Aunque no es la tormenta más fuerte que jamás haya azotado el norte de Vietnam, el tifón Wipha ha atraído la atención de los expertos debido a su estructura inusual, su capacidad para provocar lluvias prolongadas y la fuerte distribución de vientos en áreas alejadas del centro de la tormenta.
Esto se considera una de las señales claras que demuestran que Vietnam está entrando en una serie de fenómenos meteorológicos extremos, derivados del fenómeno de transición climática ENSO.
Según el Dr. Nguyen Ngoc Huy, experto con 20 años de investigación sobre la reducción del riesgo de desastres naturales, la tormenta Wipha viene acompañada de fuertes vientos locales que pueden producirse en una franja estrecha a cientos de kilómetros del centro de la tormenta.
"Aunque los fuertes vientos locales solo se producen durante un breve período de unos 10 a 15 minutos, pueden arrancar techos de chapa ondulada y derribar árboles", enfatizó el Dr. Huy.

Imágenes satelitales registraron la tormenta Wipha tocando tierra en el norte de Vietnam en la mañana del 22 de julio (Foto: Tropicaltidbits).
ENSO: Factores que dan forma a tormentas inusuales
La reciente marejada ciclónica no es un problema aislado, sino una manifestación de un cambio climático, específicamente de la serie de la Oscilación del Sur El Niño (ENSO).
El ENSO es una oscilación natural de las temperaturas de la superficie del mar y las condiciones atmosféricas en el Océano Pacífico ecuatorial, que crea tres estados climáticos: El Niño (fase cálida), La Niña (fase fría) y neutral.
Desde finales de 2023 hasta mediados de 2025, el mundo fue testigo de una serie de rápidas transiciones de fase del ENSO, desde El Niño a un estado neutral, luego se inclinó ligeramente hacia La Niña y actualmente se encuentra en un estado neutral negativo (más cercano a La Niña).
Estos cambios tienen profundas repercusiones en el clima regional, especialmente en el sudeste asiático, donde Vietnam se ve directamente afectado.

Mapa que muestra anomalías de las temperaturas de la superficie del mar en el Océano Pacífico durante los períodos de transición de La Niña y El Niño (Foto: NOAA).
Numerosos estudios climáticos en la región del Pacífico Noroccidental han demostrado que la transición de fase de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) tiene una fuerte influencia en la frecuencia, la ubicación y la intensidad de los ciclones tropicales.
Durante la fase de El Niño, las tormentas tienden a formarse más al este, con poco impacto directo en Vietnam. En cambio, durante la fase de La Niña o fase neutra negativa, las tormentas tienden a formarse más cerca de la costa, impactando directamente el territorio continental con mayor frecuencia que el promedio multianual.
El tifón Wipha es un ejemplo típico. Aunque no fue un supertifón, su estructura asimétrica, la fuerte absorción de humedad en el sureste en comparación con el noroeste, sumado al fenómeno del aumento de energía al desplazarse lentamente sobre el golfo de Tonkín, lo convirtieron en una tormenta peligrosa.
En particular, Wipha provocó lluvias prolongadas después de la tormenta, un escenario que se observa comúnmente durante La Niña o fases neutras negativas, cuando la atmósfera retiene mucha humedad y forma "ríos atmosféricos" que transportan enormes cantidades de vapor de agua desde el mar hacia la tierra.
Como consecuencia, las lluvias posteriores a la tormenta se convirtieron en la principal causa de deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas, especialmente en las provincias montañosas del norte y las zonas costeras.
Respuesta a largo plazo: Problema urgente
La experiencia del tifón Wipha y las transiciones climáticas nos deja una lección muy clara: ninguna tormenta puede tomarse a la ligera.
El impacto de una tormenta no solo proviene de la fuerza del viento al tocar tierra, sino también de las lluvias que persisten durante días, de las zonas afectadas a cientos de kilómetros del centro de la tormenta y de los fuertes vientos locales que, aunque duran solo unos minutos, tienen un gran poder destructivo. Estas son manifestaciones muy típicas durante el periodo de inestabilidad de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).

El impacto de la tormenta no proviene solo del viento cuando toca tierra, sino también de las lluvias que duran muchos días después (Foto: Getty).
Reforzar las casas, podar los árboles y evacuar las zonas peligrosas ya no son soluciones temporales cuando se acercan las tormentas, sino que deben formar parte de una estrategia de adaptación a largo plazo al clima extremo.
Especialmente en Vietnam, donde el terreno es escarpado, la población está muy dispersa y la infraestructura es desigual, una tormenta promedio puede causar graves consecuencias si se combina con períodos prolongados de lluvias extremas.
No solo las autoridades, sino también cada comunidad y cada hogar, necesitan estar equipados con conocimientos sobre tormentas y cambio climático para responder de manera proactiva.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/giai-ma-chuyen-pha-khi-hau-vi-sao-cac-con-bao-ngay-cang-bat-on-20250722083736920.htm






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