Bangkok – Donde la vida moderna aún conserva el alma antigua
Bangkok en verano no es sólo una metrópolis bulliciosa, sino también una colorida zona cultural, donde el pasado y el presente coexisten en cada respiración. (Foto: Recogida)
En medio de los calurosos meses de verano, Bangkok aún conserva su típica atmósfera bulliciosa, pero cuando miras hacia arriba para ver la puesta de sol desde un café en la azotea, o caminas lentamente hacia Wat Arun en medio de una tarde tranquila, verás que este lugar no tiene prisa. Las agujas doradas que se reflejan en la luz del sol, el suave sonido de las campanas de los templos y las cálidas sonrisas de los vendedores ambulantes: todo ello hace que la experiencia de Tailandia en verano sea tan íntima y familiar.
Prueba una mañana sin rumbo: pasea por el mercado flotante de Damnoen Saduak, dejando que el agua y el aroma del jazmín te despierten. Entonces ya no eres un turista , sino el narrador de tu propio viaje.
Chiang Mai – Donde el verano es la música profunda de las montañas y las nubes blancas
Perdido en Chiang Mai, donde el verano ya no tiene prisa. Sólo había nubes blancas, bosques verdes y paz irradiando de los ojos de los nativos. (Foto: Recogida)
Si Bangkok evoca una sensación de bullicio, viajar a Tailandia en verano a Chiang Mai es un viaje interior. Ubicada entre verdes montañas y extensas plantaciones de té, Chiang Mai le da la bienvenida con aire fresco y un ritmo de vida sorprendentemente lento. Puedes pasar la tarde en un café escondido en el bosque de bambú, saboreando una taza de té con leche de flor de guisante de mariposa y leyendo un libro, o elegir una clase de meditación en el Templo Doi Suthep, para calmar tu corazón entre la naturaleza y el budismo.
Cae la noche, se abre el mercado nocturno. Faroles rojos, artesanías exquisitas, el olor de brochetas de carne a la parrilla y una suave música acústica: todo ello crea un rincón muy singular del verano de Chiang Mai. Y eso es lo que hace que la experiencia de viajar a Tailandia sea diferente: las emociones siempre vienen primero.
Isla Phi Phi: donde el sol besa las aguas turquesas
Este verano no necesitas aire acondicionado, basta con darte un chapuzón en las aguas color esmeralda de Phi Phi, para saber lo que significa "tocar tu sueño". (Foto: Recogida)
Ningún verano tailandés estaría completo sin un chapuzón en las cristalinas aguas del mar de Andamán. En la isla Phi Phi , todas las miradas parecen detenerse cuando el sol sale alto: el mar refleja el cielo, la arena blanca es tan suave como el polvo y las montañas de piedra caliza parecen pinturas.
Deja que la brisa del mar seque tu cabello, salta de un bote de cola larga y déjate llevar por las olas. Sin plazos, sin llamadas telefónicas: solo tú, el mar y el verano en tu pecho. Esta es una experiencia de verano en Tailandia que nadie debería perderse, especialmente si necesita dejarse curar por la belleza natural pura.
Cocina tailandesa: cuando las especias cuentan historias y las sonrisas son la especialidad
Un verano lleno de sabor es cuando el picante despierta la punta de la lengua, el aroma llena el olfato y la sonrisa del vendedor hace que cada plato sea memorable. (Foto: Recogida)
Al viajar a Tailandia en verano, es imposible no mencionar los platos "adictivos" con su aroma fragante y su armonioso sabor dulce y picante. Un tazón caliente de tom yum, un plato de pad thai al borde de la carretera o un mango maduro sumergido en un poco de sal y chile: todo ello despierta los sentidos después de un día de vagabundeo.
La cocina tailandesa es más que sólo comida: es cultura, son recuerdos, es cómo los tailandeses te cuentan sobre su tierra natal a través de cada sabor. Y ya sea que estés cenando en un elegante restaurante en Sukhumvit o en un puesto callejero en un mercado nocturno de Phuket, lo que recibirás siempre será un servicio cálido y sincero. Eso es lo que hace que la experiencia de viajar a Tailandia sea más inmersiva que cualquier otro viaje.
Cada uno viene a Tailandia en verano por sus propios motivos: algunos buscan libertad, otros buscan experiencias culturales, otros simplemente necesitan un descanso. Pero todo el que se va se lleva consigo lo mismo: emociones. Viajar a Tailandia en verano no se trata sólo de “hacer el check-in”, sino de vivir cada momento con la mente abierta, aceptando todo lo nuevo con el corazón más desnudo.
Este verano, si no sabes dónde ir, deja que Tailandia te reciba con sonrisas, sabores, naturaleza y días sin prisas.
Fuente: https://www. vietravel.com/vn/am-thuc-kham-pha/du-lich-thai-lan-mua-he-v17221.aspx
Kommentar (0)