuperación de bienes procedentes de la corrupción y el enriquecimiento ilícito: en 2024, los organismos encargados de hacer cumplir la ley recuperaron más de 22 billones de VND en casos de corrupción y enriquecimiento ilícito; al comenzar 2025, las cifras continuaron aumentando, según los informes periódicos. Las últimas estadísticas (de los últimos 10 meses) muestran que se han ejecutado cerca de 3.600 casos por un valor superior a 22.342 billones de VND en casos de corrupción y enriquecimiento ilícito. Estos indicadores reflejan un esfuerzo considerable con resultados positivos.
Los resultados anteriores no solo son producto de los esfuerzos anticorrupción, sino también una muestra de la determinación de erradicar la corrupción de raíz, donde la ética política vuelve a ser el principio rector del poder. En los recientes foros de inspección, se hizo hincapié en el espíritu rector: la labor de inspección, supervisión y disciplina del Partido debe ser rigurosa, exhaustiva, firme y eficaz, considerándola como el eje para fortalecer la disciplina en su seno.
Sin embargo, como compartió el coronel y periodista Nguyen Hoa Van, ex subdirector de Asuntos Políticos de la Guardia Fronteriza: «Lo que se necesita ahora para lograr un avance decisivo no es solo abordar las infracciones, sino también eliminar los privilegios de los grupos de interés y luchar contra el tráfico de influencias, especialmente en la gestión de personal. Cuando ya no existan privilegios, la disciplina tendrá verdadero sentido; cuando se combata el tráfico de influencias, la cultura del servicio público se convertirá verdaderamente en una cultura de poder».
Según el coronel Nguyen Hoa Van, si nos limitamos a abordar las infracciones, la labor de rectificación no será sostenible. La raíz de la rectificación, en última instancia, reside en restaurar la cultura política del Partido, donde el poder se ilumina con la moralidad y el honor se convierte en la medida del prestigio.
Por consiguiente, se promulgó el Reglamento n.º 144-QD/TW (9 de mayo de 2024) del Politburó sobre las normas éticas revolucionarias de los cuadros y miembros del partido, que enfatiza el papel de los líderes como ejemplo, exigiendo coherencia entre las palabras y los hechos, la práctica de la integridad, la autocrítica y la crítica constructiva. Se trata de una norma ética para prevenir y combatir la degradación desde el núcleo del poder.
Cuando la rectificación va de la mano de la democracia y la transparencia, la disciplina está protegida por el pueblo y la confianza se fortalece mediante la rendición de cuentas pública. La práctica demuestra que muchas localidades han impulsado mecanismos de diálogo, supervisión social y reformado el aparato gubernamental para acercar el gobierno a la ciudadanía (como el programa de reforma del gobierno a dos niveles, la mayor atención y diálogo con la ciudadanía, cuyos primeros resultados han sido reconocidos por el Gobierno).
La rectificación del partido, en definitiva, es una travesía moral: no para juzgar, sino para preservar los valores fundamentales del poder. Si construir es fortalecer capacidades, rectificar es preservar la dignidad. Un partido que siente vergüenza al cometer errores, que se atreve a admitirlos, a asumir responsabilidades y a «purificarse para fortalecerse», demuestra la mayor valentía política.
En el proceso de preparación para el XIV Congreso, cuando todo el Partido se examina a sí mismo mediante informes, revisiones y procedimientos de personal, el verdadero significado de la rectificación no reside en la cantidad de casos que se gestionan, sino en que cada líder y cada miembro del Partido comprenda por qué debe actuar con integridad y por qué debe autoexaminarse. Porque el poder político no se basa en órdenes, sino en la confianza; y solo cuando esa confianza se preserva mediante la pureza de la organización, la moralidad de quienes ostentan el poder y el respeto al Pueblo, la labor de rectificación puede cumplir su misión principal: fortalecer el Partido mediante una mayor transparencia.
Si la construcción del partido es la raíz y la rectificación el cuerpo, entonces la innovación en los métodos de liderazgo es la «circulación» que infunde vitalidad a todo el cuerpo político. Un partido gobernante fuerte no puede permanecer al margen de los tiempos, y mucho menos puede gobernar con los métodos del pasado. En el contexto de la transformación digital global, donde la tecnología está reconfigurando la economía, la sociedad y el comportamiento político, la innovación en los métodos de liderazgo se ha convertido en un requisito fundamental para el partido.
