Ciudad Ho Chi Minh: Phuc, de 10 años, presentaba deposiciones con sangre de forma prolongada. Los médicos descubrieron cientos de pólipos, grandes y pequeños, en su intestino grueso.
Los resultados de la endoscopia realizada en el Hospital General Tam Anh de Ciudad Ho Chi Minh mostraron cientos de pólipos que crecían en racimos, del tamaño de frijoles negros o uvas, en el intestino grueso del niño. Los pólipos presentaban una morfología muy diversa, con pedículos cortos o sin él, formando racimos dentro del intestino, difíciles de distinguir y con una superficie congestionada.
Los pólipos colorrectales (intestino grueso) son pequeñas masas de células en la mucosa del colon, formadas por una proliferación anormal de la misma. El 10 de octubre, la Dra. Trinh Thi Hong Van, del Departamento de Pediatría, informó que el bebé Phuc presentaba pólipos en la mucosa del colon, que le causaban irritación, inflamación y sangrado.
La pantalla del endoscopio muestra un pólipo con forma de racimo de uvas en el intestino grueso del niño. Foto: Cortesía del hospital.
Los médicos del Centro de Endoscopia y Endoscopia Gastrointestinal extirparon los pólipos del niño. Sin embargo, debido a la gran cantidad de pólipos que presentaba, no fue posible extirparlos todos en una sola endoscopia. El niño se sometió a tres endoscopias para extirpar casi 100 pólipos. Los resultados de las biopsias posteriores fueron benignos en todos los casos.
El Dr. Hong Van indicó que el niño podría tener síndrome de poliposis juvenil. Se trata de una enfermedad genética causada por el desarrollo de múltiples pólipos (crecimiento anormal de tejido) en el intestino delgado y el recto. La enfermedad suele manifestarse durante la adolescencia y conlleva el riesgo de convertirse en cáncer. Además, el niño necesita someterse a más pruebas genéticas para descartar otras enfermedades genéticas.
Los pólipos tienen el riesgo de volver a formarse y convertirse en cáncer, por lo que los niños necesitan colonoscopias regulares.
Los pólipos colorrectales suelen progresar de forma silenciosa, sin síntomas, y en su mayoría son benignos. Algunos casos se convierten en cáncer, que puede ser mortal si se detecta en una etapa avanzada. Los pacientes a menudo descubren su existencia cuando las células han crecido lo suficiente como para causar obstrucción intestinal o sangrado.
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