Los expertos dicen que besar a las mascotas o dejar que te laman la cara es un hábito potencialmente riesgoso que puede provocar que los dueños de mascotas contraigan una serie de enfermedades infecciosas.
La relación de las personas con sus mascotas ha cambiado drásticamente en las últimas décadas. Según una encuesta exhaustiva realizada en Australia, el 69 % de los hogares tiene al menos una mascota. Las personas gastan alrededor de 33 000 millones de dólares australianos al año en su cuidado.
Tener una mascota ofrece muchos beneficios para la salud física y mental. Sin embargo, cada animal es portador de enfermedades infecciosas que, en ocasiones, pueden transmitirse a los humanos. Para las personas con un sistema inmunitario fuerte, el riesgo es bajo. Sin embargo, para las mujeres embarazadas y las personas con un sistema inmunitario débil, el riesgo de contraer enfermedades a causa de animales es mayor. El hábito de besar a las mascotas y dejar que te laman la cara también puede provocar enfermedades.
Un estudio realizado en los Países Bajos reveló que la mitad de los dueños dejaban que sus mascotas les lamieran la cara, y el 18 % dejaba que sus perros durmieran en sus camas. Otro estudio reveló que el 45 % de los dueños de gatos dejaban que sus gatos saltaran sobre el fregadero de la cocina.
Estos hábitos, junto con los besos a las mascotas, pueden transmitir enfermedades infecciosas de animales a humanos. Un informe de 2011 reveló que una mujer en Japón desarrolló meningitis por una infección por Pasteurella multicoda tras besar frecuentemente a su perro en la cara. La Pasteurella multicoda es un tipo de bacteria que se encuentra comúnmente en la boca de perros y gatos. Los niños también son más propensos a enfermarse a causa de los gatos y perros, ya que a menudo se llevan las manos a la boca después de tocar a las mascotas.
Una mujer besa a su perro. Foto: Freepik
Existen más de 70 patógenos que pueden transmitirse de animales a humanos. En ocasiones, las mascotas portadoras de enfermedades no parecen enfermas ni presentan síntomas evidentes. Esto facilita la infección de sus dueños. Las bacterias, los virus o los parásitos pueden transmitirse a los humanos directamente a través de la saliva, las heces o los fluidos corporales, o indirectamente a través de entornos de vida, camas, tierra, alimentos o agua contaminados.
Los perros y los gatos son fuentes comunes de virus, bacterias, hongos y parásitos que infectan a los humanos. En zonas endémicas de rabia, como África y Asia, los perros son la principal fuente de rabia a través de la saliva. Los perros también son portadores de la bacteria Capnocytophaga en la boca y la saliva, que puede transmitirse a los humanos por contacto cercano o mordeduras. La mayoría de las personas no desarrollan la enfermedad, pero la bacteria a veces puede infectar a personas con sistemas inmunitarios debilitados, provocando enfermedades graves e incluso la muerte. A principios de septiembre, una mujer en Australia falleció 11 días después de contraer la rara bacteria por la mordedura de un perro.
Las enfermedades que los gatos pueden transmitir a los humanos suelen transmitirse por la boca o las heces, como la giardiasis, la campilobacteriosis, la salmonelosis y la toxoplasmosis. Los expertos recomiendan lavarse las manos y usar guantes al limpiar la caja de arena. Los gatos también pueden transmitir infecciones causadas por la bacteria Bartonella henselae a través de mordeduras y arañazos.
Tanto los perros como los gatos son reservorios de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), que causa enfermedad estafilocócica, un problema de salud mundial y un desafío para su tratamiento.
Además de perros y gatos, las aves, tortugas y peces también pueden transmitir enfermedades. Las aves son portadoras de la bacteria que causa la neumonía, que a su vez provoca psitacosis. El contacto cercano con tortugas como mascotas puede exponer a sus dueños, especialmente a los niños pequeños, a la infección por Salmonella.
Los expertos no se oponen a tener perros y gatos ni a interactuar con ellos. Sin embargo, recomiendan métodos que pueden reducir el riesgo de enfermedades, como lavarse las manos inmediatamente después de jugar con mascotas, limpiar su ropa de cama, juguetes y heces. No se debe permitir que las mascotas se laman la cara ni abran heridas; y se debe supervisar a los niños cuando jueguen con mascotas, indicándoles que se laven las manos inmediatamente después.
Thuc Linh (Según la conversación )
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