Desde el inicio del decimotercer mandato, el Politburó emitió la Resolución n.º 57-NQ/TW (22 de diciembre de 2024) sobre avances científicos y tecnológicos, innovación y transformación digital nacional, sentando las bases ideológicas para la modernización de los métodos de liderazgo en todo el sistema. Sobre esta base, el Gobierno emitió las Resoluciones n.º 71/NQ-CP y n.º 214/NQ-CP (23 de julio de 2025) para especificar la conexión, el intercambio y la creación de datos nacionales, conformando una infraestructura operativa basada en datos: fundamento de un Gobierno creativo, transparente y al servicio de la ciudadanía.
En el seno del Partido, la Secretaría emitió el Reglamento n.º 339-QD/TW (10 de julio de 2025) sobre el Manual Electrónico del Miembro del Partido, que estandariza las actividades, gestiona los registros, digitaliza las actas y fomenta el hábito de dejar constancia digital, incrementando así la trazabilidad, la transparencia y la rendición de cuentas en todos los procesos. Este cambio de mentalidad es fundamental: de la dirección basada en directivas a la dirección basada en instituciones y datos, del control manual al control tecnológico, de procesos cerrados a procesos abiertos y trazables.
El coronel y periodista Nguyen Hoa Van afirmó que el método de liderazgo del Partido se basa en dos pilares: el liderazgo mediante una plataforma, directrices y resoluciones institucionalizadas por ley; y a través de un equipo de miembros de élite del partido que ocupan puestos clave en el aparato estatal y en todo el sistema político. Sin embargo, cuando una parte de los cuadros y miembros del partido se corrompe y se ve dominada por intereses de grupo, cuando la compra de cargos y poder y la legitimación de la democracia se generalizan, ese mecanismo se desequilibra. Cuando el poder deja de estar vinculado a la ética y la responsabilidad, el método de liderazgo se distorsiona fácilmente, creando un poder ilegítimo, lo cual erosiona la confianza del pueblo y distorsiona la naturaleza gobernante del Partido.
Según el coronel Nguyen Hoa Van, la tarea urgente ahora es implementar el método de liderazgo del Partido de manera transparente, eliminar la «legitimación democrática», erradicar el «poder ilegítimo», depurar el equipo, atraer y aprovechar el talento. La transparencia no es solo un requisito técnico, sino también una cualidad política de quienes ostentan el poder. Y en la era digital, la tecnología es el medio más eficaz para garantizar dicha transparencia.
De hecho, la digitalización del trabajo del Partido y de los cuadros no solo reduce los trámites administrativos, sino que también crea un «ecosistema de responsabilidad», donde cada decisión queda registrada y todo poder puede ser supervisado. La transformación digital en la construcción del Partido es una forma de poner en práctica el principio del centralismo democrático de manera concreta y transparente, donde los miembros del Partido, los organismos de inspección e incluso el pueblo pueden supervisar y evaluar objetivamente. «El entorno digital», como afirmó el coronel Nguyen Hoa Van, «es un espacio para desarrollar las cualidades, el temple y la capacidad de los cuadros; también es un espacio donde las organizaciones del Partido detectan talentos y deficiencias en el ejercicio del poder».
Gracias a la tecnología, las etapas de la gestión de personal propensas a consecuencias negativas —como la evaluación, la planificación y la designación— se trasladan gradualmente a una plataforma de datos, con control y trazabilidad. Cuando los datos se convierten en un «supervisor silencioso», la ética pública se pone de manifiesto en la práctica; y cuando los funcionarios saben que cada acción deja huella, se va consolidando una cultura de responsabilidad.
Según el Índice de Desarrollo del Gobierno Electrónico (EGDI) publicado en septiembre de 2024, Vietnam ocupó el puesto 71 de 193 países, mostrando una mejora continua con respecto a 2022, un indicador objetivo de que el liderazgo basado en datos se está convirtiendo gradualmente en una realidad. Sin embargo, la innovación en los métodos de liderazgo no se limita a la mera "electronización de procesos". También implica innovar la forma en que opera la confianza: cuando la tecnología hace que todo sea visible, la reputación del líder ya no proviene del poder, sino de la transparencia y la rendición de cuentas ante el pueblo.
La transformación digital no es, por lo tanto, solo una reforma técnica, sino una revolución en la cultura del poder, donde la apertura reemplaza al secretismo, la rendición de cuentas a la evasión y la ética digital se convierte en un espejo permanente para quienes ostentan el poder. Es, además, el nuevo sistema inmunitario de la organización, que ayuda al Partido a purificarse mediante la transparencia y, al mismo tiempo, a restaurar la confianza del pueblo sobre la base de datos objetivos y veraces.
En última instancia, innovar en los métodos de liderazgo en la era digital se trata de desarrollar la capacidad de gestión del conocimiento y una cultura de transparencia en la gobernanza. Un partido fuerte es aquel que sabe transformar el conocimiento en poder blando, los datos en confianza y la tecnología en una herramienta al servicio de la democracia. Y esa es también la esencia de un partido gobernante moderno: liderar no solo mediante el poder, sino también mediante la inteligencia y una ética de servicio público que se manifiesta en el ámbito digital.
La cultura del partido y la confianza popular son la esencia del poder. La fortaleza de un partido gobernante no solo reside en sus instituciones, organización o disciplina, sino también en la cultura de quienes lo ostentan. Esa cultura, si se cultiva con honestidad, integridad y espíritu de servicio, se convertirá en una coraza que protegerá al poder de la corrupción.
Sin cultura, el poder es solo una herramienta; con cultura, el poder se convierte en responsabilidad. Cuando esa responsabilidad se pone en práctica, se transforma en confianza: el activo político más valioso que un partido puede poseer.
El presidente Ho Chi Minh aconsejó en una ocasión: «Si quieres guiar al pueblo, debes darles ejemplo». Este dicho, aparentemente sencillo, constituye la base de la filosofía cultural del Partido. Aquí, el ejemplo de un miembro del Partido no solo representa la moral personal, sino también el prestigio de la organización. Tras más de 90 años, esta enseñanza sigue vigente, sobre todo en un contexto donde la confianza social está cada vez más ligada al comportamiento concreto de los líderes.
El Reglamento N° 144-QD/TW del Comité Ejecutivo Central, de fecha 9 de mayo de 2024, sobre la responsabilidad de dar ejemplo, se ha convertido en una directriz para la cultura política del Partido. El reglamento exige que los líderes sean ejemplares en ética, estilo de vida y conducta; que luchen resueltamente contra el individualismo; y que sus palabras se correspondan con sus acciones.
Según el Informe de la Comisión Central de Propaganda y Movilización de Masas (junio de 2025), el movimiento para estudiar y seguir la ideología, la moral y el estilo de Ho Chi Minh se ha extendido con fuerza, registrándose decenas de miles de modelos y prácticas eficaces. En muchas provincias, como Dong Thap, se han identificado más de 1300 modelos. Algunas localidades también han experimentado con modelos como «Los miembros del Partido dan ejemplo y el pueblo lo verifica» y «Diálogo entre el Gobierno y el pueblo»; estos modelos buscan transformar la brecha entre el Partido y el pueblo en una práctica habitual. Se observa claramente una tendencia a la expansión de modelos creativos entre los jóvenes dentro del movimiento.
En la conferencia de 2024 que resumió el trabajo de movilización de masas, la entonces Jefa de la Comisión Central de Movilización de Masas, Bui Thi Minh Hoai, afirmó: "No hay mejor ejemplo de movilización de masas que el de los cuadros". Esta afirmación constituye una definición concisa de "cultura del poder": los cuadros no necesitan hablar mucho, solo necesitan vivir correctamente.
La cultura del partido es un sistema de valores que moldea su diálogo con la sociedad. En tiempos de guerra, esta cultura se basa en el sacrificio y la confianza; en tiempos de paz, en la responsabilidad, la transparencia y la integridad. La Dra. Nguyen Thi Tho, profesora asociada de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Educación de Hanói, explicó: «La cultura del partido es la máxima expresión de conciencia política de un partido gobernante. Se manifiesta no solo en las palabras, sino también en el comportamiento de la organización y de sus miembros. Cuando esta cultura se nutre de la ética y se fortalece con la confianza, el poder no necesita imponerse, sino que es reconocido voluntariamente por el pueblo».
La profesora asociada Dra. Nguyen Thi Tho enfatizó además: "El Partido conserva la confianza del pueblo no porque hable bien, sino porque actúa en consonancia con lo que dice. La cultura del Partido, en su sentido más profundo, es la unidad entre palabras y acciones, entre valores públicos e intereses comunes".
Es esta cultura la que ayuda al Partido a mantener su prestigio incluso ante los errores: el pueblo puede aceptar las deficiencias, pero no las mentiras. Una decisión disciplinaria pública o una disculpa de un líder a veces pueden ser más valiosas para fortalecer la confianza que cientos de artículos de propaganda.
Desde 2021, dar ejemplo y practicar la ética pública se ha incluido entre los criterios para evaluar y nombrar funcionarios. Según el informe de inspección y supervisión del Partido de los últimos años, miles de miembros que violaron la ética y su estilo de vida han sido sancionados, y muchos individuos y grupos ejemplares han sido elogiados por su capacidad de «aprender del tío Ho en las pequeñas cosas». Este cambio de mentalidad —que reconoce que la ética no es solo un factor interno, sino también un estándar para el ejercicio del poder— es digno de admiración.
El poder sin cultura se corrompe fácilmente; la cultura no se impone, sino que se difunde con el ejemplo. Cuando la gente ve que los funcionarios se disculpan, asumen responsabilidades y escuchan, no solo simpatizan con ellos, sino que también están dispuestos a protegerlos. En cambio, cuando los funcionarios dicen una cosa y hacen otra, la cultura política se derrumba en el corazón del pueblo incluso antes de que se apliquen medidas disciplinarias.
Restaurar la cultura del partido es una tarea estratégica para fortalecer la confianza política nacional. En un mundo donde la información se propaga más rápido que la razón, la confianza se pierde fácilmente, pero también es el recurso más valioso para el progreso del país. Un partido fuerte es aquel que sabe defenderse con su cultura, utilizando la belleza, la verdad y la bondad para combatir la degradación. En ese contexto, la cultura del partido no es solo una herramienta para proteger el poder, sino también un fuego que lo mantiene vivo, brillante y cercano al pueblo.
Recuerden el consejo del presidente Ho Chi Minh: «Debemos recordar y practicar siempre el dicho: por el bien del país , olvidemos el bien de la familia; por el bien común, olvidemos el bien personal. Debemos ser dignos de nuestros compatriotas, dignos de la patria » . Desde cierto punto de vista, esto también refleja gran parte de la cultura del Partido.
Y la cultura del Partido actual, en su esencia más profunda, es la herencia de ese espíritu: el de quienes consideran el honor superior al cargo, la responsabilidad superior a los derechos y el corazón del pueblo como la raíz del poder. Cuando ese espíritu se conserva y se difunde, la confianza del pueblo jamás se agotará.
Cada Congreso del Partido constituye un hito histórico, pero el XIV Congreso reviste una importancia especial: inaugura un período crucial que impulsa al país desde el desarrollo acelerado hacia el desarrollo sostenible, desde el crecimiento basado en recursos hacia el crecimiento basado en la innovación, desde la creación de mecanismos hacia el fomento de la confianza. Más allá de resumir el mandato, el XIV Congreso representa un nuevo compromiso del Partido con la nación: «Construir y fortalecer un Partido sólido, mantener la confianza del pueblo y despertar la aspiración de construir un país próspero y feliz».
En su discurso ante el Congreso del Partido del Gobierno el 13 de octubre de 2025, el Secretario General To Lam afirmó: «Construir un equipo de cuadros y funcionarios públicos que sean talentosos, visionarios y dedicados; que posean una firme voluntad política, una ética intachable, una gran responsabilidad, que se atrevan a pensar, a actuar, a asumir responsabilidades y a afrontar dificultades y desafíos; que pasen del pensamiento administrativo al pensamiento de servicio; que pasen de cumplir con las responsabilidades a hacer las cosas a fondo...»
Aquel breve discurso, pronunciado en el momento de preparación del Congreso Nacional, no fue solo un llamamiento político, sino también una declaración de principios: la fuerza del Partido no reside en las consignas, sino en la capacidad de convertir la fe del pueblo en energía para el desarrollo nacional.
Desde el XIII Congreso Nacional, Vietnam ha afrontado numerosos desafíos: pandemias, fluctuaciones económicas mundiales, desastres naturales extremos y una serie de incidentes apremiantes en el sector público. Sin embargo, fue durante este período que el liderazgo del Partido se puso a prueba y se consolidó. Se mantuvo un alto nivel de trabajo en la prevención y la lucha contra la corrupción y la negatividad; la racionalización del aparato estatal, la reforma administrativa, la transformación digital, el desarrollo económico privado y la inversión estratégica en infraestructura contribuyeron a forjar una nueva imagen para el país.
Según la evaluación del Gobierno en el informe resumen del período, la tasa de crecimiento promedio para el período 2021-2025 se estima en aproximadamente un 6,3 % anual, una de las más altas de la región. Se prevé que el volumen de importaciones y exportaciones alcance los cientos de miles de millones de dólares estadounidenses , la inversión extranjera directa (IED) recientemente atraída asciende a decenas de miles de millones de dólares estadounidenses y la tasa de pobreza multidimensional ha disminuido drásticamente. De acuerdo con el Índice de Desempeño de Pobreza (PAPI) 2024 , la población considera que la eficacia de la gobernanza y la administración pública en la localidad ha mejorado notablemente. Estas cifras, si bien aún son estimaciones, reflejan algo más que factores económicos: son un signo de estabilidad política , reforzada por la confianza de la población.
Sin embargo, el XIV Congreso no solo se centra en los logros, sino en una visión a largo plazo: convertir a Vietnam en un país desarrollado de altos ingresos para 2045. Este objetivo exige una innovación integral, no solo en materia institucional, sino también en la concepción de la gobernanza, las cualidades políticas y la cultura de liderazgo. En otras palabras, el XIV Congreso no solo «establecerá nuevas metas», sino que también «redefinirá el sistema de valores» de todo el Partido. La política debe ir de la mano de la ética. El poder debe ir de la mano de la responsabilidad. El desarrollo debe ser sinónimo de equidad y humanidad.
El teniente coronel Nguyen Van Do, miembro del Partido desde hace 60 años en la comuna de Phuc Trach (Ha Tinh), compartió en una conversación con periodistas: «He vivido dos guerras y he asistido a muchos Congresos, pero nunca había sentido con tanta claridad como ahora que: el Partido es fuerte cuando el pueblo vive en paz. La gente cree no porque se le prometan muchas cosas, sino porque ve los resultados. En mi pueblo, la gente solo espera que los cuadros sepan amar al pueblo, vivir con honestidad y cumplir su palabra. Solo eso significa que el Partido está en el corazón del pueblo».
Las palabras del señor Do son sencillas, pero, como en un fragmento de vida, la fe no reside en los documentos, sino en el comportamiento y la ética de cada persona en el poder.
En estos días, mientras las organizaciones de base del Partido celebran congresos, se respira un ambiente de preparación para el XIV Congreso. Allí, cada revisión, cada borrador, cada plan de personal no es solo un trámite, sino un autoexamen. Comités del Partido, secciones y localidades revisan simultáneamente los estándares de los cuadros, priorizando los requisitos políticos, éticos, de capacidad y de visión, no solo para seleccionar personas, sino también convicciones. Porque las personas son el centro de todas las políticas, y las convicciones son el centro de todo el poder.
Al repasar los cuarenta años del Doi Moi, se observa que cada vez que el Partido innova, el país alcanza un nuevo nivel. El VI Congreso allanó el camino para la innovación; el X Congreso impulsó la integración; el XIII Congreso configuró la visión para 2045; y este XIV Congreso será un Congreso de confianza política y desarrollo cultural. Una confianza que no se crea con propaganda, sino que se construye con acciones: transparencia en la gobernanza, integridad en el liderazgo y cercanía con el pueblo.
Para mantener esa convicción, no podemos basarnos únicamente en los logros, sino que debemos apoyarnos en la moralidad. No basta con hablar del deseo de desarrollo; debemos demostrar que dicho desarrollo mejora, hace más justa y segura la vida de las personas. No basta con hablar de la rectificación del Partido; debemos lograr que el pueblo sienta que el Partido se está renovando verdaderamente para el pueblo, no para sí mismo. Ese es el estándar más alto, y también el mayor desafío del XIV Congreso.
Porque en cada época, el poder político solo tiene sentido cuando lo otorga el pueblo, y la confianza solo existe cuando los gobernantes temen al pueblo, lo escuchan y trabajan para él. Por lo tanto, el XIV Congreso no es solo una reunión de delegados, sino también un diálogo entre el Partido y el Pueblo sobre el futuro: un futuro en el que la democracia dentro del Partido se traduce en democracia en la sociedad, la rectificación dentro del Partido se extiende a la integridad en el gobierno, y las aspiraciones dentro del Partido se convierten en las aspiraciones de toda la nación.
Si la construcción y la rectificación son los dos pilares, la confianza es el techo de la política. La confianza no se compra ni se pide prestada; solo se mantiene con buenas acciones. Cuando el Partido mantiene esa confianza, aunque el mundo cambie, el pueblo seguirá centrado en un mismo objetivo; y cuando el pueblo permanece fiel a ese objetivo, el país jamás perderá el rumbo.
Quizás ese sea también el significado más profundo del XIV Congreso: un partido que sabe reflexionar sobre sí mismo es un partido que nunca se desvía de su camino. Un partido que cuenta con la confianza del pueblo es un partido que nunca falla. El XIV Congreso es donde el partido se renueva para continuar la labor de defender y construir el país y mantener la confianza del pueblo.
Fuente: https://vtv.vn/dai-hoi-xiv-xay-dung-chinh-don-dang-vung-manh-giu-vung-niem-tin-nhan-dan-100251027120842905.htm






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